En México y América Latina se realizan más de la mitad de cesáreas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este procedimientos quirúrgico es considerado indispensable para algunas madres que están peligro de muerte o pueden perder a sus hijos, pero otras mujeres manifiestan que estas intervenciones son innecesarias y hubieran preferido un parto vaginal.
En México en los últimos doce años se han incrementado los partos por cesárea hasta alcanzar un 50.3 por ciento de los nacimientos, según los datos más recientes de la Secretaría de Salud mexicana.
Este fenómeno también afecta a varios países de América Latina y el Caribe: seis de los diez países con mayores tasas de cesárea en el mundo están en esta región, de acuerdo a un estudio comparativo en el que participaron científicos de la OMS.
República Dominicana encabeza el conteo mundial de los países con mayor proporción de cesáreas con un 56.4 por ciento del total de nacimientos. En el segundo lugar está colocado Brasil con un 55.6 por ciento. La tasa de México ubica al país en quinto lugar.
Estos porcentajes exceden la recomendación de la OMS. Desde 1985, los profesionales de la salud de todo el mundo han considerado que la tasa ideal de cesáreas en un país debe oscilar entre el 10 y 15 por ciento y el organismo internacional de la salud también estipula que estos porcentajes son los adecuados para cualquier nación.
De acuerdo a la Declaración de la OMS sobre tasas de cesárea, las cifras de esta intervención superiores al 10 por ciento no están asociadas con una reducción en las tasas de mortalidad materna y neonatal.
Este documento menciona que las cesáreas pueden provocar complicaciones y discapacidades significativas, a veces permanentes o incluso la muerte, especialmente en los lugares que carecen de instalaciones o de capacidad para realizar cirugías de forma segura.
No obstante, esta declaración de la OMS también indica que debe hacerse todo lo posible para realizar cesáreas a todas las mujeres que lo necesiten en lugar de intentar alcanzar una tasa determinada.
“Se necesitan investigaciones adicionales para comprender los efectos sanitarios de las cesáreas sobre algunos resultados inmediatos y futuros”, concluye el texto.
Ante la falta de certezas lo indicado es escuchar a las mujeres que han experimentado cesáreas o han estado cerca del quirófano, así como a obstetras y parteras que día a día se relacionan con las madres y los nacimientos.
Recuperación dolorosa
Magaly Peralta Maldonado tuvo una cesárea que originalmente había sido programada como una inducción de parto. Antes de los 20 años de edad, esta mamá tuvo dos hijas y casi una década después le realizaron una cesárea por su edad y algunas complicaciones.
“El doctor me programó una inducción de parto. Cuando llegué al hospital me dijo que después de los 28 años se considera que el cuerpo ya está mucho más rígido”, narra Peralta Maldonado.
A pesar de sus explicaciones, el médico le dijo a esta mamá de 29 años que iba a tener un proceso de parto natural, pero si el bebé o ella comenzaban a sufrir iba a optar por una cesárea. El especialista cumplió su promesa en la noche. Peralta Maldonado tenía dolores, pero su labor de parto no mostraba avances. Por esta razón ella y el doctor eligieron una cesárea.
Aunque esta madre fue quien decidió ir al quirófano, le hubiera gustado tener un parto natural porque le parece que una cirugía es un procedimiento muy doloroso.
“La cesárea como operación es un procedimiento que es automático para los hospitales, pero uno en el cuerpo lo siente terrible. Estuve en un hospital particular con muchas consideraciones y aún así para mí fue una situación muy dura. Mi herida no fue grande, de unos siete centímetros, fue muy buena la operación, pero sí es dolorosísima, incómoda”, finaliza Peralta Maldonado.
Porcentajes de cesáreas en AL
Desde 1985, los profesionales de la salud consideran que la tasa ideal de cesáreas en un país debe oscilar entre el 10 y 15 por ciento
50.3% México
56.4% República Dominicana
56.6% Brasil
10 al 15% Tasa ideal según la OMS
Parir a cinco minutos del bisturí
Después de tres días de trabajo de parto a Ambar Cervantes Álvarez la aceptaron en el entonces Hospital Materno Infantil de Cuajimalpa.
“Nos dicen a mí y a los otras mujeres que ya se terminó el turno de los doctores y que íbamos a estar hasta el día siguiente. Nos dijeron que si a las seis de la mañana no habían nacido los bebés de las que llegamos en la noche, nos iban a pasar a cesárea”, afirma la joven.
Cervantes Álvarez describe que a las cinco y media de la mañana llegó el médico encargado del turno y en compañía de los pasantes hizo tacto a todas las mujeres que estaban en el hospital. Luego llegó la doctora encargada del otro turno y leyó los historiales para concluir que todas necesitaban cesárea.
“Me dijeron que yo tenía ahí desde las siete de la noche y no había parido. Me iban a mandar a quirófano porque no me podían tener más tiempo ahí. En ese momento me estaban realizando tacto y se rompe la fuente. Se asoma la cabecita de mi bebé y me pasan a la sala de expulsión. Por un pelito me salvé de que me pasaran a cesárea”, narra Cervantes Álvarez.
Para finalizar, esta mujer opina que las tasas de cesáreas son tan altas en México y América Latina porque los doctores intentan abaratar la asistencia médica. “Aunque una cesárea es más complicada en cuestiones de recuperación que un pacto normal para ellos es más fácil realizar una cirugía que a lo mucho puede durar tres horas que esperar los tiempos de las mamás y los bebés”, finaliza.
Cuando el quirófano es necesario
Las mujeres que han vivido cesáreas pasan por experiencias muy distintas. Evgueny Sandoval Bucio menciona que ella experimentó una cesárea porque su parto no pudo ser de otro modo. “Fue embarazo de alto riesgo ya que tengo una malformación en el útero y aunado a eso presenté placenta baja, así que ni siquiera entré a labor de parto, en mi caso, el doctor tomó la mejor decisión”, describe la mamá.
El médico le dio muchas opciones de costos diferentes y hospitales. Al final ella decidió tener a su bebé a través de una cesárea en un hospital privado ubicado en la colonia Agrícola Oriental, Ciudad de México. Al contrario de otros casos, su recuperación fue rápida.
“La recuperación fue rápida… A los 3 días ya caminaba muy bien, no hubo complicaciones, a la semana me quitaron los puntos y sólo sentí comezón muy fuerte a los 5 años que es cuando cicatrizó internamente”, concluye Sandoval Bucio.
Presión alta = cesárea
A diferencia de sus primeros tres partos, Maribel Vázquez Hernández tuvo a su cuarto hijo mediante una cesárea. A esta mamá le detectaron preclamsia en el séptimo mes de embarazo. Durante el procedimiento quirúrgico casi muere porque tenía la presión muy alta, según las palabras de las anestesistas.
“Yo nunca hubiese optado por una cesárea, de hecho había leído que se podía complicar al entrar el líquido amniótico en contacto directo con la sangre, que era mejor optar por parto normal, pero en México es el procedimiento, presión alta es igual cesárea”, explica Vázquez Hernández.
Aunque la cesárea de esta mamá era necesaria, ella concluye que hay un alto índice de cesáreas que podrían evitarse con información y cursos psicoprofilácticos al alcance de todos.
“La mía la considero necesaria, pero las de mis conocidas son completamente infundadas (excepto la tercera de mi concuña, por placenta accreta, que irónicamente es consecuencia de las otras dos cesáreas)… Con información, los nacimientos serían completamente diferentes”, finaliza Vázquez Hernández.
Pacientes piden bisturí
La ginecóloga y obstetra Karina Muñoz Velazco afirma que las mujeres son las que piden tener a sus hijos mediante cesáreas para evitar el dolor de los partos naturales.
“Hemos visto nosotros los especialistas en ginecología y obstetricia que ha aumentado la tasa de cesáreas por elección de la paciente. La paciente últimamente le tiene miedo al parto normal por el dolor que pudiera sufrir, entonces ellas piden de manera más frecuente cesáreas”, afirma la especialistas.
Muñoz Velazco asegura que en México y América Latina se dan más las cesáreas por falta de una mejor educación institucional. “La mitad de las pacientes no tienen preparatoria terminada y muchas ni la secundaria. Por esa misma educación piden lo más fácil que es una cesárea programada”, argumenta la ginecóloga.
La obstetra menciona que en otros países las pacientes son más educadas, siguen las indicaciones de los médicos y no están a la defensiva. “Yo creo que es por la educación que tenemos en México y América Latina que obviamente es deficiente a comparación de países de otros continentes”, afirma.
La médico agrega que una mujer sólo necesita cesárea cuando está en riesgo su vida o la del bebé, por ejemplo, en caso de sufrimiento fetal o alguna enfermedad grave. No obstante, aclara que muy pocas mujeres tienen riesgos durante los partos.
Por otra parte, Muñoz Velazco comenta que las cesáreas desencadenan una de las principales causas de muerte materna: la hemorragia. Este flujo de sangre excesivo es la primera causa de muerte materna en el mundo, según la OMS, y la segunda en México, de acuerdo al Observatorio de Mortalidad Materna en México.
“La primera causa de la muerte materna es la hemorragia y todas esas pacientes son las que tienen más de tres hijos o más de dos cesáreas”, explica la especialista.
Para concluir, Muñoz Velazco opina que la solución para que disminuya la tasa de cesáreas en México y América Latina es que las pacientes tengan una mujer educación sobre el embarazo y las técnicas de nacimientos. También propone una campaña nacional donde se promueva la planeación familiar.
El parto más científico es el menos tecnológico
Una partera tiene una visión diferente. Hannah S. Borboleta, partera y directora clínica de Luna Maya sede Ciudad de México, un espacio que integra la salud alternativa con la alópata, considera que las tasas altas de cesáreas son un problema que no tiene una sola causa. La especialista considera que la falta de preparación de los obstetras para atender partos normales provoca que muchas mujeres terminen en el quirófano.
“Del 80 al 85 por ciento de cualquier población son mujeres sanas, sin embargo, como las y los obstetras se especializan en riesgos siempre encuentran problemas en las mujeres embarazadas”, afirma S. Borboleta.
La partera aclara que las cesáreas son indispensables en casos extraordinarios como una mujer diabética u otra con trillizos, no obstante, opina que los obstetras siempre encuentran algún riesgo para enviar a sus pacientes al quirófano.
Por otra parte, S. Borboleta afirma que las personas prefieren las cesáreas porque creen que “las intervenciones equivalen a buena atención, pero eso realmente no es así. En general el parto más científico, basado en evidencia, es el menos tecnológico”, expone la directora clínica de Luna Maya.
De acuerdo a la partera, otra de las causas de las tasas altas de cesáreas es que estos procedimientos son más rápidos que un parto normal.
“La sobresaturación de nuestros sistemas de salud es otro factor. Nadie tiene el tiempo para esperar a las mujeres porque el parto es un proceso largo y de mucho acompañamiento”, menciona.
S. Borboleta dice que otra de las razones por las que se programan tantas cesáreas en México y otros países latinoamericanos es que no hay suficientes parteras en el sistema de salud. Afirma que se opta por las cesáreas porque parece lo más tecnológico, pero pueden ser peligrosas.
“En países o en ciudades donde tienen más acceso a cesáreas y hay más intervenciones demasiado pronto, las mujeres se mueren por el exceso”, explica la directora clínica de Luna Maya.
En el lado opuesto, cuando las tasas son menores al 10 por ciento recomendado por la OMS también puede ser peligroso como en el caso de Chad, África.
“Si la tasa es el tres por ciento es claro que hay mujeres que se mueren porque no tienen el acceso a este procedimiento, pero si tú excedes del 15 por ciento entonces tú estás teniendo muertes por cesárea”, argumenta la partera.
S. Borboleta menciona que algunas de las consecuencias de las cesáreas son hemorragias postparto, infecciones y problemas de lactancia en las madres y sistema inmunológico frágil en los recién nacidos.
La propuesta de la especialista para disminuir las cesáreas es incluir un modelo de partería en el sistema de salud para que las parteras se encarguen de atender los nacimientos que no tienen complicaciones, así también se evitaría la intervención innecesaria de obstetras. La directora clínica de Luna Maya menciona que esto ya ha funcionado en países como Inglaterra, Dinamarca, Suecia, Francia y Alemania.