Transformarse para el bienestar
Hacer de México un país que produzca bienestar social para todos, requiere de una profunda transformación social, económica y política.
La unión de los mexicanos, por antagónicas que parezcan nuestras ideologías, es el camino para devolver a la nación la paz y el bienestar que los ciudadanos demandan.
Hoy estamos en una situación crítica, pero también ante una oportunidad histórica.
Guillermo Fuentes GarcíaHacer de México un país que produzca bienestar social para todos, requiere de una profunda transformación social, económica y política.
La unión de los mexicanos, por antagónicas que parezcan nuestras ideologías, es el camino para devolver a la nación la paz y el bienestar que los ciudadanos demandan.
Hoy estamos en una situación crítica, pero también ante una oportunidad histórica.
México requiere de una transformación para evitar que el sistema de gobierno, basado en los privilegios, la corrupción, la narcopolítica y la antidemocracia prevalezca por encima de las necesidades sociales, el respeto a la ley y el bienestar de los ciudadanos.
La nación exige que sumemos fuerzas. De la unión depende nuestro futuro. Si anteponemos el interés nacional por encima del interés individual o del interés de los partidos seremos capaces de corregir el rumbo.
La nación mexicana desde la lucha de Independencia ha estado marcada por la pugna entre dos ideologías. En el siglo 19 fueron conocidas como los conservadores y los liberales, en nuestros días las definimos como derecha e izquierda.
El abrazo de Acatempan es un claro ejemplo. Simboliza la tregua entre las dos fuerzas en aras de un objetivo común: la independencia.
Agustín de Iturbide representaba a quienes más tarde formarían el grupo conservador, y Vicente Guerrero, a los insurgentes, el grupo liberal.
Solo la unión de ambos grupos pudo dotar a los mexicanos de la fuerza necesaria para consumar la independencia y, sobre todo, consolidarla ante el exterior.
México ha evolucionado, ha madurado. Hoy, a diferencia de otros procesos de cambio en nuestra historia, la sociedad, con el empuje de la juventud, demanda cambios por la vía pacífica e institucional.
Ya no hacen falta diez años de lucha armada para que los ciudadanos despierten ante la necesidad de un nuevo pacto social.
Ha llegado el momento de transformar al país, de reinventarnos para navegar a buen puerto. Y la unión de los mexicanos es, por encima del interés particular, el camino de la paz, la libertad y el bienestar social para todos.