¿Quién es Jill Stein?
Para los pequeños partidos, esta carrera presidencial por alcanzar la Casa Blanca ha resultado ser una bendición.
Andrea Montes Renaud
Para los pequeños partidos, esta carrera presidencial por alcanzar la Casa Blanca ha resultado ser una bendición.
Los niveles históricos de rechazo para Donald Trump y Hillary Clinton podrían conducir a más personas a considerar una tercera opción cuando salgan a votar el próximo 8 de noviembre; y tanto el Partido Verde, como el Partido Libertario, esperan capitalizar el rechazo que suscitan la demócrata y el republicano en sus respectivos campos.
Por lo que estas elecciones podrían empujar a los votantes a buscar reformas estructurales para una democracia competitiva en la que los candidatos de terceros partidos puedan ser viables.
Después de semanas de actos públicos entre la fórmula Hillary Clinton – Tim Kaine, no sería sorpresivo ver a los aspirantes revolucionarios del senador de Vermont, Bernie Sanders, cambiar su voto por Jill Stein, la candidata por el Partido Verde: una médico practicante, defensora del medioambiente, esposa y madre de familia con dos títulos de Harvard.
Un alternativa a Hillary Clinton
Jill Stein, de 66 años, recibió el nombramiento oficial de su partido el pasado sábado 6 de agosto en la convención nacional de los Verdes en Houston, Texas, junto con su compañero de fórmula, el activista de derechos humanos, Ajamu Baraka.
Sin fuegos artificiales pero con gritos de “Jill, no Hill”, sus seguidores anti-guerra y anti-Wall Street se oponen drásticamente a Hillary Clinton.
Hija de una familia de judíos rusos que huyeron de la persecución en Rusia, es también alabada por Julian Assange, que se refiere a ella como “heroína”.
Graduada de Harvard, ha ejercido la medicina durante 25 años y está preocupada por las causas sociales, ambientales y los problemas de salud.
“La política es la madre de todos los males”, dice ella, que abandonó el Partido Demócrata cuando rechazaron su reforma sobre la financiación política en Massachusetts.
Stein propone eliminar la deuda de los estudiantes y reducir a la mitad los créditos militares. Y desde el final de las primarias, asiduamente se unió a los partidarios de Sanders, que actualmente se niegan a apoyar a la ex secretaria de Estado, y a quien Stein se refiere como la candidata de “Wall Street, la guerra y Walmart”.
Stein podría atraer a estos votantes que luchan por cambiar el espíritu del Partido Demócrata. Y el de Estados Unidos.
Y es que, si bien Stein sólo ha tenido un cargo local y su agenda se solapa sustancialmente con la de Sanders, en 2012 la candidata verde tuvo un acceso a las urnas de 37 estados, logrando recoger 469 mil 501 votos, lo que significó el 0.36 por ciento.
Pero tan solo cuatro años más tarde, para la elección del próximo 8 de noviembre, se le pronostica el 6 por ciento de la intención de voto: una cifra que es dos veces mayor que el mejor resultado jamás registrado para el Partido Verde en una contienda electoral.
Y es que desde que Sanders mostró su apoyo a Clinton – y muchos de sus seguidores se sintieron traicionados –, Stein se ha venido beneficiado, no sólo de la intención de voto de estos jóvenes, sino también de notables donaciones, que se duplicarán con los fondos federales. Y con eso, Stein podría, en el mejor de los casos, lograr acceder a 47 estados este año.
La tercera fuerza política
En el otro extremo del espectro, Gary Johnson, el candidato libertario de 63 años, parece ser un rival mucho más peligroso para el bipartidismo norteamericano.
Desde que Donald Trump aseguró su nominación, el Partido Libertario (Libertarian Party) empezó a recibir mayor atención cuando numerosos republicanos lanzaron su apoyo a Gary Johnson, el candidato de este partido fundado en la década de 1970, y que es hoy la tercera fuerza política del país.
En 2011, Johnson recibió un 1.2 por ciento de los votos al presentarse en 48 estados, y este año se prevé que lo esté en 49 o 50.
Invitado a Fox News Sunday el lunes, sostuvo que “esta elección es tan loca que incluso yo podría ser elegido”. Johnson se basa en las opiniones negativas que castigan a Hillary Clinton y Donald Trump.
Mientras que la candidata verde, Jill Stein, ha conseguido resultados históricos para su partido, pero pocos en cuanto a la intención de voto –poco más de 3 por ciento en la media realizada por RealClearPolitics –, el candidato libertario ya alcanzó el 8 por ciento, de acuerdo con el mismo sitio.
Pero tanto Johnson como Stein podrían encontrar sus posibilidades socavadas por completo si no participan en los tres debates programados para las elecciones del 8 de noviembre.
¿Habrá cabida para un tercero?
De acuerdo a The New York Times el número de partidarios de terceras opciones podría reducirse drásticamente este otoño con los votantes no familiarizados con el funcionamiento del Colegio Electoral que optarían por el voto útil, en lugar de dar su voto a un tercer candidato.
El paisaje político controlado por el bipartidismo, mejor conocido como la Comisión de Debates Presidenciales, agravará este escenario al negar el acceso a terceros candidatos que se quedarán sin poder llegar – a través de los debates televisados –, a millones de ciudadanos.
El comité responsable de la organización de estos debates ha decidido que un candidato puede presentarse al debate sólo si tiene el 15 por ciento de las intenciones de voto en los cinco sondeos nacionales: en ABC-Washington Post, CBS-New York Times, CNN-Opinion Research Corporation, Fox News y NBC-Wall Street Journal.
El voto joven es decisivo
Muchos creen que es hora de reformas electorales que permitan a terceros competir, y en este propósito, el voto de los jóvenes será decisivo.
De acuerdo con una encuesta de McClatchy-Marista lanzada el 5 de agosto, los votantes menores de 30 años son los más interesados en un candidato fuera del sistema bipartidista, fundamento de la vida política estadounidense.
El 23 por ciento de ellos afirman que elegirán al candidato libertario; y el 16 por ciento afirma que irá por la representante ecologista.
Mientras que Donald Trump se posiciona en último lugar con el 9 por ciento de intención de voto y Hillary Clinton lidera la lista con el 41 por ciento.