La relación entre los gobiernos de Estados Unidos y China tiene una nueva batalla. El presidente Donald Trump ordenó cerrar el consulado del país asiático ubicado en Houston, Texas, argumentando que con ello protegía la propiedad intelectual y la privacidad de los norteamericanos.
El gobierno estadounidense puso un ultimátum de 72 horas para que Pekín cierre el consulado, después de acusar al gobierno del país asiático de espionaje, sin embargo, este golpe diplomático tiene como telón de fondo las tensiones crecientes entre los dos países, que han tenido implicaciones comerciales desde 2018.
La respuesta de Pekín no se hizo esperar. Wang Wenbin, portavoz de ministerio de Asuntos Exteriores del país asiático, acusó a la Casa Blanca de violar las normas internacionales y los acuerdos consulares bilaterales.
El portavoz chino añadió que solicitar el cierre de las oficinas consulares de forma repentina eleva el nivel de las acciones del gobierno del republicano Donald Trump en contra del régimen de la nación asiática.
“China condena esta decisión escandalosa e injustificada. Pedimos a Estados Unidos que se retracte de esta decisión errónea o de lo contrario se tomarán las represalias legítimas y necesarias”, dijo Wang en un encuentro con medios.
Además de la repuesta del régimen de Xi Jinping, los oficiales del consulado prendieron fuego a documentación en el patio del edificio, acto que alertó a los vecinos y causó la movilización de la policía y el cuerpo de bomberos.
El consulado de Houston fue el primero que China instaló en Estados Unidos en 1079, sede desde la que atiende a los ciudadanos que se encuentran en Texas, Georgia, Florida, Mississippi, Louisana y Puerto Rico.
El llamado al cierre de las oficinas consulares se presentó un día después de que Washington acusara a dos hackers chinos de robar datos sobre el desarrollo de vacunas contra el COVID-19.
Las investigaciones de la justicia estadounidense refieren que los acusados fueron asistidos por el Ministerio de Seguridad del Estado de China y entre lo que robaron se encuentran datos sobre los contratistas de defensa y los sistemas de armas.
En la acusación se inculpa a los ciudadanos chinos de conspirar para robar secretos comerciales de algunas empresas, y se presenta después de que el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) advirtiera que hackers intentaban acceder a la base de datos relacionados con vacunas, tratamientos y pruebas que se han desarrollado para enfrentar la emergencia sanitaria.
De los aranceles al COVID-19, Estados unidos vs. China
Mientras esto ocurría en territorio estadounidense, Mike Pompeo, secretario de Estado de la Casa Blanca, realizaba una gira por Londres, Inglaterra, en donde tuvo un encuentro con el ministro de Relaciones Exteriores de Reino Unido, Dominic Raab, con quien conversó sobre la situación de Hong Kong ante la aprobación de la Ley de Seguridad Nacional.
El gobierno de Reino Unido ha tenido jaloneos con China desde la aprobación de la ley el pasado 30 de junio, tras considerar que atenta en contra del derecho de reunión y la libertad de prensa en la excolonia británica.
Entonces, Boris Johnson, primer ministro británico, declaró que Reino Unido abriría sus puertas a tres millones de hongkoneses para que cambien su residencia al país europeo. Por su parte, Pompeo declaró que Estados Unidos tomaría medidas para eliminar las exenciones políticas que tiene Hong Kong, por lo que su visita pudiera ser una estrategia para buscar alianzas en contra de la nación asiática.
Sin embargo, la historia entre Pekín y Washington está llena de desencuentros que iniciaron con la guerra de aranceles que protagonizan desde 2018 y que ha puesto en jaque al comercio internacional y la relación de empresas tecnológicas de ambos países.
El mandatario estadounidense se ha referido al COVID-19 como “el virus chino” y ha criticado al régimen asiático por considerar que hay falta de transparencia respecto a la información que ha proporcionado para encubrir la dimensión de la enfermedad.
Aunque la teoría del republicano ha estado lejos de comprobarse, las acusaciones han escalado a tal nivel que decidió suspender las contribuciones a la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo al que acusa de encubrir a China.
El gobierno de Xi Jinping respondió a la acción del presidente Trump y prometió entregar a la OMS dos mil millones adicionales para respaldar las investigaciones que se desarrollan para enfrentar la pandemia.
Sin embargo, parece que la batalla en este terreno podría complicarse dado que, durante el viaje por Reino Unido, Pompeo acusó a la oficina de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) de haberse dejado “comprar” por China, de acuerdo con un reporte de los diarios Times y Daily Telegraph.
A esto se suma la expectativa que se mantiene respecto a la jugada que hará China tras el cierre del consulado, aunque se estima que el dragón asiático responderá con la misma moneda.