Volkswagen a prueba
Volkswagen, la segunda armadora automotriz más grande del mundo, enfrenta su peor crisis en los últimos años. La acción de la compañía perdió más del 20 por ciento de su valor en el mercado de valores de Fráncfort después de que la firma admitió haber engañado a reguladores estadounidenses en las pruebas sobre las emisiones contaminantes de sus vehículos.
Rodrigo CarbajalVolkswagen, la segunda armadora automotriz más grande del mundo, enfrenta su peor crisis en los últimos años. La acción de la compañía perdió más del 20 por ciento de su valor en el mercado de valores de Fráncfort después de que la firma admitió haber engañado a reguladores estadounidenses en las pruebas sobre las emisiones contaminantes de sus vehículos.
El costo para Volkswagen no se limita a los casi 16.5 mil millones de dólares que perdió en capitalización de mercado. El recuento de daños podría alargarse ya que se espera que la compañía reciba penalizaciones de hasta 18 mil millones de dólares, un conjunto de demandas colectivas de sus consumidores, así como acusaciones penales para algunos de sus ejecutivos.
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés) determinó que Volkswagen habilitó en sus vehículos un software con algoritmos sofisticados que le permitieron detectar cuando se encontraba bajo una prueba de emisiones contaminantes, de modo que se podría controlar el resultado de los exámenes.
En la realidad, la emisión del óxido de nitrógeno de los automóviles de Volkswagen es 40 veces mayor a lo legalmente permitido. Este componente químico es descrito por la EPA como un agente que contribuye a una serie de contaminantes que amenazan el bienestar de la salud pública.
Los reguladores ordenaron a la firma que hiciera un llamado a revisión a los 482 mil vehículos involucrados en el escándalo. Éstos incluyen los modelos con motor diésel Jetta, Bettle, Golf, Passat y Audi Q3 producidos entre 2009 y 2015.
Pese a que los vehículos no representan una amenaza a la seguridad per se y a que su reventa continúa siendo legal en Estados Unidos, Volkswagen suspendió la venta de estas unidades en sus agencias distribuidoras.
La EPA anunció que ampliaría su investigación sobre el resto de las armadoras. La señal fue recibida negativamente por los mercado: el sector automotriz sufrió una caída generalizada en el precio de sus acciones alrededor del mundo.
Reputación en juego
El director general Martin Winterkorn, emitió una disculpa oficial y personal sobre el escándalo de las emisiones. Un miembro supervisor de la junta de la compañía dijo que Winterkorn tendría que renunciar si se comprobaba que fue personalmente responsable por los señalamientos de manipulación de las pruebas.
Fitch Ratings dijo que Volkswagen podría perder su calificación crediticia “A” si el escándalo se extiende: “Las preocupaciones sobre las implicaciones que tiene esta crisis para la imagen y la reputación de la marca con sus consumidores y reguladores serán difícil de administrar”.