El gobierno del presidente Joe Biden enfrenta el difícil reto político y humanitario de lidiar con un pronunciado aumento de migrantes que están llegando a la frontera con México, un problema que amenaza con opacar su ambiciosa agenda.
Los asesores de Biden sostienen que éste heredó una situación imposible tras los esfuerzos sistemáticos por desmantelar las normas migratorias emprendido por el gobierno anterior de Donald Trump.
Pero en momentos en que el Congreso se dispone a debatir nuevas leyes migratorias, las imágenes y las narrativas de la gente en la frontera están acaparando los titulares, desviando la atención de las gestiones de la Casa Blanca por promover el enorme paquete de rescate financiero, aprobado para aliviar los estragos económicos causados por la pandemia del coronavirus.
El secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, apareció en cuatro entrevistas televisivas el domingo para enfatizar el mensaje de que el gobierno está trabajando arduamente para controlar la situación.
“Nuestro mensaje ha sido claro: la frontera está cerrada”, declaró Mayorkas. “Estamos expulsando a familias, estamos expulsando a adultos que llegan solos, y hemos tomado la decisión de que no expulsaremos a niños pequeños vulnerables”.
El gobierno de Biden se ha negado a calificar la situación de una “crisis”, en medio de una batalla retórica en los pasillos de Washington sobre cómo se le debe llamar a la circunstancia actual. Profesionales del área de inmigración habían advertido que aumentaría drásticamente el número de migrantes que llegan a la frontera después de las elecciones de noviembre, cuando se corra la voz de que las políticas de Trump serían revocadas.
En los primeros días de su mandato, Biden buscó deshacer algunas de las medidas de Trump, lo que algunos migrantes interpretaron como luz verde para viajar a Estados Unidos. Si bien la nueva administración estaba trabajando en la legislación de inmigración para abordar problemas a largo plazo, no tenía un plan para manejar un aumento de migrantes.
“Hemos visto un gran número de migraciones en el pasado. Sabemos cómo abordarlo. Tenemos un plan. Estamos ejecutando nuestro plan y lo lograremos”, dijo Mayorkas. Pero, agregó: “Lleva tiempo” y es “especialmente desafiante y difícil ahora” debido a las medidas tomadas por la administración Trump. “Así que estamos reconstruyendo el sistema a medida que abordamos las necesidades de los niños vulnerables que llegaron a nuestras fronteras”.
Bajo la presidencia de Biden ya no proliferan las imágenes de “niños en jaulas” que definieron la política de separaciones familiares bajo Trump, pero el gobierno actual brega por crear la capacidad necesaria para hacer frente al aumento.
Los niños y adolescentes no acompañados detenidos por la oficina de Aduanas y Protección Fronteriza son ahora transferidos al Departamento de Salud y Servicios Humanos en un plazo de tres días, aunque algunos pasan más que eso.
Las autoridades están tratando de desarrollar la capacidad para atender a unos 14 mil migrantes que ahora están bajo custodia federal y enfrentan la posibilidad de que lleguen muchos más. Los críticos dicen que la administración debería haber estado mejor preparada.
“No he visto un plan”, dijo el representante Michael McCaul, republicano por Texas. “Han creado una crisis humanitaria aquí en esta frontera que ustedes han visto ahora. Y la razón por la que vienen es porque él dice que las palabras sí importan, y así es. El mensaje es que si quieres venir, puedes quedarte”.
La administración también ha sido presionada para darle a los medios de comunicación acceso a las instalaciones en la frontera. Mayorkas dijo que el gobierno estaba “trabajando para brindar acceso para que las personas puedan ver cómo son las condiciones en una estación de la Patrulla Fronteriza”.