La puerta está cerrada
A México se le ha acusado de ser la puerta trasera por la que entran los productos chinos a Estados Unidos, sin pagar los aranceles correspondientes. En ese sentido, ayer, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, negó tal señalamiento y apoyó que se deben mejorar los términos originales del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Lourdes Bautista
A México se le ha acusado de ser la puerta trasera por la que entran los productos chinos a Estados Unidos, sin pagar los aranceles correspondientes. En ese sentido, ayer, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, negó tal señalamiento y apoyó que se deben mejorar los términos originales del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Con la cuenta regresiva para arrancar las pláticas formales de la renegociación del TLCAN, el 16 de agosto, el secretario de Economía opinó que existen argumentos para que el acuerdo trilateral sea negociado en beneficio de Estados Unidos, Canadá y México.
En una entrevista para la cadena CNBC, explicó que México cuenta con un “plan B”, en caso de que falle la renegociación del acuerdo comercial, el cual consistiría en regresar al marco que establece la Organización Mundial del Comercio (OMC), que estipula tarifas relativamente aceptables para las exportaciones mexicanas a Estados Unidos. Por ejemplo, se puede seguir exportando automóviles con un impuesto de tan sólo 2.5 por ciento.
Aunque está opción es un poco más costosa que el status quo, Guajardo expresó que “no es el fin del mundo”.
“Esta idea de que México está siendo utilizado como una puerta trasera de importaciones chinas en Estados Unidos, no es la correcta”, precisó.
China es el país con el que Estados Unidos tiene el mayor déficit comercial, el cual asciende a 310 mil millones de dólares. Sin embargo, el país asiático no necesitó un tratado comercial para inundar el mercado estadounidense; se apegó a los aranceles de la OMC, que también podría usar México.
Sin embargo, la principal queja de Donald Trump sobre el TLCAN es que ha acrecentado el déficit comercial con México, que fue de 63 mil millones de dólares, al cierre de 2016.
El discurso proteccionista de Trump ha propuesto elevar las prescripciones en materia de contenido nacional, que les permiten a las exportaciones el acceso libre de aranceles al mercado estadounidense para las mercancías exportadas desde Canadá o México.
La medida podría reducir el incentivo de los fabricantes para conseguir los insumos en China. En su lugar, el costo y complicación añadidos simplemente llevaría a las compañías a conseguir los insumos principalmente de países fuera del TLCAN y pagar los aranceles.
Reglas de origen, a debate
Al amparo del TLCAN, la participación de México en Estados Unidos ha sido relevante, pero la de China ha sido todavía mayor: sus exportaciones pasaron de 4.6 por ciento de lo que importaba Estados Unidos en 1993, antes de entrar en vigor el acuerdo comercial, a casi 20 por ciento en el presente año.
Recientemente, el secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, lanzó la acusación contra México al señalar que no es accidente que el déficit comercial que México tiene con China es equivalente al superávit comercial que tiene con Estados Unidos.
“Cuando se analiza el déficit entre los Estados Unidos y China, y el déficit entre México y China, básicamente estamos importando las mismas cosas”, afirmó Ildefonso Guajardo.
Son bienes que no se han producido en Norteamérica en los últimos 25 años, ya sean componentes electrónicos o pantallas de televisión, indicó.
“Lo que tenemos que hacer es encontrar cómo reforzar nuestra capacidad productiva en América del Norte para devolver algunas de estas actividades aquí”, reveló.