El futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) sigue en el limbo. Luego de que se filtró la noticia de que altos funcionarios canadienses están convencidos de que Estados Unidos se retirará del acuerdo en el futuro próximo, los gobiernos de los tres países miembro se movilizaron para neutralizar el impacto mediático de esta información.
El presidente Donald Trump, en una entrevista para el diario The Wall Street Journal, dijo que la Casa Blanca ve con buenos ojos que la renegociación del acuerdo puede extenderse más allá del 1 de julio, fecha de la elección presidencial en México.
En consecuencia, el Ministerio del Exterior de Canadá comunicó que la idea de extender la discusión comercial es bienvenida.
Ildefonso Guajardo, secretario de Economía de México, viajó la semana pasada a Washington para reunirse con Robert Lighthizer, representante comercial de Estados Unidos. Durante su gira de trabajo ofreció una entrevista al diario El País en la que explica que la propuesta de Trump de alargar el proceso de negociación “sugiere que una posible terminación del TLCAN no es inminente”.
Sin embargo, ninguna de estas declaraciones implica que el TLCAN está blindado. En la misma entrevista para The Wall Street Journal, Trump dijo, a pregunta expresa, que si Estados Unidos se retira del acuerdo y negocia un nuevo tratado los mercados estadounidenses “se irán para arriba”.
México: el más afectado por la incertidumbre
El consenso de analistas sugiere que México es el país que resulta más afectado por este periodo de expectativa, marcado por las declaraciones cruzadas de los tres gobiernos norteamericanos. Prueba de ello es la reciente decisión de FCA de trasladar la producción de algunas versiones de las camioneta Ram Heavy Duty desde México hacia Michigan. La compañía citó la aprobación de la nueva reforma fiscal estadounidense como el principal incentivo para tomar esta decisión.
No obstante, esto también fue interpretado como una reacción al frágil estado del proceso de renegociación del TLCAN. En caso de que el tratado sea terminado, Estados Unidos podría gravar la exportación de una Ram Heavy Duty, producida en México, con un arancel superior al 20 por ciento. Las camionetas pick-up son uno de los pocos bienes manufactureros producidos a gran escala en México que estarían sujetos a tarifas de doble dígito bajo las reglas de Nación Más Favorecida de la Organización Mundial del Comercio. Éste es el marco regulatorio que sustituiría automáticamente al TLCAN para regular la relación comercial entre México y Estados Unidos.
Negociaciones intermitentes
Scotiabank Global Economics, la unidad de investigación económica del banco canadiense, preparó un documento de trabajo en relación a las perspectivas de supervivencia del TLCAN. El reporte explica que la ruptura del acuerdo trilateral no está contemplada como parte del escenario base del banco.
Además, se refiere que aún si la administración de Donald Trump decide anunciar que Estados Unidos se retirará del TLCAN, el tratado todavía puede sobrevivir: “Ésta forma de un TLCAN a la sombra puede ser bueno; persistiendo lo suficiente como para que las tres partes lleguen a un acuerdo eventual que preserve extensivamente los beneficios del pacto comercial”.
El TLCAN a la sombra, como lo refiere Brett House, subdirector de estudios económicos de Scotiabank, hace alusión a un estado de incertidumbre extendida en el que pueden existir negociaciones intermitentes mientras se espera el retorno de una mayor estabilidad política. El concepto hace referencia a la idea del presidente Trump de esperar a que se termine el proceso electoral mexicano para poder avanzar en la discusión de la modernización del TLCAN.
Scotiabank proyecta que es altamente probable que las negociaciones permanezcan inconclusas para finales de marzo, la meta original que establecieron los miembros del acuerdo para finalizar las rondas de discusión. Aunque se hace énfasis en que existe voluntad política en la administración de Donald Trump para negociar después de las elecciones mexicanas, el banco canadiense explica que entre más tiempo dure el impasse, las probabilidades de que invoque el artículo 2205 serán mayores.
En caso de que esto sucede, se iniciará un largo e incierto debate constitucional en las cortes para determinar si el presidente de Estados Unidos puede establecer tarifas y otras regulaciones comerciales en sustitución del marco legal del acuerdo trilateral.
El gobierno de México ha sido tajante en su posición de que la invocación del artículo 2205 implicaría la renuncia automática del equipo de negociación mexicano a cualquier discusión para modernizar el TLCAN.
A pesar de ello, analistas consideran que si esto sucede todavía existirán incentivos para que México regrese a la mesa de negociación, sobre todo si el partido en el poder resulta perdedor en las elecciones presidenciales de julio.
Por otra parte, en junio expira la facultad temporal que el Congreso le otorgó al poder ejecutivo para negociar tratados de libre comercio en su nombre. El poder legislativo deberá aprobar la renovación de esta Autoridad Comercial 90 días antes de que la administración de Trump concluya cualquier mecanismo de revisión al TLCAN. Scotiabank sugiere que este proceso está siendo subestimado y podría añadir turbulencia a la relación comercial entre México y EU.