Una guerra sin freno

La revolución de la industria del transporte avanza lentamente en el país. Un grupo de taxistas de la Ciudad de México salió ayer a protestar en contra de Uber y otras empresas similares que ofrecen servicios de traslado a particulares.

Elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal y granaderos se vieron obligados a cerrar los principales accesos al Zócalo ante la marcha de los taxistas. Avenidas principales como Vasco de Quiroga y Prolongación Paseo de la 

Reforma estuvieron completamente cerradas durante horas.

Los taxistas protestaron porque consideran que los servicios ofrecidos por Uber y Cabify son una forma de competencia desleal debido a que se asemejan a la operación de un taxi tradicional sin contar con la licencia correspondiente.

Como respuesta a las protestas, estas empresas ofrecieron hasta 300 pesos en viajes gratuitos para todos sus usuarios durante todo el día de ayer.

“Hoy que es un día tan complicado para trasladarse hemos decidido regalar viajes en Uber a todos nuestros usuarios, porque si #MexicoNoPara,  #UberNoPara”, dijo esta empresa a través de su página de Internet.

Por su parte, Cabify aprovechó la situación para repetir a las autoridades que lo que se necesita es una regulación apropiada a las nuevas tecnologías y no acabar con la competencia.

“Queremos seguir ofreciendo un servicio de calidad que se alinee a todos los reglamentos que se dicten, es así que hoy en día estamos en busca de una regulación equitativa para todos los operadores. Nuestro objetivo es reducir la flota vehicular actual para lograr una mejor calidad de vida”, expresó Cabify en un comunicado.

No son lo mismo

En la mayoría de las ciudades del mundo donde opera Uber los taxistas han levantado el mismo tipo de protestas en contra de una supuesta competencia desleal. Sin embargo, sus servicios son diferentes y varios países ya reconocen estas peculiaridades en sus leyes.

Uber es sólo un intermediario entre conductores y pasajeros. Los taxis tradicionales conforman un tipo de servicio público y requieren de permisos especiales por su manera de operar.

Por ejemplo, no es lo mismo solicitar un taxi en la calle que pedir un auto a través de Uber. En el primer caso el pasajero necesita tener la seguridad de que el conductor es en realidad un taxista.

En cambio, cuando se utilizan plataformas como Uber los usuarios no sólo saben exactamente lo que solicitan, si no que incluso conocen de antemano al conductor que los recogerá y las evaluaciones de sus viajes pasados.

“No estamos en el negocio de competir directamente con los taxis, más bien lo que estamos haciendo es ampliar el mercado de transporte en México, queremos ser una nueva opción de movilidad”, afirma el gerente de comunicación para Monterrey de Uber, José Eseverri. 

Solución poselectoral

El jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, declaró ayer que escuchará a todos los actores involucrados en este conflicto para llegar a una solución, pero tendrán que esperar a que pasen las elecciones generales del 7 de junio.

“El objetivo fundamental que tiene hoy la Ciudad de México es mejorar el servicio de taxi, incluyendo a todos. Es decir, no dejar nada fuera, sino poder incluir, para que mejore el servicio sustancialmente”, afirmó el jefe de Gobierno, citado en un comunicado de la Secretaría de Movilidad.

Mientras tanto, el Gobierno capitalino llegó ayer a un acuerdo con 15 integrantes del grupo Taxis Unidos para que se inicie un operativo el próximo martes en contra de taxis piratas. Trascendió que el acuerdo también incluye acciones en contra de Uber y compañías similares.