Tienen razón quienes dicen que Donald Trump es un personaje indescifrable. La inconsistencia de los mensajes que envían él mismo y su administración no hacen más que perpetuar la sensación de incertidumbre que prevalece en torno al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
El lunes en la noche, el gobierno estadounidense anunció la implementación de tarifas arancelarias globales de hasta 30 por ciento para la importación de equipo de paneles solares y de hasta 50 por ciento para la importación de lavadoras. El tipo de cambio reaccionó de inmediato: el peso se depreció hasta 1.01 por ciento frente al dólar en las primeras horas de la jornada del martes.
El mensaje parecía claro: generar estridencia comercial el mismo día en el que inició la sexta ronda de negociación del TLCAN, una fase crítica para la supervivencia de un acuerdo que sólo ha cerrado 2 de los 30 capítulos a discusión, según han dicho fuentes oficiales.
Trump: impredecible
Sin embargo, hacia el mediodía de ayer, el tipo de cambio recuperó parte importante del terreno perdido, de golpe. ¿La razón? Trump fue citado por la corresponsal de Bloomberg en la Casa Blanca diciéndole lo siguiente a Robert Lighthizer, representante comercial de Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés):
El comentario del presidente de Estados Unidos contrasta con el clima de tensión que prevalece al interior del gobierno de Canadá. Funcionarios de alto nivel, empresarios e influyentes figuras de grupos de interés de ese país han sido citados por la prensa local diciendo que el escenario base para el TLCAN es el de la terminación. Ayer, en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza, Justin Trudeau, primer ministro canadiense, dijo que su país “está trabajando muy duro para asegurar que Estados Unidos reconozca lo bueno que ha sido el TLCAN y cómo ha beneficiado a la economía mundial”.
Las palabras de Trump también contrastan con las versiones periodísticas de que Estados Unidos rechazará la propuesta de México en relación a las reglas de contenido regional de origen. La administración de Enrique Peña Nieto, que en un inicio se negó a ceder en este tema, habría accedido a abrir la puerta a elevar las reglas de origen de contenido regional, siempre y cuando no se incluyera una regla de origen para contenido estadounidense.
El equipo negociador de Estados Unidos pretende elevar el nivel regional de este requerimiento de 62.5 por ciento a 85 por ciento y de crear una nueva disposición de 50 por ciento de contenido estadounidense. Cuando fue presentada, la medida fue considerada tan radical que se interpretó por algunos jugadores del mercado como una propuesta cuya intención era reventar el proceso de negociación. La industria automotriz de Estados Unidos, que cuenta con una fuerte injerencia en Washington, se manifestó en contra de manera tajante.
Tarifas globales: cambio de juego
Si bien, las reglas de origen son referidas como el obstáculo más importante para el avance de la renegociación, la reciente implementación de cuotas arancelarias de parte de la administración de Trump marcaron un nuevo ritmo en el proceso.
La Secretaría de Economía emitió un comunicado en el que lamenta la decisión de Estados Unidos de no excluir a México en la implementación de esta tarifa. En el 2016, el país exportó lavadoras al mercado estadounidense por un valor de 278 millones de dólares y exportó equipo para paneles solares por un valor de 1.12 mil millones de dólares.
Esta fue la primera vez desde el 2002 en el que el gobierno estadounidense impuso aranceles de carácter global. Peter Altmaier, ministro de Finanzas de Alemania, resume la reacción global a esta medida:
En Davos, Ildefonso Guajardo, el secretario de Economía, dijo en una entrevista que comprendía que esta política comercial estaba abocada a China y Corea del Sur, los jugadores dominantes de la industria. Sin embargo, aclaró que esto “no envía el mensaje correcto para México” y que se buscará una estrategia legal en el marco del TLCAN que incluso pudiera llegar a las instancias de la Organización Mundial del Comercio. Guajardo añadió que cenará con Robert Lighthizer este jueves, en donde tiene pensado preguntarle al representante comercial de Estados Unidos cuál fue el racional que siguió la administración de Donald Trump para castigar a México.
No obstante, en medio de la incertidumbre, México y Canadá voltean a ver más allá del TLCAN. Ayer los 11 miembros restantes del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés) acordaron la aprobación de un tratado revisado que será firmado en Chile en marzo, sin la participación de Estados Unidos, tras su retiro de la negociación.