A prisión, por ayudar a migrantes

Scott Warren es acusado de tres cargos delictivos por ayudar a migrantes en la frontera sur de EU. El profesor de geografía podría enfrentar una condena hasta de 20 años en la cárcel
Imelda García Imelda García Publicado el
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Scott Warren, un ciudadano de Arizona, enfrenta un juicio que podría condenarlo hasta a 20 años de prisión por ayudar con comida, agua y ropa a migrantes indocumentados en Estados Unidos.

Warren es profesor de la Universidad de Arizona y activista de la organización No More Deaths (No Más Muertes, en español), un grupo de voluntarios que dejan agua en las zonas que recorren los migrantes y dan ayuda humanitaria a las personas que atraviesan el desierto de Arizona, uno de los ecosistemas más mortíferos del mundo por su clima extremo y su fauna nociva.

No solo eso. No More Death ha trabajado desde el 2004 en la recuperación de restos humanos de personas que han muerto en el desierto; han encontrado y resguardado los restos mortales de al menos 220 personas.

El activista ha sido acusado de conspirar contra su país y de albergar a dos migrantes indocumentados, un delito grave por el que puede ser condenado hasta a 20 años de prisión.

Su arresto se dio en enero del 2018, horas después de que No More Deaths revelara un video en el que se observaba a agentes de la Patrulla Fronteriza destruyendo los galones de agua que los voluntarios colocan en el desierto para ayudar a quienes caminan por varias millas y están en riesgo de morir

Diversas organizaciones han condenado la detención de Warren, acusando que se trata de una muestra más de la política de Tolerancia Cero del presidente Donald Trump.

El juicio contra Warren comenzó este miércoles, con la elección del jurado que decidirá su destino; mientras tanto, activistas en pro de los migrantes y de los Derechos Humanos, como Amnistía Internacional, han comenzado con jornadas de protesta para pedir la liberación de este voluntario.

Arizona, el mortífero desierto

Conforme el muro fronterizo fue colocado en los centros urbanos de la frontera entre Estados Unidos y México, los cruces para las personas indocumentadas se movieron hacia zonas cada vez más peligrosas.

Uno de los pasos más utilizados por quienes buscan alcanzar el sueño americano es el desierto que conecta al estado de Sonora, en México, con Arizona, en Estados Unidos.

Se trata de una zona con condiciones extremas, tanto de clima como de vegetación y fauna. En verano, las temperaturas rebasan los 50 grados centígrados y abundan animales venenosos y salvajes. Ese es el camino que enfrentan quienes deciden arriesgar su vida para llegar a Estados Unidos.

Se calcula que el 40 por ciento de las muertes en la frontera de ambos países ocurren en el desierto de Arizona

Tras una caminata de hasta una semana en el desierto, por el que solo andan de noche o por terrenos inhóspitos a los que no fácilmente puede acceder la Patrulla Fronteriza, decenas de migrantes llegan a Ajo, un poblado a 70 kilómetros al norte de Sonoyta.

Las personas en situación de movilidad deciden acudir a este lugar por la desesperación de buscar agua, comida o refugio. Tradicionalmente, la gente de Ajo ha dado ayuda humanitaria a quienes llegan a través del desierto.

Grupos de ayuda humanitaria instalaron en ese lugar un refugio al que llamaron The Barn (El Granero, en español), en donde ofrecen comida, agua, ropa limpia, medicamentos y un lugar para que puedan descansar y seguir su camino.

Esto ha ocurrido durante años a ojos de las autoridades estadounidenses, incluyendo la Patrulla Fronteriza.

La historia cambió con la llegada de Trump al poder, el lanzamiento de su política de Tolerancia Cero y la revelación de un video que tuvo consecuencias para quienes ayudan a los migrantes.

El giro del destino

El 17 de enero del 2018, No More Deaths reveló un video en el que se observaba cómo elementos de la Patrulla Fronteriza destruían la ayuda humanitaria que voluntarios dejan en el desierto para los migrantes indocumentados.

En las imágenes se ve a policías fronterizos de Estados Unidos destruir con navajas decenas de galones de agua, tirando el líquido en medio del desierto.

Horas más tarde, Scott Warren fue detenido en The Barn cuando se encontraba dando auxilio a dos hombres centroamericanos que acababan de cruzar el desierto.

La tarde de ese día, Warren esperaba a un grupo de estudiantes de preparatoria que se habían ofrecido como voluntarios.

Inesperadamente, agentes de la Patrulla Fronteriza montaron un operativo cerca de The Barn, donde podían ver todo lo que sucedía ahí. De pronto, vieron que Warren conversaba con dos hombres y decidieron ejecutar una operación en el refugio.

Elementos de la Patrulla Fronteriza y del alguacil de Ajo entraron a la propiedad y detuvieron a los dos hombres, mientras Warren se defendía diciendo que el lugar era propiedad privada y no tenían derecho a estar ahí.

Lo acusaron entonces de resistirse y de albergar a personas que se encontraban ilegalmente en el país. Lo llevaron preso y ahora enfrenta el juicio en su contra.

De ser encontrado culpable, Warren podría pasar hasta 20 años en la cárcel, acusado de un delito federal

El académico de la Universidad de Arizona no es el primer voluntario de No More Death que ha sido acusado de un delito. A lo largo de los años, nueve activistas de esa organización han enfrentado cargos ante la justicia, pero han sido absueltos.

El caso de Warren es el que más ha avanzado y que será resuelto en un juicio que ha captado la atención por el precedente que sentará para la ayuda humanitaria a los migrantes indocumentados.

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