Calentamiento Global, muerte anunciada de los glaciares
Si el calentamiento global sigue avanzando a pasos agigantados como está ocurriendo actualmente, en menos de 200 años los glaciares en el mundo desaparecerán, lo que traerá consigo aumento en el nivel del mar, inundaciones, falta de agua y erosión
Rubén ZermeñoEn el cráter de un volcán islandés vivió durante 700 años Okjökull, uno de los glaciares del mundo que el pasado domingo fue declarado muerto a causa de la actividad del hombre y del cambio climático.
Durante el funeral de “Ok”, como lo conocen comúnmente, se leyeron poemas, se cantó, se lloró y se dejó una placa conmemorativa para recordarle a los humanos que vivirán dentro de 200 años que las condiciones del planeta que les heredamos fueron nuestra responsabilidad.
“Ok es el primer glaciar islandés en perder su condición. En los próximos 200 años se espera que todos nuestros glaciares sigan el mismo camino. Este monumento sirve para reconocer que sabemos lo que está pasando y lo que es necesario hacer. Solo ustedes saben si lo hicimos”, dice la pequeña placa metálica.
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático alertó que los glaciares tropicales de sudamérica no sobrevivirán más de 100 años por el calentamiento
El requiem por los glaciares muertos hace eco en todo el mundo. Las notas funebres se escuchan en el Himalaya, retumban en Los Alpes y se hacen más fuertes en los Andes. En algunas zonas como Kilimanjaro en Tanzania se habla de que en pocos años no quedará ningún glaciar. Desde 1912 a la fecha, el glaciar de la montaña más alta de África ha disminuido en un 75 por ciento.
El 22 de abril del 2016, 195 países firmaron el Acuerdo de París, en el que, entre otras cosas, se comprometieron a realizar diversas acciones para mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de los 2ºC y de ser posible limitarla a 1.5ºC, esto con el fin de evitar que continúe el deshielo de los glaciares y en consecuencia aumente el nivel del mar y los fenómenos climatológicos sean cada vez más extremos.
En el mejor de los casos y si se consigue no superar el 1.5ºC, el aumento será de 2.1ºC en la cordillera y desaparecerá por lo menos un tercio de los glaciares de la región conocida como el tercer polo y en la que se encuentran las montañas más altas como el Everest y el K2.
Según el especialista en cambio climático, Hugo González Manrique, el derretimiento de los glaciares trae consigo varias afectaciones tanto a nivel global como el aumento del nivel del mar y regionales como alteraciones en ciclo de los ríos y la disponibilidad del agua.
“En las comunidades pega directamente en la disponibilidad del agua, ya que altera bastante el ciclo, porque esa agua en vez de que se vaya infiltrando poco a poco por el derretimiento normal que tienen los glaciares durante años, pasa de golpe y termina desperdiciándose. Además puede generar otros problemas como posibles derrumbes, erosión y puede afectar a la parte agrícola”, dijo el especialista en entrevista con Reporte Índigo.
En el caso del Himalaya, a consecuencia del deshielo, los principales ríos de Asia se desestabilizarán lo que afectará directamente a los 250 millones de personas que habitan en esas montañas y a los mil 650 millones que viven en los valles de sus ríos. Es decir el impacto llegaría a la cuarta parte de la población mundial que habita en Afganistán, Bangladés, Bután, China, India, Myanmar, Nepal y Pakistán.
En América del Sur, específicamente en la Cordillera de los Andes (Perú, Bolivia, Colombia, Venezuela y Ecuador) se encuentra el 99 por ciento de los glaciares tropicales del mundo, los más vulnerables por el cambio climático.
En Perú, la Autoridad Nacional del Agua ha alertado que en los últimos 45 años, las masas de hielo han retrocedido casi a la mitad y prevén su extinción dentro de 100 años. En Ecuador el panorama es similar, el país ha perdido el 55 por ciento de sus glaciares en los últimos 60 años, a causa de la agudización del cambio climático.
A inicios de año, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) dio la sentencia final “si la temperatura global continúa ascendiendo, los glaciares tropicales no sobrevivirán más de 100 años”.
En las zonas cuya principal fuente de agua dulce es el deshielo cíclico de un glaciar en verano, como en Quito, Ecuador y la Paz en Bolivia, la desaparición de éste ocasionaría una escasez que afectaría tanto a la agricultura como a la industria.
“Además todo esto produce un fenómeno cíclico porque por una parte el calentamiento produce que los glaciares se derritan pero ya que se derriten, como ellos ayudan a reflejar alguno de los rayos del sol, causa que ya no sirvan para ese reflejo entonces atrapamos más radiación solar en el planeta, se regula menos la temperatura porque ya no está ese frío y todo esto se convierte en un ciclo vicioso”, agregó el especialista de MDH CO2nsultores.
El derretimiento y desaparición de los glaciares también afecta al turismo. En los años 70 durante la época dorada de la región de los Alpes, una de las zonas más visitadas de Europa, existían 5 mil 150 glaciares que cubrían una superficie total de 2 mil 903 kilómetros cuadrados, para esta década, se ha perdido casi la mitad de la masa de hielo, el daño es irreversible y crecerá gradualmente conforme pasan los años hasta desaparecer por completo.
Depende de los humanos qué tan rápido será esa muerte anunciada.
“Hay impactos que ya tenemos que enfrentar y no solo ahorita, sino que ya sabemos que durante el próximo siglo van a seguir pasando. Así cortáramos hoy todas las emisiones del planeta, está tan afectado el medio ambiente que de todas formas va haber impactos. Lo que estamos intentando hacer es que no sean tan graves.
“Normalmente la gente dice que los gobiernos no están haciendo nada, pero los que consumimos combustible, los que elegimos un producto con más plástico somos nosotros. Los grandes sectores que emiten los gases de efecto invernadero son el transporte, la energía eléctrica, los residuos y la parte agropecuaria. Entonces, si nosotros en la ciudad nos transportamos de manera más eficiente y gastamos menos energía eléctrica en nuestras casas estamos dando un buen paso”, concluyó el especialista.