Última llamada para Bernanke

Jackson Hole es un pequeño pueblo estadounidense en Wyoming, rodeado de un parque nacional y con una población de menos de 10 mil habitantes.

No sería tema de noticia si no fuera por una peculiar tradición: desde 1978 es sede de la Conferencia Anual de la Reserva Federal de Estados Unidos, una de las reuniones de banqueros más importantes en el mundo.

Eduardo Flores Eduardo Flores Publicado el
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Por ciento es la tasa de inflación en ese país
El mercado espera cualquier indicio de otra relajación cuantitativa, 
la tercera 
que realizaría 
la Reserva Federal desde que inició la crisis financiera en 2008

Jackson Hole es un pequeño pueblo estadounidense en Wyoming, rodeado de un parque nacional y con una población de menos de 10 mil habitantes.

No sería tema de noticia si no fuera por una peculiar tradición: desde 1978 es sede de la Conferencia Anual de la Reserva Federal de Estados Unidos, una de las reuniones de banqueros más importantes en el mundo.

Este año, como ya es costumbre, el pueblo será asediado por reporteros y tecnócratas, quienes intentarán descifrar las conferencias preparadas por importantes personajes, como la de mañana con Ben Bernanke, gobernador del Comité de Mercado Abierto de la Fed, quien tiene facultades para contraer o expandir la oferta monetaria.

Considerando el rol de Europa en los últimos meses, la primera noticia relacionada con el evento no fue muy prometedora: citando “exceso de trabajo”, el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, canceló su participación en el foro.

¿Lo dejan solo?

¿Qué podría ser más urgente que la reunión del año sobre política monetaria?

Algunos especulan que Draghi tal vez está tramando algo al otro lado del océano.

Un nuevo rescate o programa de compra de activos sin duda requiere de la atención del banquero, aunque resulta un poco absurdo que se haga sin la participación de la Fed.

En los últimos años, ante una crisis sin precedentes, los bancos centrales más grandes del mundo han optado por moverse en sincronía, con el fin de maximizar el impacto de cualquier política.

Llevar a cabo algo de manera unilateral sería una estrategia diferente y sorpresiva.

Mario Draghi también deja solo a Bernanke, quién tendrá que señalar, aunque no afirmar, las acciones que la reserva está considerando para impulsar el crecimiento de la economía.

La presión es inmensa

La última reunión del Comité de Mercado Abierto no produjo gran anuncio y los mercados fueron relativamente pacientes.

Algunos analistas económicos explicaron que lo más probable era un programa en la siguiente junta del Comité, que se desarrollará la próxima semana y que contaría con más datos sobre el estado de la economía.

Desde entonces los datos no han sido necesariamente malos, pero tampoco han mejorado al grado de esperar una recuperación vigorosa, lo que pone más presión sobre la Fed para actuar.

La conferencia de Bernanke en Jackson Hole debería reflejar esa preocupación.

No es necesariamente tradición anunciar grandes medidas de política en la reunión de Jackson

Hole, pero sí sirve para marcar la pauta sobre lo que vendrá después.

Por ejemplo en el 2005, Rajan Raghuram, en ese entonces economista en jefe en el Fondo Monetario Internacional, presentó un estudio sobre la situación del sistema financiero mundial, donde se preveían muchos problemas que vendrían después.

Por su parte, las autoridades delimitan las opciones que están considerando y ponen a discusión ciertas problemáticas.

Escucharán con atención

Esta vez el mercado está esperando el discurso que Bernanke dará mañana, donde probablemente dé a conocer las opciones que se están considerando para disminuir la alta tasa de desempleo.

En este sentido, el banquero será precavido. Dirá lo que el banco puede hacer, mas no lo que hará.

El mercado estará buscando ansiosamente cualquier indicio de otra relajación cuantitativa, la tercera que haría la institución desde la crisis financiera del 2008.

Según un sondeo de Reuters entre economistas, la probabilidad de que esto suceda en septiembre se encuentra en 45 por ciento.

Sin embargo, incluso con esta opción hay limitantes.

Si bien la inflación está lejos de preocupar a la Fed, hay problemas de implementación que podrían disminuir los efectos positivos que la medida tendría.

Por ejemplo, más de un tercio de todos los bonos del tesoro que se vencen en el 2021 ya los posee la reserva federal.

Una de las implicaciones de la relajación cuantitativa consiste en comprar más de éstos, lo que dejaría a muchos inversionistas fuera del mercado.

Intentar afectar al mercado de vivienda también es una opción arriesgada, puesto que en la última ronda parecida, las fallidas transacciones de compra y venta de casas incrementaron drásticamente. Lo último que la reserva quiere es afectar más a dicho mercado.

Además, desde Jackson Hole hasta el anuncio de política monetaria podrían pasar muchas cosas.

El Banco Central Europeo se reúne el jueves próximo y podría anunciar medidas adicionales de relajación monetaria, como parte de las “medidas excepcionales” a las que se refirió Draghi hace días.

Los datos de desempleo más recientes en Estados Unidos también se publican hoy.

Por lo anterior, los analistas no esperan anuncios concretos, pero sí algunos indicios de que la Reserva Federal podría volverse más agresiva.

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