China contra la carne asada
Para combatir su alarmante problema de contaminación ambiental, denominado “aeropocalipsis” por los expertos, el Gobierno chino le declaró la guerra a la carne asada.
La semana pasada las autoridades revelaron que en una campaña de tres meses de duración, tan solo en Pekín han destruido más de 500 parrillas para que no vuelvan a usarse jamás.
Expertos en China, cuyo consumo energético proviene 75 por ciento del carbón, argumentan que las micropartículas que emiten los asadores, de 2.5 micras de diámetro, son las más dañinas para la salud.
Pedro Pablo CortésPara combatir su alarmante problema de contaminación ambiental, denominado “aeropocalipsis” por los expertos, el Gobierno chino le declaró la guerra a la carne asada.
La semana pasada las autoridades revelaron que en una campaña de tres meses de duración, tan solo en Pekín han destruido más de 500 parrillas para que no vuelvan a usarse jamás.
Expertos en China, cuyo consumo energético proviene 75 por ciento del carbón, argumentan que las micropartículas que emiten los asadores, de 2.5 micras de diámetro, son las más dañinas para la salud.
La medida despertó las críticas de activistas y ciudadanos, quienes señalan que el Gobierno debe enfocarse en acciones con verdadero impacto, como una mejor legislación, desarrollo de nuevas fuentes de energía y control en las industrias.
“Esta acción ayudará a los habitantes a respirar mejor, pero para resolver el problema de la calidad del aire una de las prioridades debería ser la reducción del uso del automóvil”, explicó la ambientalista Ma Jun a la agencia informativa AP.
La polución del aire en China provocó que, de 2001 a 2010, el número de muertes por cáncer de pulmón haya incrementando en un 56 por ciento, según datos del diario español ABC.
La contaminación alcanzó un nivel casi 25 veces mayor de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) en enero pasado, cuando el número de micropartículas llegó a más de 600 microgramos por metro cúbico de aire.
La revista pekinesa Caixin indica que los automóviles emiten el 22 por ciento de las partículas contaminantes, 17 por ciento vienen del uso de carbón y 16 por ciento del polvo de obras públicas.
Pero reducir el uso del carro sería complicado, pues la venta de estos vehículos en China incrementa 10 por ciento anualmente y tan solo en Pekín hay 250 mil automóviles nuevos cada año, según información de Le Monde.