Chávez mantiene su hegemonía en América Latina
Con la “avalancha bolivariana” de votos que recibió el domingo pasado, una importante inversión china en puerta y el reciente ingreso de Venezuela al Mercosur, Hugo Chávez mantendrá hasta el 2019 su indiscutible liderazgo en América Latina. Claro, si su salud se lo permite.
Y es que, guste o no, Chávez continuará gobernando uno de los países con las mayores reservas petroleras del planeta.
María Lourdes Pallais
Con la “avalancha bolivariana” de votos que recibió el domingo pasado, una importante inversión china en puerta y el reciente ingreso de Venezuela al Mercosur, Hugo Chávez mantendrá hasta el 2019 su indiscutible liderazgo en América Latina. Claro, si su salud se lo permite.
Y es que, guste o no, Chávez continuará gobernando uno de los países con las mayores reservas petroleras del planeta.
El comandante seguirá sin duda apoyando al gobierno de Raúl Castro en Cuba, al de Daniel Ortega en Nicaragua y a sus socios de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA) en América Latina.
Sus grandes enemigos son internos. La corrupción, la inseguridad, la violencia (hubo 19 mil asesinatos el año pasado), la crisis eléctrica (con apagones que duran 10 horas) y los malos funcionarios.
A esto se le agrega una oposición mas integrada, con un buen candidato al frente de unos seis millones de venezolanos.
Pero, como el estupendo demagogo que es, prometió ser un mejor presidente.
“Sin duda he cometido errores, pero estoy totalmente dispuesto a trabajar más duro”.
La inclusión social chavista
El gran éxito de Chávez es haber logrado una justicia social en una nación donde las madres venezolanas de escasos recursos antes tenían que comprar comida de perros para alimentar a sus hijos.
Limitado por un cáncer que la noche del domingo pasado parecía haber desaparecido de su humanidad, el ex teniente coronel sabe que conecta con su pueblo al margen de las instituciones.
Aunque muchos lo acusan de haber convertido al Estado en una suerte de “agencia de publicidad personal”, nadie niega que existe “una gran masa popular que le es devota, a los que cambió la vida y les hizo cobrar importancia de su protagonismo social”, dijo, en declaraciones al diario El País, Alberto Barrera, autor de la biografía “Chávez, sin uniforme”.
Y es que llegó al poder tras la implosión del sistema de partidos en 1998, cuando la élite política estaba sumida en la desigualdad, el clasismo y el racismo.
Chávez logró reducir el analfabetismo, bajándolo del 6 al 3 por ciento; instaló mercados populares con productos baratos y facilitó el acceso al crédito de las clases medias.
La “batalla perfecta”
Esperábamos un final ajustado y hasta violento, pero nada de eso ocurrió el domingo pasado tras la victoria del líder bolivariano con aproximadamente el 54.4 por ciento de los votos y una ventaja de casi 10 puntos sobre su rival Capriles.
“Para saber ganar hay que saber perder. Yo soy un convencido que este país puede estar mejor”, dijo el líder opositor de 40 años cuyo discurso de aceptación fue conciliador.
“Quiero agradecer a los más de seis millones de venezolanos que hoy me dieron su confianza.
“Quiero decirles que cuentan conmigo, que estoy a su servicio. Pero también los otros venezolanos que votaron por una opción distinta”.
Muchos dicen que aunque perdió, ganó Capriles. Pues por primera vez en muchos años la oposición tiene una identidad popular y una alternativa real.
“El liderazgo de Henrique Capriles no muere con una derrota electoral” dijo Luis Vicente León, director de la encuestadora Dataanalisis vinculada a la oposición.
Para sus adversarios politicos, Chávez sigue debilitado por el cáncer.
Pero para sus seguidores, ahora más que nunca su popularidad surge fortalecida, aunque el país ignore su verdadero estado real de salud, el gran secreto de Estado.
Analistas aseguran que no es “sano” para ninguna democracia que un presidente se mantenga en el poder dos décadas, pero eso no parece importarle al líder bolivariano.
Porque está seguro de ser el único que puede conducir a Venezuela (y de paso a sus socios en la región) al “socialismo” del siglo 21 sin por ello abandonar una política pragmática que incluye vender petróleo a Estados Unidos.
En tanto, con la promesa de que ni una familia venezolana quedará sin vivienda al culminar este período presidencial (2013-2019), llevar el desempleo a cero, ser eficiente y “mejor presidente”, Hugo Chávez continúa su destino mesiánico de conducir un proyecto socialista. Amén.