Ven reforma con buenos ojos

El dictamen aprobado por la comisión de energía en el Senado ha levantado la polémica en el país. Mientras que algunos grupos señalan como una traición a la patria la propuesta de Enrique Peña Nieto, hay quienes han dado su apoyo. El debate y las protestas están lejos de acabar.

En contraste, la comunidad internacional ha recibido con buenos ojos los cambios impulsados por el ejecutivo federal y avalados por la PAN.

2004
Año en el que los niveles de producción petrolera se encontraron en su máximo
El Financial Times cita a representantes de Goldman Sachs afirmando que la iniciativa de reforma energética representa un cambio favorable para los mercados, y que Exxon Mobil y Royal Dutch Shell están interesados en hacer negocios en México con el nuevo esquema
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El dictamen aprobado por la comisión de energía en el Senado ha levantado la polémica en el país. Mientras que algunos grupos señalan como una traición a la patria la propuesta de Enrique Peña Nieto, hay quienes han dado su apoyo. El debate y las protestas están lejos de acabar.

En contraste, la comunidad internacional ha recibido con buenos ojos los cambios impulsados por el ejecutivo federal y avalados por la PAN.

La posibilidad de acabar tanto con un monopolio gubernamental que, por diferentes motivos, es ineficiente, así como la apertura a la inversión privada ha sido aplaudida de manera unánime en diferentes medios de comunicación especializados.

La reacción positiva parece indicar que el peligro más grande es que los grupos de izquierda consigan boicotear la propuesta. 

Dentro de la conciencia popular colectiva de México se encuentra arraigada una cultura de aversión a la inversión privada, sobre todo cuando es extranjera. 

Este sentimiento ha sido alimentado principalmente por los monopolios en el sector de telecomunicaciones. Al respecto destaca el caso de Telmex que, a través de una reforma similar, creó uno de los más grandes monopolios privados del país que mantiene uno de los servicios más caros en telefonía móvil y fija del mundo.

Sin embargo, estas malas experiencias no están presentes en el extranjero. Las reacciones positivas muestran un aire de confianza tanto a la aprobación de la reforma como a los beneficios que traerá a México. 

Mientras tanto, el tipo de cambio del peso bajó ante las noticias y el índice de la Bolsa Mexicana de Valores reportó un incremento.

En contra de monopolios

Los principales periódicos y revistas financieras internacionales destacan como positivo el fin al monopolio gubernamental manejado por Pemex. 

Las cifras coinciden en la ineficiencia de la paraestatal para administrar los hidrocarburos nacionales.

En ese sentido, Reuters destaca que Pemex no ha conseguido revertir la caída de producción desde su pico en el 2004 debido principalmente a la falta de inversión crónica. En este punto es que el apoyo de empresas privadas puede impulsar el negocio de petróleo en el país.

Dentro de la nota se advierte que, si bien la reforma no permite una concesión en sentido estricto, esto se debe a la carga negativa del término. 

Asegura que a través de eufemismos como licitaciones y utilidades compartidas las empresas pueden disfrutar de los mismos efectos que una concesión.

A través de una nota de Financial Times, representantes de Goldman Sachs afirman que la iniciativa representa un cambio favorable para los mercados. 

Asimismo, el artículo señala que gigantes de la industria de hidrocarburos como Exxon Mobil y Royal Dutch Shell se han mostrado interesadas en realizar negocios en México con el nuevo esquema.

El aspecto negativo de acuerdo a la publicación es la disposición que prohibe a los inversionistas privados a participar de las reservas petroleras que permanecerán propiedad del Estado. 

Sin embargo, este punto es considerado como un mal necesario para aprobar una reforma tan polémica en la opinión pública. 

Esta restricción queda hasta cierto punto compensada con la posibilidad que la iniciativa permite reservar el flujo de efectivo esperado de la venta de hidrocarburos.

Ni mucho ni poco

Cuando en agosto se presentaron los primeros intentos de reforma energética, la comunidad internacional se mostró escéptica. La queja giraba en torno a que los cambios propuestos por el PRI no eran suficientes para conseguir la reforma estructural que el país necesitaba.

Esa misma opinión la compartió la oposición del PAN que demandó una mayor apertura a los capitales privados. 

Después de meses de trabajar a puertas cerradas se consiguió llegar a un terreno intermedio que los mercados han visto con buenos ojos.

Los mismos analistas que en su tiempo calificaron como de muy tímida la reforma, ahora aplauden la propuesta presentada el fin de semana en el Senado, aun y cuando no se llegó a las concesiones completas.

Para The New York Times, la reforma energética es completamente necesaria. De acuerdo con datos del periódico, México ocupa el noveno lugar entre los más grandes productores de petróleo en el mundo y actualmente es la tercera fuente de petróleo para Estados Unidos. Sin embargo, tanto la producción como sus exportaciones han caída drásticamente en los últimos años.

En el 2006 el país producía 1.7 millones de barriles diarios, mientras que hoy en día se ubica en 900 mil barriles. Al mismo tiempo, sus importaciones de gasolina no han parado de subir. 

Del mismo modo, la reservas probadas de petróleo mexicano han ido en constante disminución desde los años 80. De casi 60 mil millones de petróleo que se estimaban en esa época, ahora contamos con alrededor de 10 mil millones. 

Mientras que en los medios internacionales reina el optimismo, México se encuentra en un debate nacional repleto de ambigüedad. El dictamen aprobado entre el PRI y el PAN modifica los artículos 25, 27 y 28 de la Constitución y prevee una mayor participación de la inversión privada en el sector energético, sin dejar claro el cómo ni la diferencia que existirá con el modelo actual.

Hoy en día Pemex tiene diferentes asociaciones con empresas privadas para realizar sus operaciones. De tal modo, no está claro cuáles serían los cambios con los nuevos contratos y licitaciones que otorgará la paraestatal. 

Si bien la propuesta tiene más de 250 páginas de estudios y precisiones, la reforma abarca únicamente tres artículos de la Carta Magna, por lo que las especificaciones se han dejado a las leyes secundarias.

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