A los testimonios de Alex Cifuentes, narcotraficante colombiano quien confesó que el ex presidente Enrique Peña Nieto había sido sobornado con 100 mil millones de dólares, se sumaron las declaraciones de Lucero Guadalupe Sánchez, amante de Joaquín “El Chapo” Guzmán.
Sánchez, quien fue diputada en el estado de Sinaloa en el 2010, confirmó en el juicio, celebrado en Brooklyn, la relación romántica que sostuvo con el narcotraficante mexicano, así como la compra de marihuana para él mismo durante el tiempo del idilio.
La ex legisladora, de tan sólo 29 años, dijo que si bien sostuvo una relación con Guzmán esta era una mezcla de enamoramiento y miedo, por lo que a veces le quería y a veces no.
“Yo me confundía en mis sentimientos”, confesó Lucero Sánchez usando a veces un tono triste y apagado. Más tarde, relató que le marcaba corazones en los paquetes de marihuana que le enviaba y al mismo tiempo se esforzaba en mantenerle contento en el trabajo para que no involucrara a sus hermanos en el negocio.
La también nombrada “chapodiputada” explicó que los hombres de Guzmán le vendaban los ojos cuando iba a visitarlo y, agregó, que en el tiempo que tuvo la relación con él, estaba casado con Emma Coronel, quien actualmente tiene dos hijas del ex líder del cartel de Sinaloa.
A las declaraciones de la ex legisladora mexicana también se agregaron las de Víctor Vázquez, un agente de la DEA, quien describió la captura de Guzmán en el 2014 en el Hotel Miramar en Mazatlán, en el Pacífico mexicano.
Dijo que allí llegó junto a marines mexicanos tras una intensa búsqueda del “Chapo” en Culiacán. La búsqueda supuso la obtención de valiosa información sobre su ubicación tras arrestos de sus colaboradores.
Por último, el agente de la DEA relató que encontraron a Guzmán en el sótano del hotel, y que los marines tenían a Guzmán de rodillas esposado, con su esposa Emma Coronel y sus dos niñas pequeñas cerca.