2017: Año del terror

A pesar del descenso en el número de muertes por motivos terroristas este año, la sensación de inseguridad crece por el aumento de los ataques en países miembros de la OCDE, en donde se encuentran muchas naciones europeas y Estados Unidos
Carlos Salazar Carlos Salazar Publicado el
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El ataque del pasado viernes 24 de noviembre en una mezquita en Egipto, en donde según reportes de las autoridades hasta este domingo sumaban 305 muertos, es ya el más letal en la historia de ese país y se suma a una larga lista de actos terroristas que hacen de 2017 uno de los peores años por este tipo de violencia.

Hasta la fecha, el atentado perpetrado por una organización terrorista que ha cobrado el mayor número de vidas se registró en octubre pasado en Mogadiscio, la capital de Somalia, con un total de 358 víctimas fatales.

Aunque diversos estudios e informes han registrado una tendencia en el número de ofensivas y en las cifras de decesos relacionados con ataques terroristas en los últimos años -una tendencia que podría mantenerse en 2017- hay otros indicadores que resultan preocupantes para el combate a este tipo de ataques.

Según datos del Índice Global de Terrorismo, publicado cada año por el Instituto para la Economía y la Paz, en 2015 y 2016 los ataques y las muertes por terrorismo han venido decreciendo significativamente en relación a 2014, año en que dichas cifras alcanzaron su pico.

Esto se debe al abrupto descenso de las muertes por terrorismo en los países que concentran el mayor número de ataques como Irak, Afganistán, Siria, Pakistán y Nigeria, así como las tácticas empleadas por los atacantes, quienes han optado por medios más convencionales y menos letales. Además la lista de países que han registrado atentados terroristas ha aumentado.

Los números, sin embargo, no reflejan la percepción global sobre el terrorismo, un fenómeno que se ha colocado como el principal riesgo de seguridad para los países.

La radiografía terrorista en 2017 habla de que a pesar del descenso en el número de muertes, la sensación de inseguridad crece por el aumento de los ataques en Occidente, principalmente en ciudades emblemáticas como Barcelona, Londres y Nueva York, lo que genera un impacto mediático mucho mayor.

Históricamente, los países que han registrado la gran mayoría de incidentes y de muertes relacionadas con el terrorismo han sido aquellos que se encuentran inmersos en conflictos armados, guerras civiles o donde la violencia del Estado está en niveles críticos.

Como en los últimos años, debido a diversos factores, tanto los decesos como el número de ataques han ido decreciendo en estas naciones, su incidencia sobre las cifras globales es significativo.

Pero, paralelamente, el número de ataques en países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, OCDE, en donde se encuentran muchos de los países europeos y Estados Unidos, han ido en aumento, lo que impacta directamente en la percepción.

Zona de guerra

La tragedia en una mezquita en la ciudad de Bir al Abed, al norte de Egipto, el atentado registrado el viernes pasado que conmocionó a la comunidad internacional, fue el último episodio de un conflicto que mantiene bajo sitio a la región del Sinaí desde el derrocamiento del expresidente Mohamed Morsi, hace cuatro años.

La insurgencia, liderada por la organización Wilaya Sina, relacionada con el Estado Islámico, ha mantenido en jaque a las fuerzas del Estado, las principales víctimas de los atentados de este grupo terrorista, un conflicto que se ha cobrado cientos de vidas desde 2013, incluyendo civiles.

La capital del estado de Sinaí del Norte, Al Arish, así como otras localidades cercanas viven desde los inicios del conflicto bajo un estricto toque de queda.

Las tácticas utilizadas por el grupo terrorista son parecidas a la guerrilla, ya que debido a su inferioridad numérica no pueden establecerse en un enclave, por lo que han optado por aterrorizar a la población y organizar repetidas emboscadas a las fuerzas de seguridad.

Hasta la fecha, el ataque más mortífero de esta organización fue contra un avión ruso, en 2015, en donde perdieron la vida más de 200 turistas.

Por el momento, Wilayat Sina no se ha atribuido el ataque a la mezquita de Bir al Abed, al norte de Egipto, pero es el principal grupo sospechoso y, de estar detrás del atentado, sería su primer ataque directo contra la población civil y el más letal desde su nacimiento.

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