Fuera de la canciller Angela Merkel, los alemanes parecen desoír las críticas contra la austeridad que han impuesto a Atenas y las advertencias sobre los riesgos de que Grecia abandone la eurozona.
Aunque Merkel y los demás líderes europeos acordaron esta semana un nuevo rescate a Grecia para salvar la integración de la Unión Europea (UE), en Alemania no cesan las voces políticas y ciudadanas en contra de Atenas.
El ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, declaró ayer que Grecia encontraría alivio a su deuda si abandona el euro, la moneda común europea.
“Nadie sabe cómo puede continuar (Grecia) sin una rebaja a su deuda y todos sabemos que ese alivio es imposible si permanece en la eurozona”, expresó a la radio Deutschlandfunk.
“No hemos dicho que lo vamos a imponer, no podemos y no queremos, y nadie lo ha sugerido, pero probablemente sería lo mejor para Grecia (abandonar el euro)”.
Schäuble ya había manifestado el martes que funcionarios alemanes de primer rango también abogaban por que Atenas abandonase el euro, aunque fuese de forma temporal.
“Hay mucha gente, también en el Gobierno alemán, que están convencidos de que esta sería una solución mucho mejor para Grecia y los griegos”, indicó el ministro en Bruselas, sede de la UE.
Estas declaraciones responderían a la opinión pública alemana, que muestra un hartazgo con el gobierno del primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, quien ha confrontado las políticas de austeridad de la UE desde que llegó al poder, en enero.
Una encuesta de la revista Forsa for Stern reveló esta semana que 55 por ciento de los alemanes apoyan la rigidez que ha mostrado Merkel en las negociaciones con Tsipras.
Incluso, cerca de una tercera parte de los encuestados dicen que debería ir más lejos y sacar a Grecia de la eurozona.
Además, 81 por ciento dudan que el gobierno de Tsipras cumpla con el nuevo trato.
‘Crueles y fríos’ alemanes
“Así como si nada, la imagen del ‘alemán cruel’ está de regreso”, sentenció ayer el analista Anthony Faiola de The Washington Post.
“Al insistir en más años de duros recortes y hacer otras demandas que los críticos han tachado de humillantes, Berlín se está deshaciendo de décadas de benevolencia ganada a duras penas”.
Faiola, al igual que otros críticos, no sólo se refiere a las declaraciones del ministro de Finanzas, sino a la última oferta que le hicieron a Grecia en la que le exigen medidas más duras y recortes más profundos que en las propuestas originales.
“Temo que el gobierno alemán, incluyendo su fación social demócrata, apostó y perdió en una noche todo el capital político que una mejor Alemania había acumulado en medio siglo”, coincidió el filósofo Jürgen Habermas en entrevista con The Guardian.
La postura de Alemania se da, incluso, aunque el Banco Central Europeo (BCE) autorizó ayer una ayuda de emergencia de 900 millones de euros para Grecia.
También persiste después de que se filtró un documento del Fondo Monetario Internacional (FMI) que reconoce que la deuda de Atenas es insostenible y que necesita un rescate.
“Nuestro mandato se basa en la asunción de que Grecia es, por supuesto que es y será, miembro del euro”, enfatizó ayer Mario Draghi, presidente del BCE.
Incluso, líderes europeos que habían mostrado severidad contra Grecia, como el líder de los ministros financieros de la eurozona Jeroen Dijsselbloem, criticaron las nuevas sugerencias de los alemanes.
“Si alcanzas un acuerdo tras unas negociaciones tan largas y difíciles tienes que mantenerte firme en él. Y eso va para todas las partes”, dijo Dijsselbloem.