Las finanzas de Ticketmaster parecen encontrarse en muy buenas condiciones incluso pese a la tormenta que significó la pandemia por COVID-19 para el sector de espectáculos y eventos culturales.
Un ejemplo de ello es el furor que causó la venta de boletos para asistir a los conciertos del puertorriqueño Bad Bunny a finales de este año. Los interesados registraron que, segundos después de habilitarse el sistema de preventa el 7 de febrero, había alrededor de 200 mil personas en la fila virtual.
Lo anterior también muestra la recuperación del sector cultural en el país, que se vio obligado a cerrar recintos, cancelar conciertos, presentaciones teatrales, cines, parques, sitios arqueológicos y museos por la pandemia de COVID-19.
En mayo de 2021 se registró un 17.3 por ciento de asistencia a algún evento cultural –obra de teatro, concierto o presentación de música en vivo, espectáculo de danza, exposición, proyección de películas o cine–; en contraste con el 57.8 por ciento del mismo mes en 2019 y del 58.1 por ciento en 2018, de acuerdo con cifras de Módulo sobre eventos culturales seleccionados (MODECULT), del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En diciembre pasado, la organización de consumidores en Línea, Tec-Check, entregó a la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) una queja colectiva de clientes de Ticketmaster por incumplimiento en el reembolso de entradas a eventos cancelados o pospuestos por la emergencia sanitaria.
Posteriormente, el 28 de enero, el titular de la Procuraduría, Ricardo Sheffield, anunció que Ticketmaster aceptó “flexibilizar” sus políticas de compra y cancelación al aceptar que los consumidores soliciten el reembolso del valor nominal del boleto inmediatamente después de que un evento sea movido de fecha sin importar las causas.
Explicó que el acuerdo entre la empresa y Profeco representa un beneficio porque en el pasado solo podía pedirse un reembolso cuando hubiera una cancelación, y los consumidores tenían que esperar más tiempo para recuperar su dinero.
Sin embargo, para Maximilian Murck, cofundador de Tec-Check, esta negociación sólo protege las ganancias de la empresa y pone en desventaja a los consumidores.
“Con el acuerdo, la Profeco respalda la práctica de Ticketmaster de solamente reembolsar el valor nominal de boletos, es decir sin los cargos por servicio. Estos cargos por servicio pueden sumar hasta 18 por ciento del precio total, es decir, las y los consumidores afectados por la cancelación o por un cambio de fecha de eventos culturales pagan a Ticketmaster el 18 por ciento de un boleto sin asistir al evento.
“Considerando el alto número de conciertos cancelados o pospuestos por la pandemia, miles de consumidores regalaron este dinero”, señala.
Para ilustrar el problema, se retoma el caso de Bad Bunny, quien se presentará en el Estadio Azteca de la Ciudad de México y el costo del boleto en cancha es de tres mil 600 pesos, si a eso se le suma el 18 por ciento de costos de servicio mencionados por el especialista, cada boleto tiene un valor final de cuatro mil 248 pesos.
En ese espacio caben aproximadamente 43 mil 500 personas, si todas ellas adquirieron un boleto, la suma es de 184 millones 788 mil pesos. Si el artista cancelara su presentación por, por ejemplo, un contagio de COVID-19, Ticketmaster tendría que reembolsar 156 millones 600 mil pesos y se quedaría con 28 millones 188 mil pesos, tan solo de esa área del recinto.
Prácticas de Ticketmaster a considerar
La asociación propone que la empresa se vea obligada a reembolsar los cargos por servicios a través de un voucher electrónico, “una práctica aplicada en Alemania y que conocemos actualmente con las aerolíneas”.
Reporte Indigo constató que en la página oficial de Profeco, en el apartado “Derechos de los pasajeros y políticas de compensación de aerolíneas”, compañías como Interjet ofrecen un “voucher electrónico de descuento de 7.5 por ciento para adquirir un nuevo viaje” por un retraso de dos a cuatro horas en el servicio.
“La propuesta del voucher la consideramos una buena medida para defender a las y los consumidores, pero que al mismo tiempo no significaría una carga financiera adicional para los proveedores”, menciona Maximilian Murck.
Destaca que el acuerdo se queda muy corto al considerar que la Profeco desde inicios de la pandemia no se había postulado sobre la indefensión de los clientes de Ticketmaster y otros proveedores de ventas de boletos en México, además de que no hace mención de que la empresa se adhiera a los mecanismos de conciliación digitales de la Procuraduría (ConciliaNet y Conciliaexprés).
“Hecho impensable para la plataforma más grande de venta de boletos en línea. Si hoy un cliente de Ticketmaster tiene una controversia con el proveedor tiene que trasladarse a una oficina de la Profeco durante sus horas laborales.
“Esperamos que la Profeco revise la posibilidad de iniciar un procedimiento por infracción a la Ley Federal de Protección al Consumidor lo más pronto posible”, afirma.