Cerrar sus fronteras a otros europeos ya le está costando a Suiza, el país que presumía su tolerancia y pacifismo.
A una semana de que los suizos aprobaran con un referéndum imponer cuotas para restringir la inmigración de trabajadores europeos, la Unión Europea (UE) suspendió ayer a Suiza los programas Erasmus+ y el de investigación Horizonte 2020.
“Esta decisión tendrá un impacto considerable en la economía Suiza. El país contribuye al presupuesto comunitario para costear las partidas de Erasmus y ayudas a la Innovación, a cambio de beneficiarse de dichos fondos”, publicó ayer El Mundo.
Aunque no pertenece a la UE, el organismo europeo considera a Suiza como su tercer socio comercial, pues más de la mitad de las exportaciones de la nación helvética van a países miembros y el 78 por ciento de las importaciones provienen de la Unión.
Sin educación ni investigación
Cerca de 3 mil estudiantes suizos se benefician por ahora de Erasmus+, un programa de más de 20 mil millones de dólares de presupuesto que permite a los jóvenes de la UE realizar intercambios académicos y laborales en otros países miembros.
El programa Horizon 2020 proveerá durante siete años más de 110 mil millones de dólares para proyectos de investigación de la Unión, y Suiza ya había recibido casi 2 mil 500 millones de dólares.
“Geraldine Savary, miembra socialista del parlamento suizo, dijo que la suspensión de Suiza de Horizon 2020 sería una ‘catástrofe’ para la investigación del país, porque Suiza ‘recibe mucho más de lo que le invierte’”, reportó ayer BBC.
El Gobierno suizo y los empresarios afirman que el libre tránsito es crucial para el desarrollo económico del país, que en 2013 recibió 80 mil inmigrantes y además cuenta con un bajo índice de desempleo, de apenas 3.2 por ciento.
Pero la población ha hablado, y para Suiza la democracia suele ir primero.