Los franceses no tienen empacho en reconocer que el racismo y la xenofobia se están volviendo gran parte de su vida.
Tras la victoria del partido de extrema de derecha en más de 10 ciudades importantes de Francia, la Comisión Nacional Consultiva de Derechos Humanos (CNCDH) reveló un informe que asegura que más de un tercio de los franceses se consideran racistas.
El 35 por ciento de los franceses se declaró racista en 2013, un 6 por ciento más que en el 2012.
Además, 74 por ciento de los galos consideran que hay demasiados migrantes en el país, frente a 47 por ciento en 2009.
Asimismo, un 63 por ciento de la población de Francia piensa que no sirve la integración de los migrantes a su país.
“Un racismo brutal, ‘biologizante’, que hace del extranjero un chivo expiatorio resurge en Francia”, publicó la semana pasada Radio France International.
El problema del racismo también se extiende a otros países de la Unión Europea (UE).
Un reporte de Eurobarómetro informa que el 64 por ciento de los ciudadanos de la UE piensan que la discriminación por origen étnico es un problema altamente extendido.