¿Y dónde están los gringos?
A pesar de que el gobierno de Estados Unidos pierde alrededor de 150 mil millones de dólares cada año en ingresos fiscales debido a esquemas de evasión, hasta ahora sus ciudadanos brillan por su ausencia en el escándalo de los Panama Papers.
Los 200 estadounidenses que hasta ahora se han visto implicados son pocos en comparación con los evasores de países emergentes o de Europa.
Rodrigo Carbajal
A pesar de que el gobierno de Estados Unidos pierde alrededor de 150 mil millones de dólares cada año en ingresos fiscales debido a esquemas de evasión, hasta ahora sus ciudadanos brillan por su ausencia en el escándalo de los Panama Papers.
Los 200 estadounidenses que hasta ahora se han visto implicados son pocos en comparación con los evasores de países emergentes o de Europa.
Pero lejos de ser un reflejo de una mayor calidad moral, la razón de esta ausencia es más siniestra: los estadounidenses no necesitan salir de su país para crear empresas fantasma con aún menos vigilancia que la que hay en algunos paraísos fiscales del Caribe.
Fuera del terreno individual, las empresas estadounidenses utilizan lucrativos esquemas internacionales de forma legal para recortar miles de millones de dólares de sus obligaciones fiscales.
Ante el escándalo de los Panama Papers, surge una pregunta obligada: ¿cómo es posible que no se hayan mencionado nombres de ciudadanos estadounidenses de alto perfil en la mayor filtración de documentos de la historia?
Dado que únicamente se ha evaluado una parte de los 11.5 millones de documentos de Mossack Fonseca a los que tuvo acceso el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), únicamente se han identificado a 211 personas que cuentan con dirección en Estados Unidos. Las investigaciones no precisan si estas personas en efecto son ciudadanos estadounidenses.
Considerando que Estados Unidos es la economía más grande del mundo y el país con más multimillonarios, resulta difícil creer que los estadounidenses están exentos de prácticas de evasión de impuestos y de consolidación de empresas anónimas.
Gabriel Zucman, economista de la Universidad de California y autor del libro “La oculta riqueza de las naciones”, estima que el 4 por ciento de la riqueza financiera de Estados Unidos está ubicada en empresas consolidadas a través de firmas como Mossack Fonseca. A pesar de que la cifra no se equipara a los niveles estimados de Rusia y América Latina, la preponderancia de Estados Unidos en los mercados financieros ofrece una idea de la magnitud que representa este 4 por ciento.
El portal Politico reporta que hay estimaciones en las que se calcula que los estadounidenses cuentan con hasta 1.2 billones de dólares en cuentas de empresas fantasma.
El problema está dentro
Sin embargo, esto no significa necesariamente que el dinero tenga que salir de Estados Unidos para acogerse a la figura de una compañía pantalla.
De acuerdo a un reporte del portal Bloomberg, Andrew Penney, ejecutivo de primer nivel del banco Rothschild & Co., calificó a Estados Unidos como el paraíso fiscal más grande del mundo. Ésta no es una percepción aislada. Una gran cantidad de organizaciones abocadas a combatir la evasión de impuestos también consideran que Estados Unidos es uno de los mayores paraísos fiscales del mundo.
Difícilmente se tiene que recurrir al servicio de una firma basada en Panamá cuando en Estados como Delaware y Nevada se pueden constituir empresas pantalla de una manera extremadamente sencilla, rápida y legal.
Además, al constituir una empresa fantasma en Estados Unidos se descuentan los riesgos políticos y las dificultades asociadas con el entendimiento de un sistema legal extranjero.
Incluso, en términos de privacidad, el servicio ofrecido en Nevada puede llegar a ser mucho más efectivo que el servicio ofrecido en un paraíso fiscal como las Islas Vírgenes Británicas. De acuerdo al especialista Jason Sharman, consultado por el portal Fusion, a diferencia de lo que sucede en el territorio británico, en Nevada, quién constituye la empresa pantalla no tiene la obligación de declarar su identidad.
Shima Baradaran Baughman, profesor de la Escuela de Derecho de la Universidad de Utah, aseguró a Fusion que su investigación demuestra que el servicio de constitución de este tipo de empresas en Estados Unidos es de los que presentan uno de los niveles más bajos de cumplimiento con los estándares y regulaciones internacionales de transparencia.
El mercado de conformación de empresas pantallas en Estados Unidos es tan grande y competido que esta condición es citada como una de las razones por las que no se han encontrado ciudadanos estadounidenses de alto perfil en los datos de Mossack Fonseca. Es decir, dado que el mercado americano ya está saturado, los servicios de la firma basada en Panamá se concentran en clientes de otras latitudes.
Esperando sorpresas
No obstante, las investigaciones del ICIJ aún no concluyen. Cuando se le preguntó al diario alemán Süddeutsche Zeitung, periódico líder de las más de cien publicaciones que contribuyeron a las indagaciones de los Panama Papers, respecto a por que no había estadounidenses en la lista, la respuesta fue todo menos clara: “Sólo esperen lo que está por venir”.
En los últimos años, las políticas públicas de Estados Unidos han hecho un esfuerzo sin precedentes para hacer frente a la evasión de impuestos. La política exterior estadounidense ha privilegiado acuerdos bilaterales en los que se exige a sus contrapartes dar información específica sobre las inversiones de ciudadanos estadounidenses en esos países. Panamá no es la excepción.
Por ello, resulta paradójico que la mayor actividad de constitución de empresas fantasma por parte de ciudadanos americanos tenga lugar justamente dentro de las fronteras de Estados Unidos.
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> La evasión empresarial Por Rolando Hinojosa