Las mujeres en el mundo han tomado las redes sociales. Desde hace cerca de una semana, con el #ChallengeAccepted fotos en blanco y negro de mujeres se virilizaron en Instagram y Facebook con el propósito de promover el empoderamiento y la sororidad.
A este reto se sumaron diversas celebridades, sobre todo en Estados Unidos, lo que fue uno de los detonadores para que fuera adoptado por un gran número de mujeres. Hasta el cierre de esta edición, el hashtag rebasaba los seis millones de publicaciones en Instagram.
El uso de la etiqueta no ha parado. A casi una semana de que tuvo su punto de publicaciones más alto, aún se pueden ver en los contenidos de la red social las imágenes de mujeres, famosas y desconocidas, acompañados de mensajes que promueven la sororidad.
Las fotografías en blanco y negro que forman parte de este desafío le han dado vuelta al mundo, y si bien el mensaje que transmiten es relevante debido al contexto de violencia y desigualdad que enfrentan las mujeres, la razón por la cual inició quedó rebasada.
El #ChallengeAccepted fue impulsado por feministas y activistas turcas como una forma de protestar por el feminicidio de Pinar Gültekin, una joven de 27 años, estudiante de economía, quien fue asesinada por su exnovio el 21 de julio.
Después de que familiares la reportaran como desaparecida, el cuerpo de Pinar Gültekin apareció en un bosque, de acuerdo con los reportes de medios locales. Ella fue golpeada y estrangulada, y su cuerpo vulnerado por su agresor de una forma brutal.
Tras el feminicidio de Pinar Gültekin, diversos grupos de activistas en Turquía tomaron las calles para protestar por la inacción de la autoridades ante los feminicidios en el país, a lo que se sumó que el presidente Recep Tayyip Erdogan hiciera públicas sus intenciones de abandonar la Convención de Estambul, un tratado de derechos humanos del Consejo de Europa que instaura un marco legal para la prevención de la violencia doméstica en contra de las mujeres.
Este convenio tiene la rúbrica de Erdogan, quien lo aprobó cuando ocupaba el cargo de primer ministro de Turquía, sin embargo, ante el fortalecimiento de las creencias de los diversos grupos religiosos en el país, existe una creciente oposición a este marco legal.
“Estos son elementos muy poderosos y fue por ello que las mujeres turcas decidieron hacer algo y, en este momento de pandemia en el mundo, las redes sociales se han convertido en una plataforma muy importante”, opina la investigadora del CIEG.
Las caras del movimiento #ChallengeAccepted
Turquía, al igual que otras naciones, vive una compleja situación respecto a la violencia de género. El gobierno no lleva un conteo del número de feminicidios que se cometen en el país, pero grupos de activistas, como la Plataforma Vamos a Parar los Feminicidios, reportan que en lo que va de este año, por lo menos, 50 mujeres fueron asesinadas por motivos de género en ese país.
La plataforma añade que en 2019, 474 mujeres fueron asesinadas en Turquía, y en 2018 el número de feminicidios fue de 440. Cabe agregar que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 80 por ciento de los asesinatos de mujeres son cometidos por los hombres más cercanos, ya sean sus parejas, amigos o familiares.
El resto de los países en el mundo no es ajeno a la violencia y la inequidad que viven las niñas y las mujeres, lo cual permitió que las perspectivas del #ChallengeAccepted tengan diferentes caras y que cada una contenga determinada representatividad.
“Los contenidos cambiaron de esta demanda de las mujeres turcas a la idea del empoderamiento en occidente, también es importante mencionar que el hecho de que la foto sea en blanco y negro no es una cuestión estética, así lo eligieron las mujeres en Turquía para representar cómo las mujeres víctimas de violencia son retratadas en los periódicos”, añade Amneris Chaparro.
En Turquía, #ChallengeAccepted arrancó el 21 de junio, después de que se diera a conocer el feminicidio de Pinar Gültekin. En otras latitudes, las fotografías comenzaron a circular en redes sociales el 25 de junio, día en el que se conmemora a las mujeres afrodescendientes.
Es por ello que algunas mujeres de esta comunidad levantaron la voz para resaltar que el reto, más allá de empoderarlas, las invisibiliza. Para algunos expertos, este tipo de contenidos en redes sociales también pueden vulnerar a otros grupos, como las mujeres trans.
“Es un riesgo que muchos movimientos corren al constituirse como hegemónicos, y lo que hacen es fragmentar y dejar en una posición de vulnerabilidad a quienes ya estaban en esas condiciones”, comparte Amneris Chaparro.
No obstante, para la especialista los movimientos sociales en redes sociales han dado muestras de las repercusiones que tienen hacia individuos y algunas estructuras de trabajo, como es el caso del #MeToo, por lo que habrá que esperar a ver los alcances del uso de esta etiqueta -en cualquiera de sus caras- en los próximos días.
“Las redes sociales permiten crear foros de intercambio para que las personas que no han vivido violencia y quienes la ejercen comiencen a desnaturalizarse y entiendan cómo funcionan estos fenómenos”, añade la investigadora de la UNAM.