Un grupo católico tradicionalista escindido acusó al papa Francisco de propagar confusión y errores sobre la fe, sumándose a la crítica conservadora que percibe la doctrina del actual pontífice como libertina y de darle prioridad a la misericordia sobre la moral.
El comunicado de ayer de la Hermandad Sacerdotal San Pío X insinuaba que un nuevo intento de reconciliación con Roma se había detenido o que la sociedad se encontraba dividida en cuanto a los próximos pasos a dar.
La declaración, emitida luego de una reunión de los superiores de la sociedad, dijo que los miembros no buscaban una resolución legal a su estatus cismático sino que aspiraban a que la Iglesia, en la que reina “una confusión grande y dolorosa”, regrese a sus tradiciones católicas.
“La Hermandad de San Pío X ora y hace penitencia por el Papa para que tenga la fuerza para proclamar íntegramente la fe y la moral católica”, decía la declaración.
El difunto arzobispo Marcel Lefebvre fundó el grupo en 1969 cuando se opuso a las reformas modernistas del Concilio Vaticano Segundo. En 1988 el Vaticano excomulgó a Lefebvre y a cuatro obispos consagrados por él sin autorización papal.
El papa emérito Benedicto XVI dio prioridad a la reconciliación, pero las conversaciones fracasaron en 2012. En 2014, el Vaticano reanudó las conversaciones y Francisco se reunió en abril con el titular de la sociedad, obispo Bernard Fellay.
El Papa no es amigo
Pero Francisco no simpatiza con los tradicionalistas. Los ha enfurecido con declaraciones que según estos siembran confusión sobre el magisterio de la Iglesia en materia de familia, sexo y otros asuntos candentes.
Francisco echó más leña al fuego este mes cuando en una sesión imprevista con sacerdotes y laicos romanos criticó las interpretaciones rígidas de la doctrina e insinuó que estaba de acuerdo con la cohabitación premarital para que las parejas jóvenes supieran qué significaba estar casado.
“He visto tanta lealtad en estas cohabitaciones, tanta lealtad, y estoy seguro que es un verdadero matrimonio, tienen la gracia del matrimonio simplemente porque tienen tanta lealtad”, dijo el Pontífice.
Esas parejas, sostuvo, deberían estar acompañadas por los pastores, que deberían alentarlas a tomar el sacramento del matrimonio, no rehuirlas como gente que vive en el pecado. (AP)