Un plan con doble intención
El paquete económico enviado a San Lázaro por el titular de la Secretaría de Hacienda es el primer indicio de la estrategia fiscal que el presidente Enrique Peña Nieto llevará a cabo durante su gestión.
Tras un análisis del proyecto económico que el gobierno propone para el siguiente año, se puede leer entre líneas la táctica que intenta perfilar al presupuesto como impulsor de una reforma fiscal temprano en el sexenio.
Jesús M. Badiola
El paquete económico enviado a San Lázaro por el titular de la Secretaría de Hacienda es el primer indicio de la estrategia fiscal que el presidente Enrique Peña Nieto llevará a cabo durante su gestión.
Tras un análisis del proyecto económico que el gobierno propone para el siguiente año, se puede leer entre líneas la táctica que intenta perfilar al presupuesto como impulsor de una reforma fiscal temprano en el sexenio.
En principio, uno de los escenarios que se preveían para el primer año operante del sexenio era la imposibilidad de aumentar tanto el Impuesto Sobre la Renta (ISR) como el Impuesto Especial a Productos y Servicios (IEPS).
Luis Videgaray, el nuevo titular de Hacienda, había prometido que no habría aumentos a los impuestos actuales o la creación de algún impuesto nuevo, cosa que se cumple en papel, aunque las tasas de los impuestos anteriores estaban por disminuir en el 2013.
También se cumple, en papel, otra promesa: un presupuesto con cero déficit. Tal postulación ha causado conmoción entre el mercado financiero, en parte por su limitación práctica como por su optimismo en cuanto al bienestar de la economía.
Excluyendo la inversión en Pemex, el paquete enviado asume que los ingresos del gobierno federal serán iguales a los egresos. Bajo tal principio, el gobierno federal no necesitará incurrir en un déficit.
El secretario de Hacienda contempla un crecimiento del 3.5 por ciento de la economía, reduciendo la estimación que había contemplado el gobierno saliente por medio punto porcentual, y una inflación de 3 por ciento, que también se estima como optimista, ante las presiones inflacionarias en el mercado agrícola.
De igual forma, se estima que la tasa de interés promedio de CETES será mayor a la actual de 4.6 por ciento. Así mismo, la mezcla mexicana se cotizará, según el organismo, en promedio en 84.9 dólares por barril.
El debate fiscal
No obstante, el factor estratégico del presupuesto presentado no se encuentra dentro de lo escrito, sino de su repercusión en el debate sobre una posible reforma fiscal.
En su discurso de inauguración, el presidente Peña Nieto anunció promesas sobre nuevos programas gubernamentales que inevitablemente necesitarán mayor presupuesto.
Con el llamado “Pacto por México”, los tres partidos prominentes del país acordaron impulsar el desarrollo económico como lo promueve el presidente.
De tal forma, se estima probable que la ampliación de los programas de desarrollo se den en su totalidad. Y al analizar los programas particulares, se puede evidenciar la necesidad de mayor gasto federal.
Por ejemplo, según el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), expandir el programa “70 y Más” requerirá cerca de 8 mil millones de pesos adicionales; el proyecto de erradicar la pobreza extrema alrededor de 13 mil millones, mientras que el establecimiento del Seguro de Desempleo unos 3 mil millones más.
Si bien el incremento en el gasto del presupuesto del 2013 es de solo un 2.3 por ciento mayor en términos reales, es importante considerar la posibilidad de que el costo final vaya a aumentar, al ser catalogados muchos como programas pilotos.
¿Sentando las bases para la reforma?
Ante el próximo proyecto económico, es entendible que se necesitará un notorio aumento en el presupuesto para financiar a una ambiciosa agenda de desarrollo.
Lo anterior fue confirmado por el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado, el cual afirma que las propuestas delimitadas en el pacto no se podrán lograr sin una reforma fiscal.
Mientras que el gobierno federal estima un aumento del 4.4 por ciento en ingresos fiscales para contemplar la realidad de un déficit cero, tal noción ha sido criticada por analistas independientes como irreal, dado a la sobrestimación del aumento en ingresos.
Pero la estrategia del equipo de Peña Nieto aparenta ser justamente esto.
Ante programas de asistencia social populares, y con el antecedente de un presupuesto balanceado, el ejecutivo federal tendrá más armas para poder realizar una reforma fiscal integral.
Al contar con el apoyo de los partidos políticos sobre el aumento en programas de desarrollo económico, y estableciendo la imposibilidad de aumentar el déficit para financiar tales proyectos, la única solución real se induce a través de una alza en ingresos. Es decir, una reforma fiscal.
Estimando que no existe mucho ímpetu político por reducir los fondos de programas sociales que ya han sido aprobados, se pronostica que habrá mayor apoyo para impulsar la reforma fiscal.
De tal modo, mientras que el plan de presupuesto para el 2013 no presenta ninguna sorpresa innovadora, se estima que haya más historia que lo que se lee en el papel.
Perciben futura carga
Sunny Villa, del Centro de Investigación Económica y Presupuestal responde a las preguntas que le planteó Reporte Indigo sobre el Paquete Económico 2013.
RI: ¿Hay un cambio significativo hacia más inversión y menor gasto corriente o se trata de pequeños ajustes?
SV: El presupuesto 2013 muestra una intención por disminuir el gasto en la función gobierno, especialmente en la Coordinación de la Política de Gobierno. Pero no se traslada directamente a una reducción del gasto corriente del gasto programable.
RI: El PPEF 2013 no propone grandes cambios en cuanto a ingresos respecto al 2012, ¿se podría
esperar una reforma fiscal el próximo año para financiar las promesas del “Pacto por México”?
SV: Para cumplir cabalmente con los compromisos del “Pacto por México”, garantizando una sostenibilidad de las finanzas públicas de largo plazo, será necesaria una reforma fiscal. Esta reforma, si lo que se pretende es disminuir la dependencia del petróleo, se puede dar en 2 vertientes: 1. Ampliación de la base tributaria, 2. Nuevas tasas de recaudación.
RI: ¿Cuál considera que sea el acierto más importante del PPEF 2013? ¿Y el problema?
SV: El PPEF 2013 muestra un esfuerzo por disminuir la carga del gasto de gobierno (…), lo cual es uno de los aspectos positivos de esta propuesta. Sin embargo hay que observar la introducción de programas que, aunque parezcan pequeños en este PPEF, pueden no serlo en las versiones subsecuentes. Existen programas como los de pensiones a las personas mayores y a la falta de jefas de familia que (…) pueden resultar en una carga importante en los próximos presupuestos.