El Departamento de Justicia de Estados Unidos abrió una investigación contra el abuso sexual al interior de la Iglesia católica en Pensilvania, luego de que el pasado 14 de agosto se difundiera un informe en el que se le acusó a 300 sacerdotes de haber abusado de menores de edad al rededor de ese territorio.
Como parte de la investigación, se enviaron citatorios a diócesis al rededor del estado en busca de documentos confidenciales, secretos o históricos, así como testimonios de líderes eclesiásticos relacionados con el tema.
El fiscal de Filadelfia, William McSwain, quien envió los citatorios, aseguró que su objetivo es saber si sacerdotes, obispos, seminaristas y otras figuras de la Iglesia cometieron algún crimen federal y callaron la violencia protagonizada por los religiosos.
McSwain pidió a los obispos entregar cualquier evidencia si alguien en su rango sacó a algún niño del estado con propósitos ilícitos, o si tuvieron comunicación con las víctimas a través de mensajes de texto o cartas.
La investigación a Pensilvania, en agosto, fue señalada como una de las más exhaustivas dentro de la Iglesia católica en Estados Unidos.
