Venezuela es la catástrofe humana más grave que se ha generado en momentos de paz, a la luz del desgaste del nivel de vida de sus habitantes, la caída del PIB, el colapso del abastecimiento alimentario y aumento de la criminalidad.
Así lo afirmaba hace un par de años a la comunidad internacional, el director del Centro para el Desarrollo Internacional en la Facultad Kennedy de Harvard, Ricardo Hausmann.
La reciente publicación del economista venezolano “El colapso de Venezuela no tiene precedentes” arrojó datos concretos que reflejan el colpaso del país sudamericano: en dos años, 74 por ciento de los venezolanos perdieron nueve kilos de peso de manera involuntaria por dificultades para conseguir alimentos. La mortalidad de recién nacidos se multiplicó por 100.
Cuando el expresidente de Venezuela, Hugo Chávez dirigió su Revolución Bolivariana hacia el socialismo, la bautizó como el Socialismo del Siglo XXI.
A los ojos del mundo, la experiencia de Venezuela se está sumando a los fracasos de los ensayos socialistas.
El Observatorio venezolano de Salud refirió que en 2016, la mortalidad de los pacientes internados se multiplicó por 10.
Otros resultados de la investitgación de Hausmann demostró que en ese país hay varios factores que endurecen la situación, porque si bien la caída del producto interno bruto (PIB) entre 2013 y 2017 incluye una reducción de 17 por ciento en la producción petrolera excluye la disminución del precio del petróleo del 55 por ciento, durante ese lapso. A la vez, entre 2010 y 2016, los ingresos fiscales no petroleros se desplomaron un 70 por ciento, en términos reales.
La pobreza creció del 48 por ciento en 2014 al 82 por ciento en 2016, de acuerdo a un estudio realizado por las tres universidades venezolanas de mayor prestigio.
Cumple pago
En medio del colapso financiero y social, el gobierno de Nicolás Maduro no ha dejado de cumplir con sus compromisos financieros, y la semana pasada pagó el cupón semestral de un bono soberano, de acuerdo a la Oficina Nacional de Crédito Público (ONCP).
El organismo dependiente del Ministerio de Economía y Finanzas no detalló la operación, pero el pago se estima en 250 millones de dólares, indicó la agencia Reuters.
Durante la semana pasada, los papeles venezolanos cayeron luego que Estados Unidos dijo que evalúa sanciones económicas si el presidente Nicolás Maduro sigue con la agenda de la Asamblea Constituyente. Pero el poder que escribirá la nueva constitución ya quedó instalado.
Venezuela enfrenta una recesión económica y alta inflación debido a la caída en los precios del petróleo, cuyas exportaciones representa el 90 por ciento de los ingresos de ese país.
Un reporte de Barclays destacó que los ingresos por exportación de petróleo alcanzaron un mínimo de 15 años al segundo trimestre de este año.
Debido a la interdependencia energética entre Estados Unidos y Venezuela probablemente llevará a la administración de Trump a que asuma una postura cautelosa en las sanciones que planea contra el gobierno de Maduro.
Venezuela produce cerca de 2.2 millones de barriles diarios de petróleo, lo que representa cerca del dos por ciento del mercado mundial de crudo. Su petróleo pesado desempeña un papel determinante como materia prima para refinerías complejas en todo el mundo, en particular a lo largo de la costa del Golfo de Estados Unidos.