Si Estados Unidos fuera un automóvil, Barack Obama sería un buen conductor, pero estaría manejando por la carretera equivocada.
Al menos así indican las últimas encuestas del desempeño del mandatario y el curso que ha tomado EU en los pasados meses.
Obama corta el listón de apertura del capítulo número dos de su administración con estadísticas invertidas en comparación al 2009.
Hace cuatro años, cuando dio su primer discurso inaugural en el Capitolio frente a casi 2 millones de asistentes, los sondeos se volcaban a su favor de manera promisoria: una aprobación de 63 por ciento en promedio pero con una crisis económica que ensombrecía el panorama para el flamante presidente.
Ahora hay más norteamericanos inconformes con el accionar del también exsenador de Illinois pero con una percepción de que las cosas están mejorando en el plano de la economía.
Existe la tendencia de que la ciudadanía aprecia los segundos términos presidenciales con menor entusiasmo.
Y a pesar de ello, Obama llega con un promedio bastante aceptable de aprobación, tomando en cuenta los bajos niveles que obtuvo en su segundo y tercer año.
De acuerdo al promedio de encuestas recopilado por el sitio RealClearPolitics, el 52.2 por ciento de los estadounidenses aprueban el trabajo del reelecto presidente, muy por encima del 46.7 y 44.4 que obtuvo en 2010 y 2011 respectivamente, según sondeos de Gallup.
En contraste, 56.4 por ciento de la gente en EU considera que el país va por la dirección equivocada, por 36.8 que creen que el curso de la nación es positivo.
Por otra parte, El premio al “malo” de esta historia es para el Congreso de Estados Unidos.
Considerado como uno de los Parlamentos más flojos de los últimos años, obtuvo un 79.3 por ciento de desaprobación por la ciudadanía encuestada por RealClearPolitics.
Otros datos que muestran un rostro favorable de Obama es el sondeo publicado por RasmussenReports que coloca al presidente de Estados Unidos como la persona más poderosa del mundo para el 41 por ciento de los votantes norteamericanos.
El plan de restricción de armas, que tanto furor y reacciones divididas creó entre la población después de que Obama lo hiciera público en Washington el 16 de enero pasado, presenta cifras positivas para el mandatario.
Datos de Gallup muestran que el 53 por ciento de los ciudadanos desearían que su representante en las Cámaras legislativas votaran a favor de la propuesta de la administración demócrata.
Barack Obama abre el telón de su segundo término con números que le sonríen, aunque aún hay mucho por hacer.