Calientan el Ártico
Durante dos meses, el Gobierno ruso los consideró piratas criminales. Pero el mundo los vio como mártires de la ecología.
Los 28 activistas de Greenpeace y dos periodistas, que primero fueron acusados de piratería y luego de vandalismo, pusieron los ojos de la comunidad internacional en las cuestionables prácticas de Rusia para extraer petróleo en el Ártico.
Pedro Pablo Cortéshttp://youtu.be/EfVT1KDFsJE
Durante dos meses, el Gobierno ruso los consideró piratas criminales. Pero el mundo los vio como mártires de la ecología.
Los 28 activistas de Greenpeace y dos periodistas, que primero fueron acusados de piratería y luego de vandalismo, pusieron los ojos de la comunidad internacional en las cuestionables prácticas de Rusia para extraer petróleo en el Ártico.
La historia comenzó el 19 de septiembre, cuando los ambientalistas procedentes de 18 países fueron arrestados en aguas internacionales a bordo del barco holandés Artic Sunrise, un día después de su protesta en la plataforma petrolera Gazprom, dentro de la zona económica marítima de Rusia.
El Gobierno del presidente Vladimir Putin primero les imputó cargos por piratería, delito que es penado con una condena de hasta 15 años de prisión. Luego rectificó y solo los acusó de vandalismo, lo que amerita unos 7 años de cárcel.
Aunque al principio las autoridades no desistieron, terminaron por ceder a las presiones internacionales, y el 18 de noviembre empezaron a liberar bajo fianza a los activistas. Hasta el viernes pasado, solo dos seguían arrestados.
Sin embargo, Greenpeace enfatiza que la liberación bajo fianza no implica que se les hayan retirado los cargos, por lo que aún podrían ser condenados a pasar años en prisión. De hecho, no pueden salir de Rusia.
Ridículo y lamentable
En entrevista exclusiva con Reporte Indigo, Beatriz Olivera, coordinadora en México de la campaña de Energía y Cambio Climático de Greenpeace, señala que la reacción de Rusia es un acto ridículo que obedece a los intereses del Gobierno.
“Nos parecen cargos totalmente desproporcionados, cargos ridículos, arbitrarios, porque, como te comentaba, son intentos solamente por amedrentar a Greenpeace en todo el mundo. Es un mensaje muy claro de intimidación”, manifiesta.
“En particular, esta plataforma que querían abordar los compañeros era una plataforma que se empleará, que será de las pioneras, en incursionar en el Ártico (…) ruso”.
Por esta razón, asevera la ambientalista, la campaña “Salvemos el Ártico”, de Greenpeace, toca intereses sensibles de los países desarrollados.
“Los ojos, no solamente del Gobierno ruso, sino también los del Gobierno estadounidense están puestos en el petróleo del Ártico en particular, por eso es que esta campaña particularmente es difícil”, subraya.
Al ser una de las regiones más vulnerables al cambio climático, el Ártico alcanzó en el 2012 el nivel de hielo más bajo de la historia, por lo que los ambientalistas lucharán hasta que la ONU declare la zona como santuario global.
Pese al aspecto negativo del encarcelamiento de los activistas, Olivera considera que el escándalo sirvió para que el mundo supiera del problema que enfrenta la región ante los cuestionables intereses gubernamentales.
“Ahora, esta campaña no solamente es conocida por el sector ambientalista, sino que es conocida ya por mucha gente a raíz de estos lamentables eventos”, expresa.
Peligros en altamar
El mexicano Daniel Bravo, quien ha participado en más de 15 viajes de Greenpeace como cocinero y activista en altamar, conoce los riesgos que trae consigo defender la campaña a favor del Ártico.
En entrevista, afirma que nunca habían lidiado con un gobierno tan intolerante como el de Rusia, pero que esto no les impedirá seguir luchando.
“Lo que está pasando en Rusia puedo decir que no hay otro parámetro en la historia de Greenpeace. Nunca habíamos tenido un sometimiento o una afrenta del gobierno de un país como lo estamos teniendo ahorita”, expone.
Bravo, quien ha sido parte de varias expediciones en las que han participado muchos de los activistas arrestados, confiesa que todos saben el riesgo que enfrentan en estas misiones, pero defender sus ideales es más importante.
A él lo arrestaron las autoridades de San Cristóbal y Nieves en el 2006 por protestar en la playa durante la reunión de la Organización Internacional Ballenera en las Antillas.
“Sabemos que (lo que hacemos) puede tener consecuencias, sabemos que no es algo, en muchos casos, que los gobiernos puedan llegar a compartir (…), y la verdad es que en gran parte, son a los gobiernos a quienes queremos cambiar”, sostiene.
El mundo los quiere a flote
A lo largo de los últimos dos meses, el mundo expresó distintas muestras de apoyo a los activistas arrestados en Rusia.
Las protestas, los exhortos oficiales y los mensajes audiovisuales que demandaban al Gobierno de Vladimir Putin liberar a los ambientalistas, se convirtieron en algo cotidiano.
Greenpeace compartió un video en el que revela las cartas que los arrestados mandaron desde prisión.
La actriz mexicana Diana Bracho prestó su voz para un video en el que narra por qué es importante que los activistas defiendan el Ártico.
La canciller alemana Angela Merkel, la presidenta brasileña Dilma Rousseff, el Partido Socialista de Argentina, el Gobierno de Holanda y un grupo de diputados y senadores mexicanos también mandaron enérgicos exhortos a Rusia para exigir la liberación de los detenidos.