El cómico derechista Jimmy Morales está a unos días de ganar la segunda vuelta para la elección presidencial en Guatemala. Esto, a casi dos meses de la caída y encarcelamiento del ex Presidente Otto Pérez Molina, acusado de dirigir una red de corrupción aduanal.
El ex presentador de televisión ha hecho campaña con el lema “ni corrupto ni ladrón” y afirma representar a un nuevo tipo de político en su país.
Desde que se destapó el escándalo de La Línea, los guatemaltecos salieron a las calles para exigir la renuncia de Pérez Molina y recibieron con júbilo la noticia de su encarcelamiento.
Varios analistas señalaron que Guatemala se había convertido en un ejemplo a seguir para otras democracias en la región, que también adolecen de corrupción en el gobierno.
Ante la falta de mejores opciones, los votantes chapines, están a punto de darle su voto de confianza a un actor con muy poca experiencia política para que los encabece en lo que algunos llamaron ‘un nuevo amanecer para Guatemala’.
Advertencia
Alba Mérida, una activista guatemalteca considera que el virtual triunfo de Jimmy Morales anticipa malos tiempos para su país.
En entrevista con la agencia EFE la defensora de los derechos humanos declaró que el candidato del partido Frente de Convergencia Nacional (FCN) no es más que “un comediante racista, ligado a la gente de Otto Pérez Molina y alimentado por militares”.
El partido de Morales, el FCN, fue fundado en 2004 por dos generales retirados, Luis Felipe Miranda y José Luis Quilo. Ambos jugaron un papel importante durante la guerra civil – conflicto que terminó en 1996 después de 36 años – combatiendo a los rebeldes de izquierda.
Además, para la mala fortuna de Morales, también recibió hace poco un espaldarazo público de Byron Lima, otro ex militar que actualmente sirve una condena de 20 años por el asesinato del obispo Juan José Gerardi, también defensor de los derechos humanos en Guatemala.
El ‘amigo’ del norte
Joe Biden, actual vicepresidente de EU jugó un rol muy importante en la permanencia de la CICIG, Comisión Internacional que eventualmente ventiló la corrupción al interior del gobierno e hizo posible el encarcelamiento de Otto Pérez Molina.
Estados Unidos ha insistido por décadas que promover la democracia en Latinoamérica es una de sus prioridades en la región.
Sin embargo, la historia muestra que en más de una ocasión, lo que realmente prefiere Washington es un gobierno amigable con sus intereses. Y las dictaduras militares en América Latina han mostrado ser muy útiles en ese sentido.
Morales no forma parte del ejército, pero los nexos de su partido con las fuerzas armadas han generado temor entre los que todavía lamentan las consecuencias de otros regímenes militares en Guatemala y en toda la zona.