Tesla Motors se ha consolidado como una firma de vanguardia tecnológica que promete cambiar a la industria automotriz de manera radical. Esta promesa, marcada por el liderazgo en el desarrollo de autos eléctricos y tecnología de manejo autónomo, está respaldada por un valor de capitalización de mercado de 32 mil millones de dólares.
Al final del primer trimestre de este año, Tesla anunció que ya tenía cerca de 400 mil órdenes del nuevo Model 3, el auto eléctrico que pretende ser la apuesta de Tesla para abordar al mercado masivo. El Model 3 comenzará a producirse hasta 2017.
Sin embargo, pese a la solidez de la demanda, la compañía fundada y dirigida por Elon Musk enfrenta problemas operacionales que ponen en riesgo la visión de energía sostenible que se encuentra al corazón de la firma.
En el segundo trimestre del año Tesla incumplió con su objetivo de entrega de vehículos en casi un 15 por ciento. Esto ocurrió después de que en el primer trimestre del año, el objetivo de entregas tampoco pudo ser cumplido.
Problemas de escala
A diferencia de sus competidores minoristas que operan con cadenas de distribución globales, Tesla opera bajo un esquema de pedidos y envía sus vehículos hasta la puerta de sus clientes. Esto implica que el consumidor tenga que esperar meses para recibir su compra.
A pesar de que Tesla no ha alcanzado sus objetivos de entrega en los dos últimos trimestres, refirió que 5 mil unidades ya se encuentran en camino y que al final del año espera cumplir con una cuota de entrega de 79 mil 180 unidades, ligeramente por debajo del rango esperado de 80 mil a 90 mil unidades para este año.
Asimismo, la compañía argumenta que este déficit de entregas se explica por la decisión de incrementar la producción sustancialmente ante la expectativa de un crecimiento en la demanda.
En ese sentido, considera que la adición de un gran número de componentes tecnológicos de vanguardia ha generado una escasez que retrasa la producción.
Por otra parte, la producción total de Tesla comprende apenas una fracción de la producción de sus competidores que atienden el mercado masivo. Por lo tanto, la compañía no cuenta con economías de escala lo suficientemente consolidadas para determinar un incremento sustancial en la producción de manera eficiente.
Retos de corto plazo
Tesla aún no reporta balances de flujo de efectivo positivos y reporta una ritmo trimestral de quema de capital de inversión de 517 millones de dólares.
Parte de este capital es utilizado para adaptarse a las nuevas necesidades de producción de la firma. Tesla está desarrollando una nueva planta de tecnología de punta para la producción de células de baterías en Nevada y espera expandir la capacidad de producción de su planta de Fremont, California a 500 mil unidades.
A pesar de que Tesla ha comunicado que sus directrices y objetivos de largo plazo son claros, los contratiempos de operación de corto plazo representan el primer obstáculo para que la compañía dé el salto que sus inversionistas esperan. En los últimos doce meses el precio de la acción de Tesla ha perdido el 22 por ciento de su valor.