Un economista centenario

El martes de esta semana, último día de julio, se cumplió un siglo del nacimiento del icónico economista Milton Friedman.

Una característica de los personajes con gran importancia en su campo de trabajo es el desarrollo de un culto alrededor de su persona. Friedman cumple con esta condición sin lugar a duda.

A lo largo de todo Estados Unidos se realizaron celebraciones para conmemorar el centenario de su natalicio.

Prácticamente en todos los estados hubo algún evento donde regalaron libros, daban pláticas o cualquier otro tipo de actividades. Esto trascendió a países alrededor del mundo, con ejemplos desde Guatemala, Bulgaria e inclusive países como Venezuela y Rusia.

En la élite

Inició su camino profesional estudiando el doctorado en economía en la Universidad de Chicago y posteriormente fue profesor de la misma por 30 años.

Durante su estadía formó parte del grupo de profesores conocidos como los “Chicago Boys”, la élite de economistas defensores del libre mercado.

Aunque sus estudios son criticados por aquellos escépticos del libre mercado, su capacidad intelectual y el avance que promovió en la ciencia económica no son cuestionados.

Es cierto que tenía una postura radical en la idea de libertad económica, pero siempre lo hacía con fundamentos estadísticos, además de que era especialista en historia monetaria.

Inclusive reconocía la importancia del economista John Maynard Keynes, quien prácticamente tenía ideas opuestas, y argumentaba que sus ideas eran correctas para el tiempo particular en el que promovía el estímulo gubernamental.

Defendía, sin embargo, que de ser contemporáneos Keynes estaría de acuerdo con sus ideas.

Creativo y preciso

Sus avances fueron vastos, pero era especialista en temas monetarios. Desarrolló investigaciones de patrones de consumo de los individuos, historia monetaria, política monetaria, entre otras muchas.

Era también conocido por su ingenio, ya que en entrevistas donde era confrontado por preguntas rapaces del público siempre encontraba la manera de contestar con tal grado de inteligencia que lograba el silencio entre sus adversarios.

Siempre habrá críticas a la teoría económica que alguien publique, debido a la misma naturaleza social de la ciencia, pero el legado que dejó este hombre, fallecido en noviembre de 2006, será difícilmente superado. Sobre todo en la manera creativa de visualizar las cosas y la forma precisa en defender sus argumentos.