La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó este lunes su preocupación por la situación de los derechos humanos en Brasil, por lo que estará vigilando el gobierno del actual presidente electo Jair Bolsonaro.
Tras una visita oficial de una semana por ocho estados del país sudamericano, los delegados de la CIDH alertaron sobre la vulnerabilidad y los ataques contra las minorías.
Entre las conclusiones, la Comisión destacó la violencia que sufren los pueblos indígenas, la creciente exclusión social de la población en situación de calle, la violencia e impunidad de las fuerzas policiales, y la propagación de amenazas contra la libertad de expresión.
“Necesariamente deben acabarse los asesinatos cometidos por las fuerzas de seguridad. Deben proteger a las personas, no matarlas. El enfoque debe ser la protección de la vida”, puntualizó la presidenta de la CIDH, Margarette May Macaulay a la prensa internacional.
La presidenta agregó que Brasil vive en un escenario en el que se repiten discursos de intolerancia y odio que afectan las libertades de expresión, manifestación y reunión de las comunidades LGBTI, de las mujeres, los afroamericanos, además de los pueblos indígenas.
La organización criticó algunas de las propuestas que busca implementar el ultraderechista Bolsonaro en materia de seguridad, las cuales proponen una política de mano dura acompañada de mayores protecciones legales a los policías que cometan crímenes.
Brasil es uno de los países con las tasas de homicidios más altas del mundo: 30 mil muertes violentas cada 100 mil habitantes.
