VW pagará cifra récord

En Estados Unidos, las agencias dedicadas a la protección del consumidor y el Gobierno federal se han abocado a hacer del escándalo de emisiones contaminantes de Volkswagen un ejemplo que desincentive a otros participantes del sector automotriz a incurrir en prácticas fraudulentas.

Hasta ahora, aún es poco claro hasta dónde llegarán las secuelas del escándalo y cuál será el costo final. Como parte del control de daños que ha realizado Volkswagen, la firma separó 17.94 mil millones de dólares para cubrir cualquier costo relacionado con la contingencia.

Esta semana, Volkswagen anunció que llegó a un acuerdo para poner fin a una serie de demandas colectivas y cumplir con exigencias de los reguladores estadounidenses. Esto implica que la armadora alemana desembolsará 15.3 mil millones de dólares.

La mayor parte, 10 mil millones de dólares, será destinado a un fondo para recomprar a los clientes los automóviles afectados, instalar dispositivos que resuelvan la manipulación de las emisiones en los mismos y pagar una compensación de entre 5 mil 100 dólares y 10 mil dólares por consumidor.

Asimismo, la firma pagará 2.7 mil millones de dólares a reguladores federales y de California, quienes destinarán estos recursos para financiar proyectos que buscan reducir las emisiones contaminantes del ambiente. Esta cantidad es independiente de otros 2 mil millones de dólares que Volkswagen invertirá para que la Agencia de Protección Ambiental desarrolle tecnologías de energía sustentable.

Finalmente, el acuerdo incluye el pago de 603 millones de dólares para poner punto final a demandas de consumidores y agencias ambientalistas en 44 estados, el Distrito de Columbia y Puerto Rico.
 
Cuentas pendientes
 
Sin embargo, es probable que el gasto de 15 mil millones de dólares, una cifra récord para la industria automotriz en Estados Unidos, sea insuficiente para cerrar la factura del escándalo.
Volkswagen aún tiene demandas activas en otros tres continentes. La mayoría de los 11 millones de vehículos en los que se manipularon las pruebas de emisiones contaminantes fueron vendidos fuera de Estados Unidos.

No obstante, el Gobierno federal estadounidense ha mantenido una postura agresiva frente al caso de Volkswagen, postura que preocupa a los inversionistas de la firma alemana. Sally Q. Yates, la subprocuradora general de Estados Unidos, dijo en conferencia de prensa que el caso Volkswagen representa “una de las violaciones más flagrantes de las leyes ambientales y del consumidor”.

La funcionaria agregó: “Esto, por ningún motivo, representa el último paso. Los acuerdos no resuelven ninguna responsabilidad criminal potencial, pero puedo asegurarles que hay una investigación activa y en curso en ese sentido”.

Desde que estalló el escándalo en septiembre del año pasado, Volkswagen ha perdido 22 por ciento de su valor de capitalización de mercado. El consenso de analistas señala que gran parte de esta pérdida se debe a la incertidumbre de cuál será el tope de los costos del caso de manipulación de emisiones contaminantes.