El TLCAN en un volado
Gerónimo Gutiérrez, el embajador de México en Estados Unidos y uno de los hombres más cercanos al proceso de negociación, dijo que la probabilidad de que se derogue el acuerdo es de 50 por ciento
Rodrigo CarbajalGerónimo Gutiérrez, el embajador de México en Estados Unidos, se distanció del discurso defensivo que ha caracterizado a la administración de Enrique Peña Nieto en relación a las perspectivas de supervivencia del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
En una entrevista para CBS, el embajador dijo que la probabilidad de que el acuerdo sea terminado es de alrededor de “50-50”. La percepción de una de las figuras más cercanas al proceso de negociación es que la viabilidad del TLCAN, el ancla del modelo de crecimiento y de industrialización de México, queda reducida a la misma probabilidad de obtener águila o sello en un volado.
Las palabras de Gutiérrez contrastan con el tono relajado que ha procurado Ildefonso Guajardo, el secretario de Economía que funge como jefe político del equipo negociador mexicano. En los momentos más álgidos de la negociación, Guajardo se ha limitado a decir que la terminación del TLCAN no tendría consecuencias catastróficas para la economía mexicana porque la relación comercial con Estados Unidos quedaría sujeta a las reglas de Nación Más Favorecida de la Organización Mundial de Comercio.
El consenso de analistas no necesariamente está de acuerdo con esta afirmación. Esta semana, la Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria publicó una encuesta realizada a 130 empresas en la que se refiere que el 69 por ciento de los entrevistados consideran que la finalización del TLCAN tendría un impacto negativo en el clima de inversión de México.
La incertidumbre que rodea al acuerdo comercial se ha vuelto patente en los indicadores de coyuntura de la economía mexicana. En septiembre, la inversión fija bruta, una variable proxy que mide la confianza de los inversionistas en la economía real, cayó 2.3 por ciento respecto al mismo mes del 2016, de acuerdo a cifras del INEGI. Asimismo, el tipo de cambio, considerado como el barómetro de riesgo por excelencia de la relación bilateral México-Estados Unidos, parece transmitir la tensión en la mesa de renegociación del TLCAN: el peso se ha depreciado 6.16 por ciento frente al dólar en los últimos tres meses.
Estados Unidos, inflexible
Las declaraciones de la semana pasada de Robert Lighthizer, el representante comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés), dejan ver que la administración de Donald Trump no titubeará ante el costo político y económico que pudiera implicar decretar la terminación unilateral del TLCAN:
Esto sugiere que el gobierno estadounidense se siente cómodo con un escenario en el que la relación comercial con México estará regulada por las reglas de la OMC, que estipulan tarifas promedio más altas para las exportaciones estadounidenses que para las exportaciones mexicanas.
Hasta el momento no existe ningún reporte de que Estados Unidos vaya a replantear las demandas que son referidas como “pastillas de veneno” para el proceso de negociación: la cláusula de terminación automática del acuerdo, un incremento radical en las reglas de contenido de origen, el desmantelamiento de los mecanismos de resolución de disputas, etc.
De mantenerse el status quo, la administración de Donald Trump se mantendrá inflexible a pesar de que existe evidencia sólida de que la derogación del TLCAN afectará significativamente a la economía estadounidense.
187 mil empleos menos
Un nuevo documento de trabajo del Instituto Peterson de Economía Internacional (PIIE, por sus siglas en inglés) calcula que el marco de Nación Más Favorecida de la OMC derivará en la pérdida de 187 mil empleos estadounidenses en un plazo de uno a tres años. El cálculo es limitado ya que no considera las consecuencias disruptivas del desmantelamiento de las cadenas de valor que tendría lugar luego de la cancelación del TLCAN.
El estudio explica que la carga arancelaria se traducirá en un aumento de precios que afectará a las exportaciones y que orillará a las empresas americanas a hacer recortes de producción y de personal.
El efecto negativo sobre el empleo se concentraría en Arkansas, Kentucky, Mississippi e Indiana; estados en los que la mayoría de la población se identifican con el Partido Republicano y con la agenda de América Primero del presidente Trump.
El martes pasado, el presidente Trump sostuvo una reunión con seis senadores del Partido Republicano que son afines a la postura de mantener a Estados Unidos dentro del TLCAN.
En sí misma, la reunión, en la que también participó Lighthizer, podría ser interpretada como un mensaje político de que el presidente está considerado cambiar su postura de negociación. Sin embargo, fuentes cercanas al asunto dijeron que la Casa Blanca no se comprometió a ejercer un curso de acción específico en materia de política comercial.
Las palabras de Gerónimo Gutiérrez son acertadas: una perspectiva del 50-50 es la fiel representación de la incertidumbre total. No obstante, esta perspectiva es mejor a la de hace unos meses, cuando el embajador sugirió que la relación bilateral atravesaba “un momento crítico”. Entonces, la probabilidad de terminación del TLCAN era del 80 por ciento, según dijo Gutiérrez a CBS.