Tiempo de decidir
Otra semana de intensa actividad diplomática espera a Europa, y con ello más volatilidad en los mercados, que permanecen a la expectativa de los anuncios.
De inicio, ayer fue oficialmente aprobado el Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), creado en el 2011 por el Consejo Europeo para sustituir al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).
A diferencia del FEEF, el nuevo fondo será de carácter permanente y permitirá el rescate de países con problemas de deuda, aunque sujeto a estrictos lineamientos.
Jesús M. Badiola
Otra semana de intensa actividad diplomática espera a Europa, y con ello más volatilidad en los mercados, que permanecen a la expectativa de los anuncios.
De inicio, ayer fue oficialmente aprobado el Mecanismo Europeo de Estabilidad (Mede), creado en el 2011 por el Consejo Europeo para sustituir al Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).
A diferencia del FEEF, el nuevo fondo será de carácter permanente y permitirá el rescate de países con problemas de deuda, aunque sujeto a estrictos lineamientos.
El fondo valuado en alrededor de 500 mil millones de euros fue declarado listo para ser utilizado.
En opinión de los ministros de finanzas de los 17 países de la Eurozona, aunque España es candidato no se encuentra cerca de utilizarlo.
Como el Fondo Monetario Internacional, tal fondo será puesto a disposición solo a petición del país que lo necesite y se dará solo tras evaluar rigurosamente programas que podrían revertir la deuda pública en el largo plazo.
Por su parte, el Banco Central Europeo iniciará operaciones de compra de deuda en el mercado secundario, con el fin implícito de reducir la prima de riesgo de diversos países, entre ellos España.
Según un reporte del Fondo Monetario Internacional, 200 puntos base, es decir 2 por ciento de las primas de riesgo, se deben a las tensiones por la eventual ruptura del euro.
La esperanza del gobierno español es que las compras por parte del Banco Central reduzcan esa incertidumbre y por lo tanto la prima de riesgo.
Esto es importante porque reduciría los costos financieros de la deuda española, otorgándole al gobierno más tiempo para respirar y cosechar los frutos de los programas de austeridad.
El ministro de finanzas alemán Wolfgang Schauble no considera que España necesite un programa de asistencia, aunque esté sufriendo de problemas de contagio, como alzas en el rendimiento de su deuda soberana resultado de la especulación proveniente de la incertidumbre alrededor de la zona euro.
Hasta ayer, la deuda soberana de España cotizaba por el 5.7 por ciento, cerca del llamado 6 por ciento fatal que desencadenó el rescate de Portugal.
Toque de frustración
Durante las reuniones del llamado Eurogrupo de ministros de finanzas también se analizará el reporte de la Troika, el grupo de seguimiento a Grecia compuesto por el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea.
De acuerdo con el actual líder del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker, hay esperanzas de que se tome una decisión sobre la siguiente transferencia a Grecia, que está por ocurrir en octubre.
Hoy, la canciller alemana Angela Merkel visitará Grecia por primera vez desde el 2007, en medio del debate de la Troika sobre si otorgarle al gobierno griego un nuevo plazo en su programa de apoyo.
El gobierno griego negocia con la Troika la adopción de un nuevo paquete de medidas de ahorro de 13 mil 500 millones de euros.
“En mi opinión, Grecia deberá permanecer bajo la supervisión directa de los donantes internacionales por un periodo de unos dos años”, dijo ayer Horst Reichenbach, el jefe de la Troika que supervisa a Grecia.
“Una de mis mayores frustraciones es que no fuera posible ayudar a la economía real y en parte también a las pequeñas y medianas empresas para salir de sus problemas de crédito. Creo que en Grecia seguirá habiendo un fracaso del sector financiero”.
Contagian incertidumbre
Mientras tanto, la incertidumbre crónica que padece Europa ya ha tenido un efecto medible en el comportamiento de las empresas privadas alrededor de Europa.
Un estudio de la Universidad de Oxford resalta que las firmas que están teniendo dificultad de conseguir crédito o prevén tener dificultades se han hecho mucho más opuestas al riesgo.
Esta situación las induce a buscar conseguir cualquier rendimiento a corto plazo en lugar de una inversión que pudiera tomar mayor tiempo.
Tal aversión a la inversión crea que no se tomen decisiones sobre expansión, incrementar la contratación o buscar bajar precios buscando aumentar el volumen.
De igual forma, las firmas europeas han notado una tendencia de buscar reducir los costos fijos y preferir los costos marginales que podrían cambiar fácilmente si la situación europea empeora.
Además, crecientes miedos por lo que sucedería con el valor del euro ha ahuyentado al sector privado de buscar igualar sus ingresos y sus gastos, para prevenirse en el caso de una negativa ola cambiaria.
Traspasa fronteras
El Banco Mundial también reveló ayer en un reporte que la crisis europea de deuda está impactando a los países asiáticos, a los que les redujo su pronóstico de crecimiento de 8 al 7.2 por ciento para el 2012.
Según el organismo, una severa crisis podría incluso golpear hasta en 2 puntos porcentuales adicionales esa tasa.
Ante el pronóstico, y por las expectativas de las decisiones en Luxemburgo, donde se llevan a cabo las reuniones europeas, los mercados financieros se vieron tímidos al arranque de la semana.
El índice Dow Jones cayó 0.3 por ciento al inicio de la jornada y el S&P 500 un 0.5 por ciento, aunque esto no habla de todo el panorama.
El portal MarketWatch, subsidiario de Wall Street Journal, reporta pocos movimientos, tal vez por la espera de más noticias sobre Grecia y España.