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Amazon va contra la corriente

Después de años de cobertura mediática pesimista que presagiaba la muerte de los medios impresos, el mundo periodístico fue sacudido esta semana por dos noticias. 

En primer lugar la compra de The Washington Post y otros periódicos por parte de Jeff Bezos, fundador y director ejecutivo de Amazon.

Previamente se anunció también la compra de The Boston Globe y otros periódicos por parte de John Henry, dueño de los Boston Red Sox y del Liverpool FC.

Buffet concede que el Internet le ha restado valor tanto al contenido noticioso de los periódicos como a la publicidad impresa
Los grandes periódicos metropolitanos deberían ser valuados en 3 o 4 veces sus ganancias
No solo se alteró la manera de investigar, y publicar, sino también la manera en que reciben sus ingresos
http://www.youtube.com/watch?v=YotfyJy5A1Y

Después de años de cobertura mediática pesimista que presagiaba la muerte de los medios impresos, el mundo periodístico fue sacudido esta semana por dos noticias. 

En primer lugar la compra de The Washington Post y otros periódicos por parte de Jeff Bezos, fundador y director ejecutivo de Amazon.

Previamente se anunció también la compra de The Boston Globe y otros periódicos por parte de John Henry, dueño de los Boston Red Sox y del Liverpool FC.

Con estas adquisiciones, realizadas personalmente por los multimillonarios y no a través de sus compañías, los medios de información y los analistas de la industria se han comenzado a preguntar si se avecina una nueva era de inversión en los periódicos por parte de magnates independientes. 

Y es que Bezos y Henry se unieron a una lista de multimillonarios inversionistas como Warren Buffet, quien ha gastado más de 342 millones de dólares para adquirir más de 80 periódicos.

Eso sin contar a Carlos Slim, que cuenta con una participación de poco más del 8 por ciento en la empresa propietaria de The New York Times.

Aunque algunos ven con sospecha las compras y los potenciales conflictos de intereses que se generen a partir de estas, otros apuntan que la alta inversión necesaria para crear periodismo de análisis e investigación de calidad y la caída en los ingresos de la industria requieren de empresarios comprometidos y dispuestos a apostarle al impreso.

Matthew Yglesias, de la revista Slate (parte de la misma empresa que publica el The Washington Post), opinó que las compras recientes deberían ser vistas como algo positivo.

Para Yglesias los periódicos de mayor calidad periodística en Estados Unidos han pertenecido tradicionalmente a inversionistas independientes y familias adineradas que han administrado estas empresas parcialmente por compromiso social y no por motivos lucrativos. 

Y es que la era digital alteró para siempre la industria de las noticias.

Los contenidos han tenido que competir con la inmediatez de la publicación en la red o migrar a ella por completo. 

Para los periódicos, el cambio ha sido particularmente impactante, ya que no solo alteró su manera de investigar, reunir y publicar información, sino también la manera en que reciben sus ingresos y su modelo de negocios. 

Los ingresos producto de la publicidad en medios impresos han caído significativamente en la última década, según reporta el Proyecto para la Excelencia en Periodismo del Centro de Investigación Pew de Estados Unidos. 

Mientras que en 2003 estos fueron de más de 46.1 mil de millones de dólares, en 2013 fueron de poco más de 22.3 mil millones de dólares, una caída de casi el 52 por ciento. 

Además, estos ingresos no han sido reemplazados por la publicidad en línea, ya que por cada incremento de un dólar en las ganancias por publicidad digital de los periódicos se pierden 15 dólares en publicidad impresa.

Además cada vez más periódicos, tanto independientes como parte de conglomerados, desaparecen después de periodos extensos de dificultades económicas. 

Las grandes familias dueñas de periódicos han tenido que deshacerse de sus propiedades ante su baja rentabilidad.

Estos legendarios apellidos se han enfrentado a la difícil decisión de vender sus medios a grandes compañías que en ocasiones buscan más las ganancias que la calidad del contenido. 

Compras de primera plana

En cuestión de días, dos de los periódicos impresos más emblemáticos de los Estados Unidos cambiaron de dueño: The Washington Post y The Boston Globe 

La primer compra de esta semana, anunciada el sábado, fue la de The Boston Globe. John Henry accedió adquirir el emblemático periódico, junto con otras publicaciones del noreste estadounidense, acordando pagar 70 millones a la New York Times Company. 

En contraste, cuando la compañía neoyorquina compró The Boston Globe en 1993 el precio fue de 1.1 mil millones de dólares.

Además, según reporta Slate, la compra representa una pérdida aún mayor para la NYTC al considerar que Henry no adquirió las obligaciones del fondo de pensiones del Globe, que se estima alcancen los 110 millones de dólares.

La compra posterior de The Washington Post fue anunciada el lunes. 

Bezos acordó pagar 250 millones de dólares a la Washington Post Company por el periódico, junto con otras publicaciones de la zona que rodea la capital estadounidense. 

Bezos solo adquirió el periódico, no la compañía propietaria en sí, que ahora cambiará de nombre para enfocarse por completo en su lucrativa división de productos educativos y en sus otras publicaciones. 

Aunque el precio pagado por el icónico diario pareció bajo para algunos comentaristas, Bloomberg reporta que la cifra equivale aproximadamente a 17 veces las ganancias de The Washington Post. 

Como referencia, esto implicaría un precio de 4 mil millones de dólares por el The New York Times, más del doble su valor actual.

Según la empresa de investigación Outsell Inc., los grandes periódicos metropolitanos deberían ser valuados en de 3 a 4 veces sus ganancias. 

La decisión de Bezos de pagar una suma tan alta por el Post va en contra de la tendencia en el valor de los periódicos, que ha caído significativamente a comparación de la compra del Wall Street Journal y su empresa propietaria por parte de la News Corporation de Rupert Murdoch. 

En 2007, después de un largo periodo de negociaciones, News Corp. pagó 5.2 mil millones de dólares por la compañía. 

Bloomberg reporta que los Sulzberger, propietarios de The New York Times, han visto caer el valor de mercado de su periódico hasta un 50 por ciento, descendiendo a 1.8 mil millones de dólares, en los últimos seis años. 

El NYT es el último gran periódico metropolitano con propiedad familiar en los Estados Unidos.

Apostar por el contenido local

Con la revolución digital, los medios impresos han perdido terreno con los lectores en lo referente a noticias internacionales y nacionales. 

La información pertinente puede encontrarse de forma casi instantánea en una variedad de medios digitales. 

En respuesta, Warren Buffet, uno de los inversionistas que más ha apostado por la industria de medios impresos, aconseja enfatizar el contenido local de los periódicos.

Buffet, director ejecutivo y presidente de Berkshire Hathaway, mantiene cerca de 60 periódicos entre sus inversiones. 

Tan solo en el último año y medio, su compañía ha invertido 344 millones de dólares en la adquisición de 28 diarios estadounidenses. 

En el pasado, Buffet ha declarado que su compañía puede generar un rendimiento después de impuestos de por lo menos 10 por ciento sobre sus inversiones en periódicos, siempre y cuando se trate de compras realizadas al precio correcto.

En su más reciente carta dirigida a sus inversionistas, Buffet subraya el importante rol de los periódicos en las vidas de sus comunidades. 

Describiendo los cambios en la industria mediática, Buffet concede que el Internet le ha restado valor tanto al contenido noticioso de los periódicos como a la publicidad impresa. 

El inversionista, apodado “el oráculo de Omaha”, también indica que los periódicos tienen la ventaja en lo referente a ofrecer contenido de calidad que hable sobre los eventos de la comunidad a la que pertenecen.

“Los periódicos siguen dominando las noticias locales. Si quieres saber qué sucede en tu ciudad –ya sea sobre el alcalde o impuestos o deportes escolares– no hay substituto para un periódico local que está haciendo bien su trabajo.

“Los ojos de un lector podrán aburrirse del par de párrafos que leen sobre aranceles canadienses o sucesos políticos en Paquistán, pero una nota sobre el lector mismo o sobre sus vecinos será leída por completo”, agregó.

Para que estos periódicos tengan éxito, Buffet indica que no pueden ofrecer el mismo contenido impreso, cobrando, que en línea y de forma gratuita, ya que esto solo reducirá el número de lectores que compran el periódico y a su vez reducirá el número de anunciantes que busquen colocar publicidad en sus páginas.

En esto, Buffet utiliza como ejemplo los modelos de cobro por Internet utilizados por periódicos como The Wall Street Journal y The New York Times. 

Digital vs. impreso

> En 1985 había mil 676 diferentes periódicos impresos en el mercado norteamericano. En 2011 se redujeron a mil 382.

> Los periódicos y revistas impresas, combinadas, son el medio de publicidad más grande del mundo, acaparando 42 por ciento de los anuncios. Dicho porcentaje va en descenso.

> Más de 500 millones de personas compran un periódico todos los días.

> A mediados del año pasado, Amazon anunció que ya vendía más eBooks que libros impresos.

> En México solo el 40 por ciento de la población se considera usuario del Internet y solo el 26 por ciento de los hogares tiene acceso a la Red, según Inegi.

> La impresión y la manufactura de papel son responsables del 1.1 por ciento de la huella de carbono global, mientras que los medios digitales son responsables de hasta el 4 por ciento de la huella de carbono global.

Un nuevo modelo

“Entiendo el rol crítico que el Post desempeña en Washington, D.C., y en nuestra nación, y los valores del Post no van a cambiar”, declaró Jeff Bezos en un comunicado posterior a la compra del Washington Post. 

“Nuestro deber con los lectores será continuar siendo el corazón del Post, y me siento muy optimista acerca del futuro”, continuó.

Pero ahora muchos se preguntan cómo se verá este futuro, y lo que significará para el modelo de negocios de los medios impresos, que se han visto duramente presionados por la reducción en sus ingresos publicitarios.

La llegada del Internet, con sus espacios publicitarios más diversos, efectivos y baratos, alteró irremediablemente el modelo de ganancias de los medios tradicionales. 

Aunque todavía hay medios que sobreviven a base de sus ganancias publicitarias, estas descienden año tras año a pasos acelerados. 

Ante una situación como esta, se necesita un cambio en el negocio de los periódicos para que puedan sobrevivir sin sacrificar su calidad. 

En este sentido, la experiencia de Bezos en los negocios en línea podría resultar decisiva en el futuro del Post.

Bezos ha dicho que buscará mantener al Post competitivo en el entorno online, experimentando y cambiando según sea necesario. Sin embargo, los analistas y comentaristas no esperan que busque soluciones cortoplacistas para lograrlo.

En su historia profesional, Bezos ha apostado por años a reducir los márgenes de ganancia de Amazon a favor de invertir en el crecimiento de la compañía, priorizando las recompensas a largo plazo sobre las inmediatas. 

Además, gracias a su enorme fortuna, analistas de medios como The New York Times y Bloomberg han apuntado que es poco probable que le preocupe la rentabilidad inicial del periódico.

Si Bezos logra cambiar el destino de The Washington Post, cuyas ganancias han disminuido por siete años consecutivos, otros periódicos podrían imitarlo. 

Quizá el modelo de negocios periodístico del futuro se geste ahora mismo en el interior de The Washington Post. Por el momento, habrá que esperar y ver cuál es la próxima jugada de Bezos.

El Bezos cubano      
Por Peniley Ramírez

Bezos se pronuncia como se escribe, en español. Es el apellido del nuevo dueño de The Washington Post y viene de su padre adoptivo, Miguel Bezos, que nació en Santiago de Cuba.

El dueño de la tienda virtual Amazon llega al periodismo en medio de la disputa por la reforma migratoria en EU.

Sabe de qué se trata cuando se habla de la comunidad latina. Jeff creció en Miami, una ciudad donde te miran con desgano, a veces con un poco de extrañeza, cuando hablas en inglés.

El multimillonario nació en Alburquerque, Nuevo México y estudió la primaria en Houston, Texas, donde los latinos, en especial los mexicanos, tienen una presencia determinante.

El mundo de magnates anglófonos donde se ha movido luego de que su tienda virtual se hiciera un emporio contrasta con su adolescencia, que pasó en un suburbio al sur de Miami. 

Es considerado el exalumno más ilustre de la Palmetto Senior High School, una secundaria pública con un 40 por ciento de alumnos de raza blanca y un 34 por ciento de latinos.

Durante los 80, Jeff asistió a un programa de ciencias en la Universidad de Florida, otra institución pública. Ganó un premio del diario Miami Herald para estudiantes destacados.

Desde Santiago de Cuba…

El día en que los periódicos del mundo se preguntaban por qué un multimillonario que forjó su fortuna en la era digital había comprado uno de los íconos del periodismo impreso, la prensa de Miami se enfocaba en su padre adoptivo.

Un texto especial firmado desde Suiza para El Diario de las Américas de Miami fue el ángulo más leído en el sur de la Florida acerca de la compra del medio que destapó el escándalo del Watergate. 

“Para los cubanos, la verdadera noticia es que su padre adoptivo, Miguel Ángel Bezos Pérez, es oriundo de Santiago de Cuba”, imprimió el diario miamense. 

No solo eso. El padre adoptivo del dueño de Amazon estudió en la misma primaria a la que asistieron los hermanos Castro. 

El Colegio Dolores, uno de los más prestigiados de Santiago de Cuba, la segunda ciudad más importante de la isla, había albergado a Miguel Bezos algunos años después de que Fidel y Raúl Castro hicieran allí sus primeros grados escolares. 

Niño Peter Pan

El Diario de las Américas refiere que Miguel salió de Cuba en 1961, dos años después de que los hermanos Castro se hicieran del poder.

No emigró con su familia. Formó parte de la Operación Peter Pan, que consistió en la salida de 14 mil niños cubanos que emigraron solos a EU entre 1960 y 1962, gracias a visas tramitadas por la iglesia católica.

Peter Pan es “el mayor éxodo registrado de menores no acompañados en el Hemisferio Occidental”, dice la organización que reúne a estos migrantes en su sitio Web. 

Sus padres buscaban impedir que crecieran en el régimen comunista de la isla y fueran “adoctrinados”. 

Originalmente iban a reunirse poco tiempo después en Miami, pero la interrupción de las relaciones diplomáticas entre EU y Cuba impidió el viaje a muchos de los padres. 

Ante la imposibilidad de reencontrarse con su familia biológica, Bezos fue ubicado en una familia adoptiva en Delaware y se hizo angloparlante. 

Conoció a la mamá de Jeff en Albulquerque y adoptó al niño, nacido de un matrimonio que había durado apenas un año.

Jeff Bezos creció en el matrimonio formado por su madre y el joven cubano, quien se hizo ingeniero y trabajó en Miami para la Esso Standard Oil. 

Se apellida como su padre adoptivo desde que tenía cinco años y tuvo dos hermanos, hijos del matrimonio.

“Jackie y Miguel, sus padres, dirigen la Bezos Family Foundation, volcada en programas educativos y en ayudar a estudiantes”, refiere el medio de Miami. 

La cobertura de The Washington Post acerca de la reforma migratoria dejará entrever cuánto de ese corazón latino queda en su nuevo dueño, quien no pasó sus años de juventud comiendo hamburguesas ni hot dogs, sino croquetas y moros con cristianos.

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