Trump nos obliga a cambiar
México debe replantear su modelo de atracción de inversión a raíz de la reforma fiscal recientemente aprobada por el Congreso de Estados Unidos. Apple y FCA son dos compañías de alto perfil que están repatriando capitales y producción
Indigo StaffLa reforma impositiva de Estados Unidos compromete a México a replantear su modelo de atracción de inversión extranjera directa. Estados Unidos se ha vuelto un destino de capital mucho más competitivo, en detrimento de países que le han apostado a la laxitud fiscal (Irlanda) o a la formación de cadenas de valor fincadas en una estructura de bajos costos laborales (México).
La decisión de FCA de repatriar la producción de la camioneta Ram Heavy Duty a Estados Unidos es la prueba patente de que la reforma fiscal representa una afrenta directa para el modelo de industrialización mexicano inaugurado hace más de dos décadas con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
La semana pasada, FCA reveló que para el año 2020 dejará de producir la camioneta Ram Heavy Duty en su planta de Saltillo, Coahuila, y lo hará en la unidad de ensamble de Warren, Michigan. En el comunicado se citó explícitamente a la reforma fiscal como uno de los motivos centrales de esta decisión.
En consecuencia, el sector privado mexicano ha pedido que se reduzca la tasa del Impuesto Sobre la Renta. Sin embargo, la posición oficial del gobierno mexicano es que se mantendrá el status quo. El consenso de analistas encuentra poco probable que la administración de Enrique Peña Nieto reúna el capital político necesario para realizar un cambio de esta envergadura. El 2018 es un año electoral y la reducción de impuestos corporativos tendría que estar acompañada de un recorte al gasto público o de una generalización del Impuesto al Valor Agregado; de otro modo el país quedaría expuesto a una crisis fiscal en un momento particularmente frágil del cuadro macroeconómico nacional.
A pesar de ello, el sector privado mexicano espera que antes de concluir el primer trimestre de este año, el gobierno dará a conocer las medidas que asumirá para contrarrestar los efectos de la reforma fiscal de Estados Unidos. Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, aseguró que los cambios fiscales deberán hacerse públicos antes de que concluya marzo y que deberán reflejarse en inversión, generación de empleo y crecimiento.
La actitud de los empresarios mexicanos raya en lo que los estadounidenses llaman wishful thinking. El gobierno mexicano ha rechazado reproducir los cambios al esquema fiscal que aprobó en diciembre el Congreso de Estados Unidos. Las autoridades económicas sostienen que lo que hace competitivo al país va más allá del nivel de la tasa de impuesto corporativo (30 por ciento en México; 21 por ciento en Estados Unidos), ya que si así fuera el caso los países con mayor capacidad para atraer inversión en América Latina serían Haití y Bolivia.
Apple y la importancia de la reforma fiscal
Esto no quiere decir que el efecto de la reforma fiscal estadounidense sea poco relevante. Apple, la empresa de mayor valor de capitalización de mercado en el mundo, repatriará 252 mil millones de dólares a Estados Unidos. La compañía de Cupertino, California deberá pagar 38 mil millones de dólares en impuestos.
La medida del gigante tecnológico fue acompañado de un plan de inversión para los próximos cinco años con el que planea crear hasta 20 mil nuevos empleos en Estados Unidos.
Apple no detalló el plazo ni las condiciones del pago de impuestos al gobierno estadounidense, pero la cifra representa la mayor cantidad abonada al fisco por una compañía en la historia.
Las políticas corporativas de Apple y FCA se ajustan a la narrativa de “América Primero” del presidente Donald Trump. La agenda económica de esta administración ha hecho de la repatriación de capitales y empresas una prioridad de política pública.
Para algunos, esto representa una amenaza para la evolución de México como una potencia emergente en la exportación de manufacturas.