Hillary Clinton, la candidata demócrata a la presidencia de Estados Unidos, continúa siendo la favorita para ganar las elecciones del 8 de noviembre. La perspectiva la comparten el grueso de los analistas políticos, las casas encuestadoras y el mercado.
Sin embargo, lo que hace algunas semanas parecía una apuesta segura, hoy se asemeja a un volado. La conclusión del proceso electoral estadounidense se ha cargado de incertidumbre a raíz de una investigación del Buró de Investigación Federal (FBI, por sus siglas en inglés) relativo al uso de un servidor privado para correos electrónicos durante la gestión de Clinton como secretaria de Estado.
El lunes, por primera vez desde mayo, Donald Trump se posicionó por encima de Hillary Clinton en la encuesta de preferencias electorales de ABC News y el Washington Post.
La reacción del mercado fue unánime. El índice VIX, una medida de volatilidad, llegó a su mayor nivel desde que Reino Unido tomó la decisión de salir de la Unión Europea (Brexit).
Asimismo, el índice de acciones estadounidenses S&P 500 ligó su séptima caída consecutiva, la racha negativa más larga desde la crisis de deuda de la Eurozona del 2011.
Los mercados emergentes presentaron pérdidas aún más exacerbadas, considerando que esta clase de activos es altamente reactiva a cambios drásticos en el sentimiento de los inversionistas. Pese a que algunos analistas refieren que el mercado está reaccionando de manera exagerada, el rendimiento reciente de los activos de resguardo pone de relieve que los inversionistas han optado de manera generalizada por una estrategia de aversión al riesgo.
El lunes, el precio del oro presentó un avance de 1 por ciento, superando la barrera de los mil 300 dólares por primera vez desde inicios del mes pasado. De igual forma, el mercado privilegió activos de riesgo nulo como los bonos del Tesoro de estados Unidos.
El consenso de analistas argumenta que el comportamiento reciente de los inversionistas opera como un espejo anticipado del desastre que podría representar una presidencia de Trump para el mercado.
“Con menos de una semana para que acabe el proceso electoral, la opinión del mercado ha llegado a la conclusión de que una victoria de Trump podría crear una incertidumbre excesiva que será negativa para el sentimiento de riesgo en general”, refirió Kit Juckes, estratega macroeconómico del banco francés Société Générale.
Simon Johnson, ex economista en jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), explicó en un artículo reciente que la victoria electoral de Trump implicaría necesariamente un colapso de los mercados financieros y una recesión global.
La idea de Johnson está sustentada en la percepción de debilidad que rodea a la economía global, un argumento que también fue referido públicamente esta semana por Olivier Blanchard, otro ex economista en jefe del FMI.
Volado electoral
La recalibración de portafolios obedece a la dramática caída en las probabilidad que asigna el mercado a una victoria electoral de Clinton.
El mercado de futuros Iowa Electronic Markets es una plataforma desarrollada por la Universidad de Iowa en la que inversionistas pueden comprar o vender contratos en función de su perspectiva del resultado de las elecciones o de algún otro evento.
El instrumento, el más grande de su tipo, pretende que el precio de estos contratos permita hacer un pronóstico confiable de la conclusión del proceso electoral a partir de “la sabiduría de las masas”.
En una sola semana, la probabilidad implícita de que Clinton gane las elecciones el 8 de noviembre, de acuerdo a la posición de inversionistas en el Iowa Electronic Markets, se redujo de 87.3 por ciento a 57 por ciento. Cercano a la probabilidad de un volado.
La primera víctima de Trump
El peso mexicano, un activo de cobertura que se ha convertido en el termómetro de riesgo preferido del mercado, perdió el 1.72 por ciento de su valor frente al dólar en la jornada del lunes.
Una encuesta que realizó la agencia Reuters a estrategas de divisas muestra que la proyección promedio espera una depreciación de 10 por ciento del peso frente al dólar en caso de que Trump gane las elecciones. El escenario más pesimista ubica al tipo de cambio en 25 pesos por dólar.
Por otra parte, Natalie Rivett, estratega de la firma de Informa Global Markets, argumenta que aún si gana Clinton, el efecto positivo sobre el peso será temporal. Un alza potencial en la tasa de interés de referencia de parte de la Reserva Federal y el riesgo de que Moody’s o S&P rebajen la calificación de deuda soberana de México generarán presiones de depreciación sobre la divisa mexicana.
“Es importante recordar que la larga depreciación del peso inició en la segunda mitad del 2014 debido a que la política monetaria altamente acomodaticia de Estados Unidos se acerca a su final”, dijo Jesús López, un economista de Banco Base que fue consultado por Reuters.
En ese sentido, José Antonio Meade, secretario de Hacienda y Crédito Público, dijo durante una entrevista televisiva que la intervención del banco central para sostener el valor del peso en un entorno de alta volatilidad sería como “tirar gotas de agua en el océano”. “Es un instrumento que no funcionaría”, señaló.