Reino Unido está a la vista del mundo. Una nueva cepa de COVID-19 que se registró por primera vez en ese país ha sido identificada en pacientes en Dinamarca, Italia, los Países Bajos y Australia.
El mundo entró en alerta y algunos países han blindado sus fronteras para impedir el paso a viajeros, turistas y residentes, que llegan desde Reino Unido, mientras en otros son puestos en cuarentena pese a contar con los resultados del test que detecta la enfermedad.
En tanto, Reino Unido estableció sus protocolos de alerta máxima para contener los contagios y ha recomendado a las personas que se ubican dentro de los grupos más vulnerables, es decir personas de la tercera edad, con sobrepeso o diabetes, que se queden en casa, a menos que sea para asistir a alguna cita médica.
Reino Unido alertó sobre la nueva cepa de COVID-19 a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 19 de diciembre. Entonces, el Departamento de Salud y Asistencia Social informó que no hay evidencia sobre que la variante tenga más probabilidades de causar una enfermedad grave o mortalidad, pero continúan las investigaciones para comprender mejor al virus.
En tanto, Patrick Vallance, quien forma parte del Consejo Científico del gobierno británico, declaró que esta nueva cepa del SARS-CoV-2, además de propagarse rápidamente, fue lo que llevó a Reino Unido a registrar un aumento de nuevos contagios y, con ello, en el número de ingresos hospitalarios en los días que van de diciembre.
Reino Unido se ubica como el sexto país con más casos acumulados de COVID-19, con dos millones 079 mil 678 contagios. El 21 de diciembre, se sumaron 33 mil 604 nuevos contagios diarios, de acuerdo con el último informe del Departamento de Salud.
“Era posible que se hicieran mutaciones del virus, y aunque se sabe poco, por ahora se deben elevar las precauciones para evitar contagios porque al propagarse con mayor velocidad significa que puede aumentar de manera importante los contagios y hay países que no están preparados para ello porque apenas están en la primera ola de la enfermedad”, dijo Gustavo Solís, académico de Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Cerrar fronteras a Reino Unido
Casi un año después de que se registraron los primeros casos de COVID-19 el mundo se mantiene en un nuevo confinamiento. Este virus, que ha causado una de las emergencias sanitarias más grandes de la época moderna. Ha contagiado a 77.3 millones de personas y causado el deceso de 1.7 millones en el mundo, de acuerdo con el monitoreo de la Universidad Johns Hopkins.
Desde inicios de mes, algunos países, entre ellos Reino Unido, comenzaron con las estrategias para distribuir las vacunas en contra del coronavirus entre trabajadores de la salud y personas vulnerables con el fin de inmunizarlos.
Sin embargo, esta mutación del SARS-CoV-2 ha puesto en alerta a diferentes gobiernos, los que buscan evitar un colapso de los sistemas de salud. Es por ello que algunos miembros de la Unión Europea decidieron suspender los vuelos y viajes en tren que los conectan con el Reino Unido, por lo menos, hasta el 1 de enero de 2021.
En América Latina los gobiernos de Colombia, El Salvador y Argentina también suspendieron los vuelos desde Reino Unido, mientras el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, descartó implementar esta medida.
En tanto, el Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) divulgó una evaluación de riesgo en la que declaró que la nueva cepa del virus puede ser un 70 por ciento más contagiosa.
En ECDD instó a las autoridades y a los laboratorios a analizar y secuenciar los casos aislados del virus de manera oportuna para identificar los casos de la nueva variante. En tanto, quienes tengan un vínculo epidemiológico con casos con la nueva variante o antecedentes de viajes a aéreos afectados deben ser identificados inmediatamente para probar, aislar y hacer un seguimiento de sus contactos con el fin de detener la propagación de la nueva variante.
“Esta nueva variante ha surgido en una época del año en la que tradicionalmente se ha incrementado la mezcla familiar y social. En este momento, no hay indicios de una mayor gravedad de la infección”, dice el informe.
A esto se suma que otra cepa del COVID-19 fue detectada en Sudáfrica durante el fin de semana, también relacionada con el aumento en los contagios de la región, una de las más afectadas por la crisis sanitaria.