Otro año, otro escándalo para una empresa automotriz de talla global.
El miércoles Mitsubishi Motors, la sexta mayor productora de automóviles de Japón, admitió haber manipulado los resultados de las pruebas de eficiencia de 625 mil vehículos producidos desde el 2013, con el fin de exagerar sus supuestos ahorros de consumo de combustible.
La revelación se dio después de que Nissan descubrió discrepancias entre las pruebas realizadas por Mitsubishi y sus propias evaluaciones en dos vehículos que la segunda produce bajo un contrato de outsourcing. 468 mil de los vehículos afectados son vendidos por Nissan, mientras que los otros 157 mil tienen la marca de Mitsubishi.
El castigo del mercado no se hizo esperar: el precio de las acciones de la empresa cayó 15.16 por ciento ese mismo día, y otro 19.42 por ciento el día de ayer para tocar un mínimo histórico. El enorme volumen de órdenes de venta de las acciones causó que ayer se suspendiera su cotización en la Bolsa de Valores de Tokio. La empresa perdió casi un tercio de su valor de mercado en un espacio de dos días.
Oficiales del gobierno japonés han calificado el caso como “extremadamente serio”, y le han dado a Mitsubishi hasta el 27 de abril para reportar los resultados de su investigación interna.
Akira Kishimoto, analista del sector automotriz en el banco JPMorgan-Chase, indicó que el costo directo del escándalo podría alcanzar el equivalente a 450 millones de dólares, advirtiendo que “los efectos secundarios sobre las ventas mundiales podrían ser muy grandes”.
VW sigue pagando
El escándalo de Mitsubishi, que aún podría crecer a proporciones internacionales a pesar de que se asegura que sólo afecta su mercado doméstico, llega pocos meses después de que la automotriz alemana VW enfrentó su propio escándalo de fraude.
En septiembre del año pasado VW, la segunda mayor armadora automotriz del mundo, admitió haber manipulado millones de sus vehículos de diesel para que reportaran menores emisiones contaminantes.
El escándalo de VW no resulta alentador para Mitsubishi: el costo directo ha sido de miles de millones de dólares hasta ahora, y podría seguir aumentando, mientras que el costo indirecto se ha manifestado en una baja significativa en sus ventas y en una baja de casi un tercio en el valor de sus acciones.
Pero no todo es malas noticias para VW. Esta semana la empresa accedió pagar por lo menos 10 mil millones de dólares para resolver las demandas civiles en su contra por parte del gobierno estadounidense y los automovilistas de ese país.
La cifra se encuentra muy por debajo de los 42 mil millones de dólares que estos conflictos legales podrían haberle costado, según reporta la consultora Bloomberg Intelligence. En consecuencia, el precio de las acciones europeas de la empresa subió hasta 7.5 por ciento posterior al anuncio del acuerdo judicial.