El presidente de la inmigración

Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos en gran medida por su férrea postura anti inmigración.

Rodrigo Carbajal Rodrigo Carbajal Publicado el
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“El presidente electo, lo sepa o no, ya encontró la manera de maximizar el número de inmigrantes ilegales mexicanos. ¿Quién dijo que Donald Trump no podía resolver un problema?” 
Tyler CowenProfesor de economía de la Universidad George Mason

Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de Estados Unidos en gran medida por su férrea postura anti inmigración. Su primer promesa de campaña, la que lo catapultó en las primarias del Partido Republicano y que se convirtió en una constante en sus mítines, fue la de construir un muro a lo largo de toda la frontera con México.

Asimismo, Trump se comprometió a triplicar el número de agentes fronterizos y a deportar a millones de inmigrantes indocumentados como una de sus primeras prioridades de política pública.

Paradójicamente, la plataforma económica del presidente electo es considerada como una bienvenida para la entrada de mano de obra barata de México y América Central.

Tyler Cowen, profesor de economía en la Universidad George Mason, argumenta que las políticas económicas que ha propuesto el equipo de transición de Trump generan incentivos para maximizar la inmigración de trabajadores indocumentados a Estados Unidos.

“El presidente electo, lo sepa o no, ya encontró la manera de maximizar el número de inmigrantes ilegales mexicanos”, escribió  Cowen en un artículo de opinión para el portal Bloomberg View. “¿Quién dijo que Donald Trump no podía resolver un problema?”, agregó.
 
Comercio: sustituto de migración
 
La cancelación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), un escenario fatalista pero posible, irrumpiría a la economía mexicana, dejando a millones de personas en una situación de vulnerabilidad. 

La retórica proteccionista de Trump, patente en su amenaza de imponer un arancel de 35 por ciento a los productos mexicanos, operaría en sentido contrario a sus objetivos de política migratoria.  Esta medida rompe con la máxima del Premio Nobel de Economía Paul Samuelson: 
“El comercio es un sustituto de las migraciones masivas desde los países pobres a los ricos”.

En México, la diferencia salarial entre los trabajadores de industrias de exportación y los trabajadores de industrias que atienden el mercado interno es amplia.

Un reporte de la firma de consultoría McKinsey evaluó la productividad de trabajadores de pequeñas empresas, comúnmente asociadas al mercado interno, con la de grandes empresas, comúnmente asociadas a industrias de exportación.

La productividad, el valor agregado por trabajador medido en dólares a precios constantes del 2003,  para las empresas con menos de diez empleados pasó de 7 mil dólares en 1999 a 4 mil dólares en 2009. En cambio, la productividad de las firmas con más de 500 empleados pasó de 25 mil dólares en 1999 a 44 mil dólares en 2009.

Este indicador está fuertemente correlacionado con la determinación de los salarios.

Una guerra comercial entre México y Estados Unidos pondría fin a empleos bien remunerados en el país, lo que llevaría a una cantidad significativa de personas a buscar empleos bien pagados en Estados Unidos.
 
Infraestructura que atrae…inmigrantes
 
El proteccionismo no es el único eje relevante de la plataforma económica del presidente electo. Su equipo de transición ha hecho énfasis en que el nuevo gobierno implementará un agresivo programa de estímulo fiscal en el que se invertirán 100 mil millones de dólares anuales en gasto de infraestructura durante los siguientes diez años.

Este programa auspiciaría el mayor auge en el sector de la construcción en el periodo poscrisis. En ese sentido, la creciente demanda de mano de obra para la construcción de puentes, caminos y otras obras públicas sería cubierta por trabajadores indocumentados, quiénes cuentan con una participación relativamente alta en el sector.

Cowen explica que gran parte del programa de infraestructura será ejecutado a través de asociaciones público privadas en la que participarán firmas que suelen contratar a trabajadores indocumentados.

Por otro lado, esta política de estímulo coincide con la promesa de desmantelar parte del programa de seguridad social Obamacare, al que los inmigrantes sin papeles prácticamente no tienen acceso.   

En caso de que la plataforma económica de Trump se implemente a cabalidad, la relocalización de subsidios de los rubros de seguridad social hacia rubros de infraestructura terminará beneficiando a los trabajadores ilegales.

Además, los mercados prevén que el aumento del gasto gubernamental se traduzca en mayores tasas de interés, lo que a su vez implicaría una apreciación del dólar contra el peso, volviendo más atractivo el envío de remesas desde Estados Unidos.

Contrario a lo que sostiene el discurso de Trump, la inmigración de trabajadores ilegales mexicanos ha decrecido desde la Gran Recesión. El consenso de analistas explica que este fenómeno se debió al colapso del sector de la construcción en Estados Unidos.

Sin embargo, las políticas económicas del presidente electo podrían revertir la tendencia.

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