Jair Bolsonaro, presidente de Brasil, enfrenta a un enemigo que amenaza con acribillar la aceptación de su gobierno entre la ciudanía. Mientras el mandatario aprovecha las oportunidades para minimizar la crisis sanitaria, aumentó el número de contagios, y ahora el país se ubica como el tercero con más casos confirmados de Covid-19 a nivel mundial.
Pese a la contingencia, el mandatario no ha parado sus actos políticos, en los cuales desestima las acciones que los gobernadores han emprendido para contener la propagación del virus; incluso, incita a sus seguidores a ignorar los llamados a mantener el confinamiento.
El país registra 262 mil 545 casos confirmados de coronavirus, cifra que representa el 5.7 por ciento de los 4 millones 629 mil contagios que se reportan en el mundo. Lo anterior ubica a Brasil en la línea roja de países con más contagios, después de Estados Unidos y Rusia.
Con esta situación, sólo algunos estados han implementado medidas de distanciamiento social además del cierre de escuelas y comercios no esenciales, mientras que en algunas regiones sufren el colapso del sistema de salud, como ocurre en Manaos, capital de la provincia del Amazonas, cuenta Crislaine Alves a Reporte Índigo.
La ciudadana brasileña relata que hay muchas personas que hacen caso omiso a los llamados de los líderes locales a quedarse en casa para evitar los contagios, alentados por los dichos del presidente Jair Bolsonaro, quien ha enfrentado a los gobernadores por no alienarse con sus políticas respecto al manejo de la pandemia.
La pandemia azota de diferentes formas a toda la región, situación que se complica porque algunas empresas no han dado a sus empleados la opción del trabajo remoto. Esta situación causa que exista un alto índice de movilidad de personas en las calles del país latinoamericano.
São Paulo es la región en donde se concentra un mayor número de contagios, que suman 63 mil 120 hasta el cierre de esta edición. Esta cifra representa una cuarta parte de los casos de coronavirus del país, la buena noticia es que los hospitales en la zona aún tienen capacidad para manejar la situación, comparte Crislaine Alves.
“Algunos están en aislamiento social, otros viven sus vidas normalmente. Desafortunadamente, muchas empresas no apoyaron a sus empleados, así que hay muchos brasileños que tienen que salir todos los días a trabajar. Se enfrentan a las aglomeraciones en el transporte público en camino a sus empleos”, dice la brasileña.
Crisis política en Brasil
La emergencia sanitaria mantiene en vilo al sistema político brasileño, que va entre los enfrentamientos de Jair Bolsonaro con gobernadores y miembros de su gabinete, quienes difieren de su manejo de la crisis.
En medio de las críticas por el aumento en los contagios, el presidente recontrató a un grupo de 150 médicos cubanos, a quienes había acusado de ser espías de La Habana. El personal de salud llegó a Brasil como parte del programa “Más médicos”, que opera desde 2013 como una alianza entre los países.
Sin embargo, estas acciones parecen insuficientes, después de que Bolsonaro ha manifestado que prefiere priorizar las actividades económicas y ha minimizado los efectos del Covid-19 entre la población al calificar a la pandemia como “gripecita”.
La economía más grande de América Latina registró el primer caso de coronavirus en São Paulo, el 26 de febrero. El enfermo fue un brasileño que viajó a Italia, país que estaba al centro de la crisis sanitaria junto con España.
Desde entonces, Bolsonaro no ha logrado cuadrar una estrategia para mitigar los contagios. Por el contrario, su manejo de la crisis ocasionó la renuncia de dos ministros de salud. Primero Luiz Henrique Mandetta, quien dimitió el 17 de abril tras insistir en la necesidad del confinamiento obligatorio.
Un mes después, su sucesor Nelson Teich dejó el cargo tras las presiones por parte del presidente Jair Bolsonaro para apostar por la apertura de comercios que no son considerados como esenciales, como es el caso de peluquerías y gimnasios.
Teich también recibió críticas de opositores al presidente desde que asumió el cargo, sin embargo, su renuncia no causó sorpresa dados los antecedentes de la relación del mandatario con su antecesor.
Fuentes dijeron al diario brasileño O Globo que será el secretario ejecutivo Eduardo Pazzuelo quien encabezara el Ministerio de Salud de forma interina, situación que da poca certeza sobre las acciones que emprenderá Bolsonaro durante esta crisis.
En tanto, las críticas para el presidente se endurecieron después de que Luiz Henrique Mandetta asegurara que advirtió al gobierno sobre la gravedad de la emergencia sanitaria y el número de muertes que podría causar en el país.
“Oremos. Fuerza SUS (Sistema Público de Salud). Ciencia. Paciencia. Fe. Quédense en casa”, escribió Mandetta en Twitter tras la noticia de la renuncia de Nelson Teich.