Escocia en rebeldía
Mientras las negociaciones por la salida de la Gran Bretaña entran en una fase decisiva, a la primer Ministra británica Theresa May se le abre un nuevo frente político en Escocia.
Para poner más tensión en el ambiente, Nicola Sturgeon, ministra Principal escocesa, ha decidido jugar la carta de la emancipación escocesa y anunció que buscará un segundo referéndum de independencia a finales de 2018.
De igual forma ha pedido a May que incluya la petición de Escocia de seguir integrada en el mercado único en las negociaciones con la Unión Europea.
Carlos Salazar
Mientras las negociaciones por la salida de la Gran Bretaña entran en una fase decisiva, a la primer Ministra británica Theresa May se le abre un nuevo frente político en Escocia.
Para poner más tensión en el ambiente, Nicola Sturgeon, ministra Principal escocesa, ha decidido jugar la carta de la emancipación escocesa y anunció que buscará un segundo referéndum de independencia a finales de 2018.
De igual forma ha pedido a May que incluya la petición de Escocia de seguir integrada en el mercado único en las negociaciones con la Unión Europea.
Desde el pasado mes de junio, tras los resultados del referéndum por el Brexit, Sturgeon, líder del Partido Nacional Escocés ha venido trabajando para intentar la permanencia de Escocia en la Unión Europea, aunque se ha encontrado con la oposición de May.
“Hemos trabajado duro para intentar alcanzar un acuerdo y hemos dado a la primera Ministra varias oportunidades para llegar a un compromiso. Pero hemos chocado con el muro de la intransigencia”.
Por su parte, la primer Ministra de Gran Bretaña ha acusado a la escocesa de propiciar un ambiente de incertidumbre y división, señalando incluso que hay evidencia de que la mayoría de los escoceses no quieren un nuevo referéndum de independencia.
“En vez de jugar con el futuro de nuestro país, el gobierno de Escocia debería dedicarse a dar buenos servicios públicos a los escoceses”, ha declarado Theresa May.
El desacuerdo entre las dos líderes llegó a su punto más alto esta semana, pues mientras en Londres el Parlamento ya tiene lista la llamada Ley del Brexit, desde Edimburgo se anunciaba el proyecto del nuevo referéndum escocés.
“La semana que viene buscaré la autorización del Parlamento escocés para celebrar un nuevo referéndum de independencia”, anunció Sturgeon el pasado lunes en un acto en la capital escocesa.
Apenas 24 horas después, la primer Ministra británica Theresa May respondió a Nicola Sturgeon durante su intervención en el Parlamento de Westminster, advirtiendo que este no es momento para la división, sino para reforzar la unidad del país.
Las razones por las que la ministra Principal escocesa estaría acelerando el proceso es porque el inicio del proceso del Brexit es inminente, y quiere que la consulta se celebre antes de que Reino Unido quede formalmente separado de la Unión Europea, hecho que podría consumarse en los primeros meses de 2019.
Aunque en 2014 ya se celebró un referéndum independentista en Escocia que fue rechazado por la mayoría de la población, Sturgeon está convencida de que tras los resultados de la consulta del Brexit, y con un futuro para Gran Bretaña muy diferente al presupuestado hace 3 años, en esta ocasión, los resultados serán diferentes.
El Parlamento escocés no tiene la competencia legal para convocar al referéndum, por lo que tendrá que solicitar la autorización al Parlamento británico para la celebración del mismo.
Gran encrucijada
Aún cuando se celebrara el referendo y triunfara la independencia escocesa, no parece muy probable que Escocia pueda escapar al destino de los países integrantes de Gran Bretaña de cara al Brexit.
No solo desde el gobierno central de Gran Bretaña esgrimen este argumento con la intención de restar adeptos a la proclamación de independencia, sino que desde la misma Unión Europea ya han advertido al gobierno escocés.
En septiembre de 2014, previo al referéndum de independencia escocés, el entonces presidente de la Unión Europea, José Manuel Barroso declaró que un nuevo estado independiente se convierte en un tercer país con respecto a la Unión Europea.
En el hipotético caso de que se consumara la independencia escocesa, este país podría quedar al mismo tiempo fuera del Reino Unido y fuera de la Unión Europea, lo que según analistas sería el peor de los escenarios para los escoceses.
De esta forma, el nuevo Estado independiente tendría que comenzar los trámites de forma individual para solicitar la entrada al pacto europeo, y esperar su lugar en la lista de peticiones pendientes.
Actualmente representantes de la Unión Europea explicaron que no se incorporarán nuevos miembros antes de 2020, un año después de que se consume la salida de Gran Bretaña.
El ministro británico para Escocia, David Mundell tendrá una comparecencia este miércoles en el Parlamento escocés, y ya ha adelantado que aún con el triunfo del referéndum, Escocia quedaría exactamente en la misma posición en lo que se refiere a la Unión Europea.
“Bajo ninguna circunstancia Escocia podría seguir siendo miembro de la UE cuando el resto de Reino Unido se haya ido”, declaró.
Cuenta regresiva
Tras casi nueve meses de celebrado el referéndum por el cual los británicos decidieron abandonar la Unión Europea, la cuenta atrás para la ruptura de Gran Bretaña con el bloque europeo ha comenzado.
Se espera que antes de que concluya el mes de marzo, la primer Ministra Theresa May invoque el Artículo 50 del Tratado de Lisboa que inicia formalmente el proceso de salida de la Unión Europea.
Una vez invocado el artículo comienza un periodo de dos años de estira y afloja entre Gran Bretaña y los firmantes del pacto europeo para consumar la separación, en lo que será previsiblemente una negociación tensa.
Apenas el lunes pasado, los diputados británicos votaron las dos últimas enmiendas introducidas por la Cámara Alta al proyecto de Ley del Brexit y lo devolvieron, con lo cual la legislación está lista.
Aunque en un principio se había especulado que sería el día de ayer cuando Theresa May podría iniciar el proceso, nueva información sugiere que la primer Ministra podría esperar a fin de mes, una vez concluidos los actos conmemorativos del 60 aniversario de los Tratados de Roma para invocar el Artículo 50.