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Venezuela 
no ‘madura’

A partir del 2003, la administración del entonces presidente Hugo Chávez comenzó un régimen de tipo de cambio fijo para evitar que saliera capital de Venezuela.

Después de años de tener un tipo de cambio fijo, parece que ese país se ha visto en la necesidad de comenzar a volverlo flexible ante presiones del déficit fiscal y del mercado negro de divisas.

Ante el tipo de cambio fijo que determina el gobierno, el bolívar venezolano ha estado fuertemente sobrevaluado, lo que es notorio al comparar el tipo de cambio oficial con lo que vale en el mercado negro. 

32
Por ciento la devaluación del bolívar venezolano en febrero de 2013
"Este personaje triste (Capriles) no puede disimular en sus ojos la derrota antes de empezar la campaña electoral, que le dará el pueblo el día 14"
Nicolás MaduroPresidente encargado de Venezuela
"Lo que el gobierno anunció es otra devaluación, otro paquetazo por el pecho de los venezolanos"
Henrique Capriles Candidato de la oposición 
en Venezuela

A partir del 2003, la administración del entonces presidente Hugo Chávez comenzó un régimen de tipo de cambio fijo para evitar que saliera capital de Venezuela.

Después de años de tener un tipo de cambio fijo, parece que ese país se ha visto en la necesidad de comenzar a volverlo flexible ante presiones del déficit fiscal y del mercado negro de divisas.

Ante el tipo de cambio fijo que determina el gobierno, el bolívar venezolano ha estado fuertemente sobrevaluado, lo que es notorio al comparar el tipo de cambio oficial con lo que vale en el mercado negro. 

La segunda devaluación, que vino a través de la subasta de 200 millones de dólares, trae consigo señales problemáticas para el país. 

Además de que las operaciones están lejos de poder clasificarse de transparentes, muestra una moneda que al ser manipulada traerá problemas que finalmente pagarán los ciudadanos venezolanos. 

“Esto es otra devaluación más y significa quitarle a la gente de sus bolsillos parte de su poder adquisitivo. También significará un replanteamiento de los costos y los precios de las empresas”, opinó a agencias informativas Víctor Maldonado, presidente de la Cámara de Comercio de Caracas.

Lejos de la realidad

Con datos de Business Monitor International (BMI) vemos que el tipo de cambio oficial está muy por debajo del tipo de cambio implícito y el tipo de cambio en el mercado negro. 

Por mucho tiempo el tipo de cambio del gobierno se mantuvo a 4.30 bolívares por dólar, y dio el salto a 6.30, lo que implicaba una devaluación del 32 por ciento. Esto se realizó a través de un mecanismo de subasta donde solo ciertas empresas podían acceder. 

Solo una fracción mínima de estas empresas obtuvo los dólares, y esto se repitió en la segunda subasta llevada a cabo la semana pasada, donde el bolívar se devaluó todavía más. 

Aunque el incremento porcentual sí fue importante, todavía parece estar ampliamente sobrevaluado. 

El tipo de cambio que se consigue en el mercado negro según BMI ronda los 23 bolívares por dólar. 

Más preocupante es observar la trayectoria en los últimos meses, desde agosto del 2012, cuando el tipo de cambio en este mercado negro estaba alrededor de los 10 bolívares por dólar se ha depreciado a una tasa aproximada de 130 por ciento en cerca de 7 meses.

La tasa de cambio implícita que utiliza todo el dinero en circulación, las cuentas de ahorro y las reservas internacionales para calcular un estimado del nivel al que el tipo de cambio debería estar en verdad, también muestra una sobrevaluación más aguda. Este indicador se encuentra alrededor de los 26 bolívares por dólar y ha tenido un crecimiento constante desde tiempo atrás. 

Misma medida, más problemas

De la misma forma que en su última devaluación, el objetivo final del gobierno venezolano es buscar controlar el crecimiento de su déficit fiscal previo a las siguientes elecciones presidenciales. 

Tomando como pauta la última elección que reeligió a Hugo Chávez, el aumento en el gasto público se triplicó, pues el gasto público sirvió como fuente de financiamiento de cerca del 50 por ciento de sus gastos de campaña y la creación de nuevos y generosos programas sociales. 

Mientras que la siguiente elección presidencial parece apuntalar a Nicolás Maduro, actual presidente encargado y candidato presidencial, aún se espera que siga aumentando el gasto público y la devaluación actual sirve para contrarrestar el déficit. 

Aunque Maduro lidera las encuestas contra Henrique Capriles, con un 53 por ciento a su favor contra un 35 del candidato de oposición, el gobierno venezolano buscará asegurar la victoria con las mismas tácticas usadas durante el régimen de Chávez. 

La devaluación de la moneda permite disminuir los costos a los que el gobierno ha incurrido anteriormente, ya sea en sueldos o contratos previamente establecidos, y aumentan el poder adquisitivo de los dólares que reciben por la venta del petróleo. 

Tomando en cuenta que la industria petrolera representa más del 80 por ciento de los ingresos oficiales, la devaluación otorgará mayor posibilidad de gasto, aunque sea el pueblo el que pague la cuenta al final del día. 

Con las elecciones presidenciales a solo dos semanas, la movida de Maduro podría traer un alto costo político. 

La devaluación traerá presiones inflacionarias que pueden ser costosas para el bienestar de la sociedad, por lo que si estas pegan de manera fuerte los electores podrían perder simpatía por Maduro. 

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