Un ataque con misiles contra puestos del gobierno en el norte de Siria mató a 26 combatientes aliados de Damasco, en su mayoría iraníes, según informó este lunes 30 de abril el grupo encargado de monitorear el transcurso de la guerra en ese país.
El número de víctimas mortales podría aumentar ya que otros 60 milicianos resultaron heridos y varios más están desparecidos, dijo el Observatorio.
La prensa iraní ofreció reportes contradictorios sobre el incidente ocurrido durante la noche, en medio de especulaciones de que pudo ser perpetrado por el vecino Israel.
El ataque se produjo horas después de una conversación telefónica entre el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. La Casa Blanca dijo que los dos líderes discutieron las continuas amenazas y desafíos en Oriente Medio, “especialmente los problemas que suponen las actividades desestabilizadoras del régimen iraní”.
El secretario de Estado de Norteamérica, Mike Pompeo, elevó la retórica del gobierno de Trump contra Irán y ofreció apoyo a Israel y Arabia Saudí en sus diferencias con Teherán.
“Seguimos profundamente preocupados por la peligrosa escalada de amenazas de Irán hacia Israel y la región y la ambición iraní de dominar Oriente Medio”, dijo Pompeo después de una reunión de casi dos horas con Netanyahu. “Estados Unidos está con Israel en esta lucha”, agregó en su primer viaje al exterior como máximo diplomático de Estados Unidos.
Mientras tanto, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó que la operación del domingo por la noche contra un depósito de armas para misiles tierra-tierra en una base del norte de Siria, conocida como Brigada 47, habría sido perpetrada por Israel.
Entre las víctimas había cuatro sirios, añadió el organismo civil con sede en Gran Bretaña.
La televisora estatal iraní reportó el ataque el lunes citando medios sirios. Sin embargo, la agencia semioficial de noticias Tasnim negó tanto la muerte de combatientes iraníes como que se alcanzaron bases gestionadas por Teherán, citando a un funcionario iraní no identificado y sin ofrecer más detalles.
Otra agencia de noticias semioficial, ISNA, dijo que según “fuentes locales y activistas”, 18 iraníes, entre los que había un comandante, murieron en el ataque en un suburbio de la ciudad de Hama, en el centro de Siria. Los misiles atacaron edificios y un centro que podría tener un depósito de armas, añadió ISNA.
Israel no se pronunció de inmediato sobre la ofensiva nocturna.
El incidente se produce en un clima de creciente tensión entre Irán e Israel, luego de un ataque hace pocos días sobre la base aérea siria T4 en la provincia de Homs, en el que murieron siete militares iraníes. Teherán había prometido vengarse de esa operación. Siria, Irán y Rusia culparon entonces a Israel, que ni lo confirmó ni lo desmintió.
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El ministro israelí de Defensa, Avigdor Lieberman, dijo en una entrevista publicada el pasado jueves pasado que su país atacará a Teherán si es atacado por su archienemigo Irán, avivando la ya tensa relación entre las dos naciones.
En su reporte, Tasnim citó al jefe de la brigada Fatimayoun, una milicia afgana respaldada por Irán y que lucha con las fuerzas de la República Islámica en Siria, diciendo que su base próxima a Alepo no fue alcanzada y que no sufrieron bajas. No se ofrecieron más detalles.
Antes, la televisora siria reportó una “nueva agresión” con misiles contra puestos militares en el norte. La cadena estatal dijo que los misiles atacaron puestos militares en zonas rurales de las provincias de Hama y Alepo.
Por su parte, el diario libanés Al-Akhbar, considerado próximo al grupo Jezbolá, también respaldado por Irán, y al gobierno sirio, dijo que el ataque alcanzó “importantes depósitos de armas utilizados por el ejército (de Siria) y por la Guardia Revolucionaria de Irán”, añadiendo que los agresores podrían haber empleado proyectiles antibúnker.
Mohamad Rashid, un activista opositor en Siria, dijo que la base atacada está a unos 10 kilómetros de la ciudad de Hama y que el ataque produjo varias explosiones en el almacén de armas. La zona es conocida como la montaña Maarin o montaña 47, añadió.
Según Rashid, algunos de los misiles que explotaron en el depósito de armas alanzaron partes de Hama y residentes en las zonas próximas a la base huyeron de sus casas. Las instalaciones militares estaban gestionadas por combatientes iraníes y otros llegados de Líbano, Irak, Afganistán y Pakistán, todos respaldados por Irán.
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