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Bloque contra Trump

Las recientes declaraciones del excandidato republicano a la Presidencia en 2012, Mitt Romney, descalificando la candidatura de Donald Trump al llamarlo ‘fraude’ reavivan las hostilidades al interior del partido conservador.

“Donald Trump es un embustero, un fraude. Sus promesas no valen nada, así como un título de la Universidad Trump. Está jugando con el público estadounidense”, enfátizó Romney en un discurso en la Universidad de Utah.

"Donald Trump es un embustero, un fraude. Sus promesas no valen nada, así como un título de la Universidad Trump”
Mitt RomneyExcandidato republicano
a la Presidencia en 2012

Las recientes declaraciones del excandidato republicano a la Presidencia en 2012, Mitt Romney, descalificando la candidatura de Donald Trump al llamarlo ‘fraude’ reavivan las hostilidades al interior del partido conservador.

“Donald Trump es un embustero, un fraude. Sus promesas no valen nada, así como un título de la Universidad Trump. Está jugando con el público estadounidense”, enfátizó Romney en un discurso en la Universidad de Utah.

A juicio de Romney, el magnate puntero en la carrera por la candidatura presidencial no es una persona preparada para representar el país y advierte que sus políticas podrían crear una nueva recesión. 

“Si nosotros los republicanos escogemos a Donald Trump como nuestro nominado, las perspectivas de un futuro próspero y seguro se verán muy disminuidas”, advirtió el exgobernador de Massachusetts.

Aunque Romney no ha respaldado públicamente a ninguno de los aspirantes republicanos, ha declarado que los únicos con propuestas políticas para enfrentar los retos nacionales e internacionales que tiene Estados Unidos son Ted Cruz, Marco Rubio y John Kasich.

 “Uno de ellos debe de ser nuestro nominado”, señaló Romney.

Lo que el excandidato republicano tiene muy claro es que, en su opinión, una hipotética postulación de Trump como abanderado republicano le daría la victoria a la posible candidata del lado demócrata. 

“Una persona tan poco fiable y deshonesta como Hillary Clinton no debe convertirse en presidente. Pero una nominación de Trump permitirá su victoria”, advirtió.

Cuando el magnate de los medios de comunicación Donald John Trump anunció el 16 de junio de 2015 que se postulaba como precandidato a la presidencia de la república de los Estados Unidos, la cúpula del partido republicano minimizó sus aspiraciones. 

Muchas personas lo tomaron como una mala broma. Sin embargo, el avance del empresario parece imparable, y los republicanos ya no encuentran la forma de evitar que Trump se quede con la candidatura.

Las declaraciones del ex candidato republicano parecen un intento más desde el interior del liderazgo del partido conservador para frenar el vertiginoso ascenso de Trump y tratar de evitar la consumación de su candidatura.

…Y Trump responde

Donald Trump no tardó en reaccionar ante estas declaraciones. Durante un mitin en Portland, acusó de desleal a Mitt Romney. 

“Uno puede ver lo leal que es. Rogaba por mi apoyo. Le había podido decir: ‘Mitt, arrodíllate’. Se habría arrodillado”, señaló.

Trump apoyó en 2012 la candidatura de Mitt Romney para las elecciones presidenciales, sin embargo, el triunfo fue para el presidente Barack Obama. “Nos decepcionó. Fue un candidato desastroso. Debería haber ganado a Barack Obama”, afirmó.

En una publicación en su cuenta de Twitter, Trump aseguró que es el único que puede derrotar a la que sería su rival en la elección presidencial, a diferencia de lo que ocurrió en la pasada elección con Romney. “Soy el único que puede vencer a Hillary Clinton. No soy Mitt Romney, quien no sabe cómo ganar”, sentenció.

Racismo le da fuerza

Una de las mayores incógnitas en la carrera presidencial en los Estados Unidos es si los dirigentes del partido republicano aceptarán si Donald Trump se alza con la candidatura presidencial o si intentarán descarrilarlo.

El recalcitrante discurso xenófobo de Trump y el radicalismo de sus posturas, en lugar de restarle apoyos ha tenido el efecto inverso. Le ha dado más fortaleza, sobre todo entre los votantes del sector más conservador del partido republicano. 

Esta semana, 11 estados tuvieron votación para elegir a los candidatos republicanos en el llamado ‘Super Martes’. 

Donald Trump ganó en 7 de esos 11 estados, lo que consolidó la ventaja que tiene sobre Ted Cruz y Marco Rubio.

Trump cuenta hasta el momento con 319 delegados, poco más de la cuarta parte de los mil 237 necesarios para obtener la candidatura republicana. La siguiente parada en las elecciones primarias es el próximo 15 de marzo, en donde habrá votaciones en 6 estados, uno de ellos es Florida, de donde Marco Rubio, otro aspirante demócrata es Senador. 

Hasta el momento Rubio cuenta con solo 110 delegados, pero una victoria en su estado combinado con un buen resultado en los demás podría acercarlo a Trump. El senador por Texas, Ted Cruz, es otro de los aspirantes que todavía sigue en la contienda y con alguna posibilidad real de ganar a Trump. Hasta el momento cuenta  con 226 delegados. En el pasado martes cumplió el pronóstico y fue el vencedor en su estado, Texas, además de dar la sorpresa al ganar en Oklahoma.

Uno de los escenarios que no se descartan al interior del partido conservador, es la posibilidad de integrar un único bloque para desbancarlo. Aún si Trump llegara a la convención republicana el mayor número de delegados, si la cifra es inferior al 51 por ciento, sus adversarios podrían integrar un frente común para derrotarlo.

Sin embargo, el verdadero obstáculo de esta opción serían los acuerdos que tendrían que alcanzarse para que esta alianza pudiera materializarse, en primer lugar, ¿Quién sería el candidato que la encabezaría? ¿Rubio? ¿Cruz? Luce complicado que alguno de los dos pueda ceder en sus pretensiones.

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