Contrario a su objetivo primordial de clarificar el rumbo político, las recientes elecciones en Cataluña en poco han aliviado las tensiones en la región y a unos días de que se instale el Parlamento son pocas las certezas.
La triada independentista formado por Junts Per Catalunya, Esquerra Republicana y CUP aún está lejos de ser el bloque firme que se supone, y las negociaciones para la formación de gobierno, y sobre todo por el programa y el rumbo político, han abierto fisuras y generan dudas entre sus líderes.
El tiempo ya es factor. El 17 de enero se deberá instalar el Parlamento y se tiene previsto que el día 31 comience el debate por la investidura y hasta hoy, el principal favorito para asumir el gobierno catalán, el expresidente Carles Puigdemont, se mantiene en Bélgica a la espera del desarrollo de los acontecimientos.
Las tres formaciones secesionistas son la única opción viable al día de hoy -por pura aritmética- para formar gobierno en Cataluña, pero las negociaciones no han sido lo exitosas que se esperaban hasta el momento y queda mucho por definir.
Los obstáculos que tienen por delante los principales liderazgos no se limitan únicamente a las negociaciones externas, abarcan de igual forma sus propios conflictos internos.
El hecho de que el expresidente y el exvicepresidente, las dos cabezas más visibles del independentismo, estén en Bruselas para evitar la acción de la justicia (Puigdemont) o en la cárcel (Junqueras) le añade aún mayor dificultad al proceso.
En total, de los 70 diputados electos de las formaciones independentistas, cinco están en Bruselas y tres cumplen prisión preventiva, por lo que su situación jurídica también será un factor que podría complicar la legislatura. Se requiere una mayoría de 68 escaños para la formación de gobierno.
Planean alternativas
El expresidente Carles Puigdemont, quien basó su campaña en la restitución de lo que él llama el gobierno “legítimo” (destituido tras la aplicación del artículo 155), ha propuesto ser investido vía remota desde Bruselas para después ingresar a territorio español, donde previsiblemente sería detenido.
En principio, ERC apoyaría la investidura, pero algunos de sus líderes han dejado entrever la opción de buscar una alternativa en caso de que Puigdemont no pueda ser investido y sacar adelante esta legislatura para evitar una nueva convocatoria a elecciones.
Esta postura podría causar un cisma, ya que el partido de Puigdemont ha sido claro: si no hay investidura que haya nuevas elecciones.
Por su parte la CUP, el partido independentista más pequeño -pero el más radical-, se ha mantenido a la expectativa de estas negociaciones, pero ya ha adelantado que su apoyo está condicionado a seguir el programa del independentismo por la vía unilateral, y sin los diputados de esta formación, el bloque secesionista no puede formar gobierno.
Las cuentas
En las elecciones del pasado 21 de diciembre el partido Ciudadanos se colocó como la formación más votada, superando a los dos grandes partidos secesionistas, sin embargo no tiene los números suficientes para que su líder Inés Arrimadas pueda lograr la investidura.
A los 37 escaños logrados por Ciudadanos en el Parlamento se podrían sumar los 17 del PSC y los 3 del PP, los otros partidos constitucionalistas, pero con 57 lugares quedarían aún lejos de los 68 requeridos.
En este escenario, la única forma en que Arrimadas pueda acceder a la presidencia sería que durante la votación estuvieran ausentes los cinco parlamentarios que hoy están en Bruselas (los tres que permanecen en prisión tienen probabilidades de asistir) y que el resto de los partidos no independentistas se sumaran a Ciudadanos.
El reglamento del Parlamento establece que en caso de un empate reiterado en sucesivas votaciones, el candidato del partido más votado puede acceder a la presidencia.
Sin embargo, las posibilidades de que esto ocurra son remotas, ya que los diputados electos de la coalición Catalunya en Común-Podemos ya han manifestado que no apoyarán a ningún bloque y luce difícil que su postura pueda cambiar.
Fechas clave
La ruta próxima para formar gobierno en Cataluña:
6 de febrero
Es la fecha límite para un primer intento de investidura del presidente del gobierno autonómico con mayoría absoluta. Posteriormente habría un segundo intento ya con mayoría simple (68 de 135 diputados).
7 de abril
Es la fecha límite para que se pueda llegar a un acuerdo. En caso de que las fuerzas políticas sigan sin pactar gobierno se convoca a nuevas elecciones en una fecha por determinar.
Remoto acercamiento
La coalición Junts Per Catalunya sigue estudiando opciones para que los cinco diputados que están en Bruselas, entre los que se encuentra Carles Puigdemont, puedan regresar en algún momento al Parlamento o en caso extremo que alguno de ellos pueda ceder su escaño a otro de sus compañeros de partido.
Aunque la CUP apenas obtuvo cuatro lugares en el Parlamento, esos diputados serán clave para la formación de gobierno pues sin ellos, Junts Per Catalunya y Esquerra Republicana suman 66 votos, 2 menos del mínimo requerido.
La otra opción que le queda a Puigdemnot y Junqueras, líderes de estos dos partidos, si no quieren adoptar la agenda radical separatista de la CUP, es buscar un acercamiento con la coalición Catalunya en Común-Podemos, aunque hasta el momento las aproximaciones no han sido fructíferas.
A unos días de la sesión constitutiva del Parlamento lo que prevalece son las incógnitas, y los escenarios probables son desde la instalación de un gobierno independentista moderado o uno radical, hasta el impasse y la convocatoria a elecciones, nada para nadie.