Sin hacer mucho ruido, el gobierno del presidente Donal Trump levantó parcialmente la prohibición para que los estadounidenses importen como trofeos partes de elefantes africanos cazados por “deporte”, pese a que en noviembre pasado se refirió a la práctica como un “espectáculo de horror”.
El presidente intervino personalmente en noviembre cuando el Servicio de Pesca y Vida Silvestre anunció que levantaría la prohibición impuesta durante el gobierno de Barack Obama sobre partes de elefantes importados de Zimbabue y Zambia.
Big-game trophy decision will be announced next week but will be very hard pressed to change my mind that this horror show in any way helps conservation of Elephants or any other animal.
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 19 de noviembre de 2017
La dependencia estadounidense argumentó que alentar a los cazadores a que maten especies amenazadas ayudará a recaudar fondos para los programas de conversación; postura que ha sido rechazada de manera rotunda por grupos ambientalistas.
“La decisión sobre los trofeos de caza se anunciará la semana entrante, pero será difícil cambiar mi punto de vista de que este espectáculo de horror ayude de alguna forma a la conservación de los elefantes o cualquier otra animal”, señaló Trump en Twitter el 19 de noviembre pasado, por lo que la política había quedado en suspenso.
Put big game trophy decision on hold until such time as I review all conservation facts. Under study for years. Will update soon with Secretary Zinke. Thank you!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 18 de noviembre de 2017
Ahora, la agencia federal supervisada por el secretario del Interior Ryan Zinke emitió un comunicado que anuncia que la importación de trofeos de elefante quedará aprobada “caso por caso”.
Esto quiere decir, que los cazadores estadounidenses podrán ingresar partes de elefantes como trofeos, siempre y cuando cumplan con la legislación.
Esta política ha dividido opiniones, pues mientras Safari Club International y la Asociación Nacional del Rifle han pedido que se elimine la prohibición, los grupos ambientalistas buscan que el veto sea permanente.
Trump nunca se ha pronunciado a favor de la caza, pero a sus hijos le encanta matar animales como “deporte”. “A mis hijos le encanta cazar. Son cazadores y se han vuelto buenos en eso (…) No soy partidario de la caza y estoy sorprendido de que les guste”, indicó Trump en 2012 durante un entrevista para TMZ.
The GOP. Here’s Donald Trump Jr. holding the tail of an elephant (party symbol) that he killed. #TrumpSacrifices pic.twitter.com/FIGkcH2F0t
— xoxo, Jane ? (@PoodleMama1966) 31 de julio de 2016
De hecho, los detractores de Trump intentaron atacarlo durante la campaña presidencial con fotos de sus hijos, Donald Trump Jr y Eric Trump, sostenido la cola ensangrentada de un elefante y cargando el cuerpo de un leopardo.
What went so wrong with Trump sons that they could kill this beautiful creature pic.twitter.com/L1gquLQrRz
— Mia Farrow (@MiaFarrow) 13 de mayo de 2015
Además, Zinke, el hombre directamente responsable de levantar parcialmente la prohibición, es un cazador ávido que cuando llegó al Departamento del Interior el año pasado ordenó que se instalara en la cafetería de empleados el videojuego de cazadores ‘Big Buck Hunter Pro’, una decisión que, según él, promovería la vida silvestre y la conservación del hábitat.
Aunque Trump se ha pronunciado en contra de la caza, ha sido criticado duramente por presuntamente no haber hecho lo suficiente para mantener el veto.